¿Por qué el Ágora es un mal diseño?

A los diseñadores nos enseñan nuestros profesores que diseñar es un acto de análisis, reflexión y mejora. Se trata de crear optimizando los recursos, eliminando los adornos, lo innecesario, lo superfluo, que no la belleza, en nuestras creaciones. Desde la presentación del programa, siempre se mencionó de forma abstracta la posibilidad de instalar en la misma plaza del ayuntamiento una exposición, pabellón, falla o lo que fuera, emulando aquel que se hizo en 1985. Un espacio expositivo en el que mostrar lo más y mejor del diseño, que fuera accesible por la ciudadania, permanente y visitable. Sé que se encargó algo similar a un diseñador de reconocida solvencia pero el coste era excesivo. Y con esta excusa se abandonó esa vía. A cambio se optó por hacerlo internamente. Miguel Arraiz, arquitecto, creativo y director de proyectos de València Capital Mundial del Diseño, es el responsable del proyecto arquitectónico del Àgora València, un proyecto por el que no cobró. Seguramente pensaba que ser diseñador y cliente en la misma persona no era muy presentable socialmente. El Ágora cuando solo era un proyecto Es, según mi criterio, el primer error. Llevamos más de 30 años reivindicando un justo pago por los servicios de diseño y en una ocasión como esta se traslada el mensaje, «no pasa nada, esto lo hago gratis». Es la manera más perfecta para desprestigiar y quitarle valor al trabajo de creación de un proyecto de diseño o arquitectónico. Con qué explicación vamos ahora el resto a presentarnos con presupuestos por nuestro trabajo cuando una construcción de este calibre sale gratis. Es evidente que el arquitecto sabe de la importancia del proyecto y que su beneficio estará en otro tipo de retorno. La Capital Mundial del Diseño se presentó delante del ayuntamiento con un proyecto del Ágora con un coste que elevó a 480.000 euros. Podría haberse presentado con un proyecto más modesto o justo el doble. El ayuntamiento hubiera concedido la adjudicación de todos modos. ¿por qué está mal diseñado? Porque incumple normas básicas de funcionamiento y uso. Nos quejamos en su día de las obras de Santiago Calatrava con clara deficiencias arquitectónicas, con sobrecostes desorbitados y ahora cuando nos toca a los diseñadores demostrar que aquello no era lo correcto, hacemos exactamente lo mismo. Es un espacio que simplemente es un parasol, marquesina, carpa, techo… muy bonito, eso es innegable, pero poco práctico. Se pensó más en la estética que en su practicidad. Con el presupuesto de que se disponía, no se pensó en incluir sillas para que las personas que asistieran a los eventos se pudieran sentar. Era poco agradable ver a gente sentada en el suelo en algunos eventos. No se incluyó ningún sistema de climatización. Cuando hacia calor, te achicharrabas —por mucho que nos vendieran que dentro hacía 10 grados menos, a la sombra siempre hace menos calor—, y cuando hacía frío te congelabas. Ver a algunos ponentes con abrigo, guantes y bufanda, dando una charla, no es diseñar un espacio de forma adecuada. No se instaló ningún sistema de audio. Con casi medio millón de euros nadie pensó en comprar un micro y un par de altavoces para que estuvieran a disposición de los que daban conferencias. Algunos conferenciantes hablaban de viva voz o con un pequeño altavoz bluetooth que prácticamente no se oía nada. Y no se oía incluso con el sistema de audio que se alquilaba para ciertos eventos más importantes, porque justo al lado había una fuente cuyo sonido, además del propio de la calle, impedía una correcta audición. Por no hablar de cuando se instalaba algún concierto en el centro de la plaza que simplemente inutilizaba el espacio por el volumen de la música. La pantalla instalada tenía un efecto ghosting horrible. Si hacías una foto la imagen que aparecía en la pantalla era una sucesión de bandas en la que no se distinguía prácticamente nada. Un efecto conocido debido a la lenta respuesta del monitor LCD. Si se hacen eventos que se van a fotografiar para distribuir en prensa, o para su archivo, una pantalla de estas características es una pésima opción. No se instaló ningún sistema de servicios o inodoro apropiado para eventos del nivel que se pretendía. Se instalaron unos lavabos portátiles (Polyclean), propios de festivales de música de verano, pero no de eventos de diseño. Algunas empresas directamente desestimaron su participación en este espacio por no ser adecuados para sus invitados. Otras empresas también declinaron su participación simplemente porque no se garantizaba la seguridad de sus productos en ese espacio expositivo. Tanto por el vandalismo o hurto como por la climatología. Porque en este espacio tan maravilloso si llovía te mojabas. Algunos eventos se han suspendido por la lluvia, o simplemente por la previsión de lluvia. Sin seguridad, sin sillas, sin climatización, sin sistema de audio, sin pantalla adecuada, sin inodoros… pero con el coste de un chalet medio con piscina. No es un buen diseño. Y para poner la guinda, nadie pensó incluir dentro del presupuesto el desmontaje y traslado de la estructura. Ahora hay que desembolsar otros 70.000€ para retirar el Ágora. Esto ya no es ni fallo de diseño, es directamente mala gestión. ¿Qué imagen trasladamos con este proyecto a la sociedad? Que diseñar sigue siendo algo caro, de snobs que no saben hacer bien su trabajo y que además no saben hacer proyectos de principio a fin. Por no hablar de lo mal que quedamos con la oposición política que probablemente con acciones como esta en cuanto tengan poder, que lo tendrán algún día, al diseño y a los diseñadores no los van a querer ver ni en pintura. Para mí, es un mal diseño.

¿Por qué el Ágora es un mal diseño?

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