El verano ya está ahí. Y estamos convencidos de que en mente ya tienes cientos de planes; algunos seguro que se realizarán y otros puede que no. Independientemente de si es así, siempre hay cambios o pequeños huecos que cubrir. Si no sabes qué hacer en ese caso, aquí algunas sugerencias para llenar tu tiempo libre con 10 cosas creativas que puedes hacer este verano.
1. Mira las estrellas
Perder la mirada observando el cielo es algo que no tiene precio. Contemplar las estrellas en el firmamento es ‘medicina’ visual para nuestros ojos y para nuestra mente. Practicar este ejercicio por unos minutos es algo que todos deberíamos hacer de vez en cuando. Más aún en verano, cuando tenemos la oportunidad de escapar del bullicio de la ciudad. Mirar las estrellas es además una forma de reconectar y reconciliarnos con la naturaleza, volviendo a descubrir sus aromas, sonidos y texturas.
2. Envía postales y cartas
El género epistolar no está en su mejor momento. Sin embargo, a todos se nos ilumina la cara cuando al abrir el buzón descubrimos que entre el mar infinito de correos comerciales hay una carta o una postal personalizada, y que está escrita de puño y letra por alguien que nos quiere. Además, por qué no, siempre puedes activar tu creatividad en tus textos y tus envíos. La tecnología hoy nos lo da todo hecho. Usamos los mismos emojis en el móvil, incluso el predictor de texto sugiere las palabras y expresiones que escribir. ¿Qué tal si dejamos el móvil y cogemos el boli? Los hay para todos los gustos y colores, nuestros preferidos los de Baton Pen, fabricados en Japón y con doble punta a elegir: azul y rojo / azul y negro.
3. Practica la buena letra
Aprender caligrafía nunca está de más. Actualmente, existen numerosos recursos para echarnos una mano. Para ir rompiendo mano existen prácticos cuadernos de caligrafía con los que hacer nuestras primeras letras caligrafiadas. Y si necesitas a alguien que te guíe, puedes aprender con grandes maestros, como Iván Castro o Martina Flor, sin moverte de casa en los cursos online de Domestika. El arte de dibujar letras ejerce, además, una función terapéutica que nos permite desconectar del mundo y liberar nuestro estrés –algo similar a lo que sucede a quien practica la pintura, el dibujo de mandalas o cualquier actividad artística–.
4. Date un baño de bosque
El shinrin-yoku o baño de bosque es el término por el que los japoneses definen el antídoto a algo tan terrible como es el karoshi, término que define la muerte por exceso de trabajo. Si sientes que el ritmo cotidiano te supera, tu mente se bloquea y se atrofia tu creatividad, puede que sea el momento de reconectar con la naturaleza y darse un baño forestal. Si no sabes cómo hacerlo, Melanie Choukas-Bradley te explica paso a paso cómo hacerlo en su libro Disfruta de un baño de bosque; una lectura amena y entretenida que lleva el sello editorial de Gustavo Gili y que además está bellamente ilustrado por Lieke van der Vorst.
5. Iníciate en la fotografía acuática
Da igual si es a pulmón, con esnórquel o con bombona, zambullirse en el agua es una de las sensaciones más placenteras y liberadoras que hay. Además, el fondo del mar también es una fuente de creatividad que posiblemente te sorprenda. El trabajo del fotógrafo Tobias Friedrich es un buen ejemplo de ello, los resultados que consigue con su cámara Canon EOS 5D Mark II y su dome port son increíbles. Si buscas inspiración, también puedes repasar los trabajos ganadores en los Premios Underwater Photographer of the Year.
6. Desconecta el móvil
Aunque solo sea por un día, revive y redescubre todo lo que hay a tu alrededor como cuando eras un niño. Después de sentir un pequeño sudor frío o de angustia por unos momentos, verás que hay todo un universo de belleza infinita que contemplar sin necesidad de atraparlo y compartirlo a través de un dispositivo digital.
7. Instruye tu mirada y tu mente
Descubre artistas del fotolibro. Cada vez son más los fotógrafos, diseñadores, artistas e incluso sociólogos e historiadores que han encontrado en el fotolibro un soporte perfecto para practicar el arte de narrar historias increíbles a través de un mix creativo que aúna fotografía y diseño editorial. Cualquiera de los autores que han pasado por los Cuadernos de la Kursala (Cristina de Middel, Ricardo Cases, Iñaki Domingo, Marlene Freniche…) tienen unos trabajos impecables. Desde aquí te invitamos a que le eches un vistazo a los proyectos publicados por las editoriales especializadas RM, Dalpine, Fuego Books, KWY, o también los trabajos de los autores del colectivo NOPHOTO.
8. Ve más allá; crea tu propio fotolibro
Autoeditar nuestro propio fotolibro es una de las mejores formas que tenemos para ejercitar nuestra creatividad. Editar un fotolibro implica conocer las claves de la narrativa visual de este formato. A diferencia de un álbum de fotos familiar o un libro de fotografía, el fotolibro, además de contener imágenes, busca contar una historia al público. La estructura, el diseño y las fotografías, juntas, evocan un sentimiento intencionado por el editor y fotógrafo, dando como resultado una obra de arte. Si no sabes por donde empezar, Musuk Nolte te da las claves para crear tu propio fotolibro paso a paso en el curso de Domestika Edición de fotolibros y narrativa visual.
9. Documenta tus viajes
Paul Rand ya lo decía: «el artista es un coleccionista entusiasta de objetos, imaginarios o reales que toma instantáneas, hace anotaciones, apunta sus impresiones en manteles o servilletas, por detrás de los sobres o en las cajas de cerillas… porque todo le resulta potencialmente útil». ¿Y si en lugar de las cajas de cerrillas lo recopilamos todo en nuestro cuaderno de artista? Este verano prueba acompañarte de un buen cuaderno en el que documentar todas las cosas interesantes o curiosas que te sucedan. En tu cuaderno puedes garabatear, plasmar tus pensamientos, guardar pequeñas notas, dibujar y bocetar ideas. En definitiva, crear. Seguro que esas ideas te pueden servir a posteriori para algún proyecto, y si no es así, siempre te quedará un bello recuerdo.
10. Viaja, vete de safari, pero en tu ciudad
Si el dinero no te permite ir a Kenia ni a Madagascar, hay otras muchas formas de viajar, y una de ellas es hacerlo en la misma ciudad. Si te dedicas al diseño y la creatividad y este verano no te queda más remedio que quedarte en casa, una de las mejores cosas que puedes hacer es hacer turismo en tu propia ciudad. Puedes hacer safaris de street art, safaris fotográficos, safaris para descubrir carteles u objetos vintage o safaris tipográficos en los que admirar los vetustos y bellos rótulos de los locales de antaño. Antes que la gentrificación acabe con todos ellos, estamos convencidos que en tu ciudad hay verdaderas joyas por descubrir. Solo te recomendamos que como todo buen turista que se precie, no te olvides de llevar calzado cómodo e hidratarte con agua fresca.
¡Disfruta de un buen verano!