El texto que sigue sirve de puerta de entrada al retrato panorámico en cuatro partes que la periodista e investigadora del diseño Elina Pérez Urbaneja ha trazado sobre el estado de la industria tipográfica en América Latina, desde México hasta los países del Cono Sur. Un valioso y pormenorizado trabajo de investigación que cuenta con los testimonios de algunas y algunos de los más importantes diseñadores tipográficos latinoamericanos de la actualidad. Como punto de partida, la idea de que para comprender el presente hay que conocer el pasado, comenzando con el gran hecho fundacional.

La llegada de la imprenta a México en 1539 marcó el inicio de la producción editorial y la introducción de las letras occidentales en Latinoamérica. Desde entonces, la región ha sido testigo de una prolífica producción escrita y, en el siglo XXI, el diseño tipográfico latinoamericano ha alcanzado plena madurez y reconocimiento internacional.
Este desarrollo ha sido impulsado por diversos factores: la participación en certámenes internacionales, la organización de congresos y encuentros especializados, la publicación de revistas y libros dedicados a la tipografía, la implementación de programas educativos, el acceso a información y tecnología, y la expansión de los canales de distribución. Estos elementos han contribuido al florecimiento del diseño tipográfico en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Colombia y México.
En los países donde el diseño tipográfico aún se encuentra en sus primeras etapas, destacan exponentes autodidactas o aquellos que buscan formación especializada en el extranjero, quienes juegan un papel crucial en el movimiento regional. En Centroamérica, el diseño tipográfico aún está en pañales. Recién en 2014, Nicaragua se integró como miembro de Tipos Latinos. También descolla el trabajo del colectivo salvadoreño Cabinete, cuyos proyectos tipográficos, talleres de caligrafía y documentación histórica son admirables.
El testimonio del nicaragüense Edwin Moreira ilustra esta situación: «Hace más de diez años, cuando comencé a interesarme por este oficio, la referencia era Europa, algo poco realista para alguien de un país pequeño con oportunidades limitadas. En 2013, viajé a La Paz, Bolivia, a la Bienal del Cartel, donde conocí a Pablo Cosgaya, un destacado docente de tipografía en Argentina. Aunque seguía su trabajo en la Universidad de Buenos Aires a través de las redes sociales, en su charla descubrí Tipos Latinos, la carrera de especialización en tipografía y un movimiento que desconocía.»
El mexicano Francisco «Paco» Calles, reconocido docente y promotor de esta disciplina, señala: «Nunca antes los proyectos de la región habían tenido tanta presencia global. Esto se evidencia desde hace más de una década en premios internacionales como el Type Directors Club, el Morisawa Type Design Competition Award, el Communication Arts Typography Award y los Latin American Design Awards. Merece especial mención Tipos Latinos, una organización que agrupa a 14 países latinoamericanos y cuyo objetivo principal es la Bienal Latinoamericana de Tipografía, un catalizador del movimiento regional que ha incentivado y reconocido la producción tipográfica desde 2004, además de promover actividades como charlas, talleres y visitas guiadas.»
Latinoamérica ha sido un terreno fértil para la realización de congresos y encuentros internacionales organizados por la propia comunidad, con el fin de intercambiar conocimientos y debatir sobre temas relevantes. Algunos eventos memorables incluyen: Encuentro tipoGráfica Buenos Aires (2001), Tipografilia. Congreso Internacional de Tipografía en México (2002), ATypI Conference México (2009), Coloquio de Tipografía y educación superior (México, 2004), DiaTipo (Brasil, 2008), Encuentro en torno a la tipografía (Chile, 2013), Encuentro de Educación Tipográfica (Argentina, 2014), Letrástica Festival (México, 2015), Tipografía México (2015) y ATypI Conference (Sao Paulo, 2016).
Con el propósito de documentar y difundir el conocimiento, han aparecido obras que han contribuido al desarrollo de la cultura tipográfica en la región. Entre los libros destacados se encuentran los de Vicente Lamónaca y Cecilia Consolo, ambos titulados Tipografía latinoamericana.

También destacan las revistas tipoGráfica, fundada en 1987 en Argentina por Rubén Fontana y editada durante 20 años; Tupigrafia, editada desde 2000 en Brasil, y Tiypo, publicada en México desde 2002, entre otros.
La idiosincrasia del diseño tipográfico latinoamericano ha sido descrita por Fer Cozzi, como más irreverente y menos formal, en modo «no sé qué estoy haciendo y lo hago igual, porque acá el contexto es diferente al de Europa o Estados Unidos», refiere la creativa argentina.

Los programas educativos
La oferta de espacios formativos de pre y postgrado en diseño tipográfico es limitada, pero los resultados han sido notables. Entre los más importantes se encuentran las especialidades, y la Maestría en Diseño tipográfico en México, la Carrera de especialización de Diseño de Tipografía y la Maestría en Tipografía abiertas en Argentina o el Diplomado en tipografía de Chile.
Yorlmar Campos, arquitecto venezolano que cursó la Maestría en Tipografía de la Universidad de Buenos Aires, observó en 2015 una gran efervescencia de la disciplina en Argentina, aunque con el tiempo muchos se alejaron del campo. Sin embargo, afirma que algunos persisten e impulsan el oficio. «Algo que me llama la atención es que la chispa se traslada, hoy está en Argentina, mañana en Brasil, luego en México, Chile o Colombia. La tipografía nunca se detiene».
Canales de distribución
En las últimas décadas, la tipografía digital latinoamericana ha encontrado un espacio para su comercialización en empresas europeas y norteamericanas. Sin embargo, han surgido estudios de diseño y fundiciones tipográficas independientes en la región, como PampaType, Sudtipos, OmnibusType, Huerta Tipográfica (Argentina), Sumotype, Bastardatype (Colombia), Andinistas Fonts (Colombia-Venezuela), LatinoType, W Type Foundry (Chile), LechugaType y Henestrosatype (México), TipoType y Reset Type (Uruguay).
Vicente Lamónaca y su socio Martín Sommaruga, de la fundición TipoType en Uruguay, comentan: «La tipografía latinoamericana se utiliza hoy a nivel internacional, sin importar su origen geográfico, lo que indica que su calidad de diseño es comparable a la europea o norteamericana. El desafío está en la valoración y el uso de licencias tipográficas por parte de los clientes», aprecia.
Actualizado 21/11/2025














