Whole Earth Catalog: el buscador en papel que precedió a Google

A finales de la década de los 60, apareció una publicación que anticipaba la participación y el intercambio que definirían el desarrollo de Internet, los buscadores y toda la comunidad online: Whole Earth Catalog. En 1968, en plena época de rebeldía hippie, contracultura y rechazo a los sistemas capitalistas, Stewart Brand y Lois Jennings se subieron a un camión con el propósito de recorrer Estados Unidos organizando ferias educacionales. Conocido como el Whole Earth Catalog Truck, el camión era una mezcla entre tienda y biblioteca ambulante. Brand creó un catálogo para presentar los artículos que transportaban en las comunidades hippies y no tardó en darse cuenta de que era la herramienta más potente que tenía, pues permitía describir y recomendar los objetos que no podía llevar en el camión. Cuando se asentó en Menlo Park (California), en lugar de llevar la tienda a la gente, decidió vender el catálogo y mandarlo por correo postal para que los lectores pudieran contactar con los vendedores directamente. Así surgió el Whole Earth Catalog. La publicación estaba dirigida por jóvenes disconformes que aspiraban a construir un futuro mejor y más sostenible a través del uso de la tecnología a pequeña escala, accesible para cualquiera. Dicho de otro modo, abrazaban el uso tecnológico desde una perspectiva de comunidad. La línea editorial ponía el foco en la autonomía, la ecología, la educación alternativa y el DIY o “hazlo tú mismo”. El eslogan principal no dejaba lugar a dudas sobre las aspiraciones del proyecto: Access to tools. Acceso a herramientas. El Whole Earth Catalog o WEC se publicó regularmente entre 1968 y 1972. No era un libro, ni una revista, ni tampoco un simple catálogo de compra por correo. Sí, se podía pedir un objeto a la tienda física en California y también contactar al vendedor, pero el fin principal de la publicación era el de crear un espacio editorial en el que descubrir y compartir herramientas útiles. Whole Earth Catalog incluía una enorme variedad de artefactos, desde libros hasta aparatos mecánicos pasando por equipos de acampada, kits de cocina, informes científicos, música, etcétera. En palabras del propio Brand, funcionaba como “un aparato de evaluación y guía” en el que el usuario podía saber lo que valía la pena comprar y dónde y cómo conseguir esos productos. Una de las características más importantes del WEC era que concedía el poder a los lectores. El objetivo no era solo darles acceso a herramientas, sino que también los animaba a participar y crear el contenido de la publicación a través de reseñas, recomendaciones o descripciones de las propias experiencias. El resultado: una publicación abierta, interactiva y dinámica. En sus páginas, ni la escritura ni la lectura sucedían de manera lineal, sino como resultado de una red conectada a través de experiencias y comunidades. Esto se alineaba con las formas de comunicación, individual y a la vez colectiva, a las que la nueva era electrónica y digital estaba dando paso. Cada página era un collage de diferentes textos y tipografías, impreso en papel barato y con una estética que se contraponía al acabado en brillo, liso y elegante de las revistas tradicionales. El WEC desafiaba las convenciones de un catálogo al uso y, a excepción de un índice escueto en las primeras páginas, no incluía jerarquías que organizaran los elementos de manera estructurada, privilegiando así la colaboración de una multiplicidad de autores. La falta de centralidad en el diseño se reflejaba también en la manera de leerlo: los lectores podían moverse libremente de un producto a otro, sin orden preestablecido, creando sus propias conexiones y caminos de lectura. El Whole Earth Catalog fue todo un éxito. Comenzó en 1968 con 61 páginas en las que Brand seleccionó casi todos los objetos que se mostraban en él. En apenas tres años, este número se multiplicó por siete y creció hasta llenar 448 páginas de objetos y recursos que eran fruto de recomendaciones y contribuciones de los lectores. El catálogo llegó a vender un millón de copias y ganó el National Book Award. En una época en la que el acceso a la información no era tan inmediato como lo es hoy en día, Brand construyó un espacio impreso de colaboración, encuentro e intercambio. Todo eso que la web no tardaría en ofrecer. Y lo hizo a través de una herramienta tan sencilla para nosotros ahora como es una reseña. El WEC se convirtió en una referencia que inspiró a Google, Craigslist, la blogosfera y, en general, el Internet como lo conocemos. En un discurso en la Universidad de Stanford (2005), Steve Jobs se refirió al catálogo así: “Cuando era joven existía una publicación increíble llamada Whole Earth Catalog, que fue una de las biblias de mi generación . Era como Google pero en papel, 35 años antes de que Google apareciera. Era idealista y estaba llena de herramientas y grandes ideas.” El legado del Whole Earth Catalog está presente cada vez que abrimos el navegador para hacer una búsqueda o una recomendación.

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