Imagina esto: estás en tu espacio de trabajo ideal. ¿Cómo es? ¿En una oficina bulliciosa, en la tranquilidad de tu hogar, o tal vez en un café con vistas inspiradoras? Esta visión que acabas de imaginar es más factible hoy que nunca.
Los cambios en el mundo laboral no son solo una serie de estadísticas frías; son historias reales de personas buscando su lugar en un mundo que se reinventa a sí mismo.
Con los cambios gigantescos que vivimos en avances tecnológicos y de innovación durante las últimas décadas hemos experimentado brechas en muchas profesiones que han obligado a las personas a reinventarse y reorientar su carrera profesional.
En un contexto anterior donde las opciones eran más reducidas y simples, nos encontramos en un momento en el que las oportunidades se multiplican y pese a lo contradictorio que suene, esto lo pone un poco más difícil.
¿Sabemos gestionar tantas opciones? ¿Tenemos claro qué queremos? ¿Sabemos cómo conseguirlo?
Problemas y retos con el nacimiento de nuevos modelos de trabajo
No solo las empresas sino también las personas se ven inmersas en una vorágine de competitividad. Profesionales cualificados ahora exigen condiciones laborales más favorables, generando así una alta rotación en las empresas que luchan por adaptarse a estos nuevos modelos de trabajo.
Paralelamente, la búsqueda de una conciliación efectiva entre trabajo y vida personal se convierte en una aspiración cada vez más relevante. Queremos disfrutar de nuestra vida personal y profesional, cuidando y mejorando ambas. Tener tiempo para una misma también es un objetivo de gran relevancia en la actualidad.
Los perfiles profesionales de personas neurodivergentes (altas capacidades, autismo, TDAH, dislexia, discalculia, Tourette…) cada vez consiguen más valor en el ámbito profesional, sin embargo esto solo es posible personalizando su entorno de trabajo para obtener un rendimiento óptimo y, en ocasiones, superior a la media. Las investigaciones sugieren que los equipos con profesionales neurodivergentes en algunos roles pueden ser un 30% más productivos que aquellos que no los tienen.
Además las personas cualificadas para puestos de trabajo más demandados pueden exigir mejores condiciones profesionales porque conocen la escasez de talento, valorando constantemente la posibilidad de mejorar su actividad laboral, su desempeño y por lo tanto encontrar el puesto de trabajo que más se amolde a sus deseos e intereses y mejor recompensa le genere.
Todo esto –cómo no– provoca el aumento de la rotación en las empresas porque estas no saben cómo adaptarse a las nuevas exigencias del mercado laboral (o por lo menos no a la velocidad que demandamos). La frustración interna de la empresa crece y la rentabilidad decae.
Encontramos más habitualmente el burnout en la vida de las personas, crisis de identidad, reinvenciones profesionales, emprendimiento, perfiles profesionales innovadores, híbridos… Diversos.
Todo ha cambiado en nuestro sector
En el sector de la comunicación, periodismo, marketing, diseño, innovación y branding se ha notado especialmente este cambio.
Encontramos modelos de trabajo muy variados que nacen de las necesidades de las personas por sentirse más valoradas, respetadas y en equilibrio en su desempeño laboral.
Así nacen nuevos modelos de trabajo como freelance, trabajo remoto, híbridos, flexibles, por proyectos, compartido, coworking, por resultados,… sumados a los ya conocidos turnos rotativos, de expatriación, gig economy o trabajos temporales y presencial tradicional.
Según el estudio de Panorama Freelance Europa 2021, de la consultora BCG & Malt en los últimos diez años el freelancing (trabajadores por cuenta propia) en España ha crecido en un 40%, hasta sobrepasar los 753.000 profesionales. Hoy serán muchos más. A la hora de incorporarlos, las necesidades que más frecuentemente buscan cubrir las compañías son, según estos expertos, flexibilidad (82%), especialización o competencias específicas (80%) y eficacia (62%).
Ante este panorama, y cierta libertad ganada, las personas que nos dedicamos a trabajos que realmente podemos desarrollar en cualquiera de estos modelos de negocio nos sentimos en libertad para elegir.
Podemos exigirlo trabajando para una empresa o podemos emprender nuestra propia marca, sea personal o comercial, y desarrollar nuestra actividad en nuestros términos.
Así han nacido boutiques creativas, de diseño, de consultoría, de marketing, de publicidad… donde el objetivo no es crecer el estudio o agencia (con todo el dolor de cabeza añadido) sino más bien ganar reputación, posicionamiento y trabajar con menos clientes pero más satisfactorios.
Esto mismo puede servir con marcas personales o perfiles freelance. Personas ofreciendo sus servicios de manera independiente, pero con el objetivo de conseguir cada vez mejores clientes, mayor facturación y más tiempo libre.
Algo bastante inteligente, o eso parece ¿verdad?
Empresas y personas, todas necesitamos cambiar el chip
Para que realmente cada persona pueda encontrar su “trabajo ideal”, con la estructura y condiciones que más se amolden a sus deseos e intereses, para que esto funcione, necesitaremos colaborar.
En muchos casos estas boutiques o freelancers necesitarán de una buena cartera de profesionales/estudios/agencias colaboradoras con las que contar si necesitan complementar sus servicios o bien entregar servicios de calidad. Grandes cuentas no siempre se pueden realizar con una sola persona. Y esto ya está pasando.
Necesitamos colaborar entre profesionales y estudios, respetando cada especialidad, ofreciendo los mejores resultados a través de los mejores profesionales y servicios.
La canibalización de servicios no solo ocurre con las grandes agencias, también con estos nuevos modelos de negocio. Si realmente tenemos la ética presente sabemos que necesitamos contar con más para ofrecer servicios completos y de calidad a medida que conseguimos mejores clientes y mejores proyectos (de ahí que la inercia natural de cualquier agencia sea seguir creciendo).
Si tu intención no es montar una agencia no te quedará otra que colaborar.
¿Estamos listas para colaborar con nuestra competencia?
¿Pueden los estudios boutique colaborar entre sí beneficiándose de sus especialidades sin canibalizar o sin perjudicar éticamente a sus colaboradores?
Nosotras como neurodivergentes en Agarimo Estudio somos parte de este cambio de chip y sabemos que la colaboración entre estudios, agencias y consultoras es necesaria y así trabajamos.
Ya está, hemos abierto el melón, ahora te toca a ti reflexionarlo.