Pues la verdad no lo sé. Estoy seguro de que muchos diseñadores estarán aterrados porque si antes su situación era frágil, ahora mismo es insostenible. Muy pocos van a poder aguantar durante un par de meses.
En pocos días los encargos van a caer prácticamente a cero, y difícilmente podremos hacer nada para conseguir nuevos. Las medidas del gobierno probablemente alivien las obligaciones legales, pero ni mucho menos las necesidades personales.
Estos días de confinamiento seguro que a muchos de vosotros os ha dado que pensar. Y mirando hacia atrás os habéis dado cuenta de que lo que hemos estado haciendo hasta ahora igual no era tan cool como hacíamos ver en las redes sociales.
Estoy seguro de que muchos, después de esta crisis, van a cambiar. Incluso que muchos abandonarán la profesión. No compensa tanto estrés y tanto sufrimiento creativo. Y otros harán lo contrario: decidirán lanzarse por su cuenta a hacer cosas porque no soportan más a su empresa o a su jefe. Actuar es siempre una buena solución; quejarse, no.
A nosotros nos pilló lanzando Gràffica+, un proyecto que llevábamos mucho tiempo preparando y que salió justo una semana antes del estallido del coronavirus. También con la salida del nuevo número de la revista, una revista que hemos hecho en tiempo récord y que esperamos podamos entregaros pronto.
Sea como sea, seguiremos trabajando creando contenidos, dando información y ayudando a los profesionales a ser cada día mejores y poder enfrentarse a sus problemas. Porque ese fue nuestro objetivo cuando empezamos y ahora más que nunca seguirá siéndolo.
Todo esto pasará, pero mientras tanto tendremos que hacer algo.
Pensando estos días en los miles de creativos que nos leen y en cómo se las van a apañar con esto, me he dado cuenta de que en el fondo para nosotros no es tan diferente.
Los diseñadores son trabajadores en remoto desde siempre. No tenemos una tienda abierta al público, ni tenemos al cliente de forma presencial. ¿Cuantas veces al día os visitan los clientes? Si muchas veces lo vemos un par de veces en todo un proyecto. Hablamos por teléfono, hacemos skypes, enviamos mails… pues ahora lo mismo.
El problema no será nuestra manera de trabajar: somos capaces de trabajar en casi cualquier sitio. Seguro que la mayoría han trabajado en hoteles, en el tren, en salas de espera… según nuestra encuesta, el 30% (creo recordar) ya trabaja en casa. Nada de eso va cambiar nuestro sector y nuestra manera de funcionar.
Lo que sí va a cambiar son los encargos. Es evidente que la mayoría hemos pasado de 100 a 0 en solo un día. Me constan cientos de proyectos paralizados o directamente cancelados. Nadie va a mover nada hasta que esto pase.
Pero ¿y si aprendemos a trabajar sin clientes? En nuestra revista número 12, ya os proponíamos esta situación de trabajar sin clientes. Ahora es el momento de proyectar todos nuestros conocimientos en nuevos proyectos personales, en mejorar cosas de nuestro alrededor y conseguir crear sin que nadie nos encargue.
Si de algo vamos sobrados es de creatividad y ahora es cuando hay que utilizarla. Pero, esta vez, hagámoslo bien.
Ahora hay que darse cuenta de que nuestro objetivo en la sociedad no puede ser hacer logos, flyers, catálogos, o campañas. Esto está bien, y siempre tendrá que haber alguien que lo haga, pero no debe ser nuestro único objetivo.
Ahora podemos darnos cuenta de que nuestras habilidades deben servir para hacer una sociedad mejor.
Llegará el día en el que esto finalizará y seguramente todos volveremos a nuestra rutina, pero habrá que preguntarse estos días si queremos seguir dedicándonos a esto de diseñar.
Parece que fue premonitorio, pero el primer especial de Gràffica+ es El diseñador ha muerto; y yo añadiría, Viva el diseñador. Ahora es cuando tenemos que dedicarnos a crear y a ayudar para convertir la profesión de diseñador en la de creador, en la de generador de ideas que hagan que nuestra sociedad y nuestro entorno mejore.
Seguro que no os van a faltar ideas: ahora es cuando más tiempo tenemos para plantearlas y prepararlas para que cuando todo esto haya pasado las pongamos en marcha.
Como dicen los orientales, una crisis es una oportunidad y ahora mismo tenemos la oportunidad que, si no aprovechamos, luego pensaremos: «Con la de tiempo que tuve durante el confinamiento del coronavirus y no hice nada».
Ponte las pilas y empieza a pensar. Empieza a hacer todo aquello que antes no podías hacer y siempre quisiste hacer. Ahora no hay excusa. Se puede trabajar sin clientes.
Feliz lunes y feliz confinamiento.
PD. Igual me he venido un poco arriba, ¿no?