Agosto de 2016. Un foro de diseñadores de tipos. Alguien suelta la siguiente pregunta: ¿Cómo veis el futuro de la tipografía? Las respuestas, bastante obvias: que si la veo paramétrica, que si usar curvas Bézier no es dibujar, que si esto, que si aquello… hasta que un tipo canadiense que reside en Japón y que ha diseñado más de 500 fuentes suelta una predicción que no solo me sorprendió sino que me parece bastante verosímil:
La discusión se decantaba por lo paramétrico, hasta que Ray Larabie soltó lo siguiente (traduzco a vuelapluma y pego la respuesta original justo después):
«La tipografía se vuelve incluso más abstracta. En lugar de almacenarla como vectores, líneas de código o parámetros geométricos, se vuelve una idea. Miras un cartel. El cartel te mira a ti. Examina tu contexto, tu estado de ánimo, lo que te gusta y te disgusta. Diseña una tipografía y unas ilustraciones apropiadas, además del cartel ideal para ti. El idioma del cartel cambia, del mismo modo que lo hace el tono [la redacción] del eslogan, basado en tu edad y experiencia. El software tendrá acceso instantáneo a toda la historia de la tipografía, arte y diseño. El sistema será experto en diseñar y componer en todos los sistemas de escritura: árabe, cirílico, chino, etc.
Le doy 15 años. Después de que esto suceda, no creo que nadie compre tipografías salvo por razones nostálgicas».
Type becomes even more abstract. Instead of storing type as vectors, instances or geometric parameters, type is an idea. You look at a poster. The poster looks at you. It examines your surroundings, your mood, your likes and dislikes. It designs appropriate typefaces and illustrations and designs the ideal poster just for you. The language on the poster changes as well as the tone of the ad copy based on your age and background. The software will have instant access to the history of typography, art and design. The system will be expert in designing and setting all scripts: Arabic, Cyrillic, Chinese etc.
I give it 15 years. I don’t think anyone will buy digital fonts except for nostalgic purposes after that.
Casi nada. Pero la cosa no se queda ahí, en el siguiente mensaje lo argumenta en profundidad:
«Es un cálculo conservador [respecto al plazo de 15 años]. Si la progresión de la tecnología continúa al ritmo actual, le daría 25 años, pero se está acelerando. Tirando por lo bajo, diría que un ordenador de 1.000$ igualará al cerebro humano en 2026 (creo que sucederá algo antes, en 2023, pero vamos a decir 2026).
Puede que 3 años más tarde, un ordenador de 1.000$ igualará la capacidad de todos los humanos con unos pocos millones de veces la velocidad de procesado [¿actual?]. En 2031 se cumplirán los 15 años de mi predicción; ese ordenador de 1.000$ ahora es lo suficientemente barato como para ponerlo en un cartel electrónico. No estoy hablando de consciencia artificial ni nada de eso, solo de simple potencia de cálculo, almacenamiento local y acceso a todo el conocimiento tanto de los humanos como de las máquinas. No estoy hablando de cosas raras de ciencia ficción, solo de ampliar lo que ya tenemos en 2016. Piensa también en el potencial del software que puede auto-diagnosticarse y generar sus propios informes de errores… se arreglarían siglos de fallos en segundos. El espacio para la innovación se cerraría muy rápido.
Creo que así es como el resto de la historia de la tipografía se desarrollará, que la evolución del diseño automatizado de tipos nacerá gracias a la publicidad a medida. Al principio, el diseño cambiará según las preferencias del consumidor. El motor de composición escogerá una tipografía existente con licencia de uso. Creará ilustraciones, modificará y traducirá los textos publicitarios para generar una imagen. Esto sucederá antes de 2020. Los anuncios se verán sintéticos, y algunos consumidores serán capaces de distinguirlos de los hechos por un ser humano. Pero los publicitarios se verán atraídos por esta tecnología, gracias a su bajo coste y los anuncios que mejorarán rápidamente gracias al feedback instantáneo del rendimiento que han obtenido.
No habrá necesidad de convocar una reunión para estudiar cómo ha funcionado un anuncio, y habrá una carrera por mejorarlos y hacerlos más naturales, más convincentes. Para 2022, este tipo de publicidad habrá mejorado. La composición, la ilustración y la tipografía parecerán diseñados con mayor creatividad. Las ilustraciones, que en su día fueron simples filtros fotográficos e imágenes de archivo, ahora pueden imitar cualquier estilo: un cliente que sea fan de Duran Duran podría recibir una lustración al estilo de [Patrick] Nagel con una composición que recuerde a la portada del álbum Rio. Del mismo modo, un fan de Garfield recibiría una ilustración de dibujos animados combinada con la tipografía Cooper Black. Pero con la elección tipográfica no habrá suficiente, el software deberá aprender a hacer lettering. Un diseñador gráfico humano modifica la tipografía y hace lettering, de modo que el software deberá hacer lo mismo. Al principio será solo ajustar el kerning, luego modificar ascendentes y descendentes, para al poco tiempo empezar a componer texto en trazados y jugar a rellenar los espacios cerrados de las letras… Aprenderás semana tras semana, imitando la tipografía grunge de los noventa, el Art nouveau o el estilo retro de 2010. Al principio parecerán simples parodias, pero mejorará rápido.
Mientras tanto, este software seguirá generando anuncios en cada idioma del planeta. No hará falta tipografía 100 % paramétrica porque será posible seguir usando las fuentes existentes e ir modificándolas hasta el final de los tiempos. Sin embargo, no tener que pagar licencias de uso por las fuentes interesará mucho a la industria publicitaria. A esas alturas, ya habrá piezas que requieran diseño de tipos automatizado, con lo que dos más dos… solo habrá que juntar las piezas, y pienso que eso es precisamente lo que nos conducirá al diseño automatizado de tipos, que finalmente no será manejado por humanos, no hará falta Glyphs o Fontlab. Será controlado por publicidad hecha a medida para un usuario concreto. Si piensas que este escenario es delirante, piensa en la reciente adquisición de Monotype. ¿Crees que son tontos? No, yo creo que saben perfectamente lo que se avecina. Pero mira el lado positivo, siempre habrá trabajo para peluqueros de caniches».
It’s a conservative timeline. If progress continues at it’s current rate, I’d give it 25 years. But technological progress is accelerating. Conservatively, I’ll say a $1000 computer matches a human brain by 2026. I think it’s more like 2023 but let’s say 2026.
Maybe 3 years later, a $1000 computer matches the brain power of all humans on earth with a few million times the processing speed. 15 years from now it’ll be 2031. That $1000 computer is now cheap enough to put in an electronic poster. I’m not talking about artificial human consciousness or anything like that. Just raw computing power, local storage and access to all human and machine knowledge. No far-out sci-fi stuff, just more of what we already have in 2016. Also consider the potential of software that can self test and generate it’s own bug reports…fix centuries of bugs in seconds. The innovation gap will close up very quickly.I think this is how the rest of the story of type design will unfold. I think the evolution of automated type design will develop from targeted advertising. At first, design will dynamically change according to consumer preference. The layout engine will choose an existing, licensed typeface. It will create illustrations, modify and translate ad copy in order to generate an image. This will happen before 2020. The ads will look synthetic. Some consumers will be able to tell the difference between an ad designed by humans and a synthetic one. But advertisers will be intrigued, especially by the low cost and the ads will improve rapidly based on instant performance feedback.
There will be no need to call a meeting to talk about how an ad is performing. The race will be on to create better, more convincing targeted ads. In 2022 the ads have been improving. The l;ayout, illustration and typography seems more creatively designed. Illustrations were once simple photo filters and clip art but will be able to mimic specific styles. A customer who loves Duran Duran may get an illustration in Nagel style with a layout reminiscent of the Rio album cover. A Garfield enthusiast will get a cartoon illustration paired with Cooper Black. But font selection isn’t enough. To make these ads stand out, the software will need to learn how to do lettering. A human graphic designer modifies type and creates lettering. The software will need to do that too. First it’s just kiss kerning. Then it’s modifying ascenders and descenders. The it’s setting type on paths and playfully filling counters. It will improve week by week. It will imitate 1990’s grunge typography, art nouveau, 2010’s retro. At first these will look like crude parodies but they’ll improve quickly.
Meanwhile, this software will be generating ads in every language. Fully parametric type won’t be required. It’ll possible to keep using existing fonts and keep modifying them until the end of time. But the lack of font licensing fees will make automated type design very appealing. At this time, the pieces required to create automated type design will already exist. Then it’s just a matter of putting the pieces together. I think that’s precisely where the drive for automated type design will occur. The ultimate type design tool won’t be driven by type designers. It won’t come from Glyphs or Fontlab. It’ll be driven by targeted advertising. If you think this scenario is off-the-wall, think about Monotype’s recent acquisition. Are they nuts? No. I think they know what’s coming around the corner. On the upside, we’ll always need poodle groomers.
Pues sí, Monotype compró el año pasado la empresa fundada por 3 españoles Olapic por 130 millones de dólares, de modo que algo se está cociendo en esta multinacional que cotiza en el Nasdaq. También he intentado comprobar si los cálculos de la evolución de los ordenadores era verosímil y resulta que los chinos ya tienen un ordenador con la potencia de un cerebro humano, ya solo falta abaratarlo, hacerlo más pequeño…
Lo que me interesa —y asusta— de esta predicción es, de ser cierta, qué papel jugaríamos nosotros en una sociedad como esa (lo de ser peluquero de caniches no me inspira demasiado), además de ser clientes-objetivo. Y si las tareas humanas, incluso las creativas, se han automatizado, ¿de dónde sacaremos el dinero para comprar lo que se nos anuncie? Por otro lado, como profesor universitario, me preocupa también cómo echar una mano a los alumnos que se verán afectados en un futuro no-tan-lejano como 2031 (mis estudiantes de segundo tendrán 34-35 años entonces).
Creo que voy a plantar un huerto y a aprender a criar gallinas…
Actualizado 05/04/2017