Esto es lo que se preguntaba la ilustradora Malota, Mar Hernández, al descubrir que una empresa de Barcelona (malotabcn) –dedicada a vender cascos de moto para mujer, hechos en España y estampados con diversas ilustraciones–, estaba vendiendo sus productos bajo el nombre de ‘malota’; palabra que también se incluye en el diseño en un lateral del casco.
Aunque las ilustraciones de los casos se alejan del estilo tan característico de Malota, ponto han surgido las dudas. Varios han sido los que le han preguntado a la ilustradora sobre la autoría de dichas ilustraciones.
Ante la confusión, Malota decidió ponerse en contacto con la empresa. Tras la negativa de hablar por parte de la organización, Mar Hernández nos ha comentado que, por el momento, hablará con su abogado antes de decidir qué paso tomar a continuación.
La ilustradora Malota tiene el nombre registrado. Sin embargo, tendrá que verse en qué apartado dentro de la Clasificación de Niza, en la que está registrado este controvertido naming. En el caso de que coincidiera en la misma clase en la que la ilustradora tiene su nombre registrado, la empresa de Barcelona debería dejar de emplear el nombre.
El caso de Malota no es el único en el mundo tan complejo de la propiedad intelectual en industrias creativas. Son mucho más comunes de lo que podría parecer y surgen multitud de ellos que van desde plagios descarados a otros más intricados donde la autoría no está tan clara. De ahí la importancia de registrar una marca y conocer en profundidad qué procedimientos hay que seguir para ello, incluso antes de haberla creado, sobre todo para protegerla de situaciones similares a esta.
Actualizado 12/09/2017