La comunidad de diseñadores gráficos y diseñadores de tipografías ha sido sacudida con la reciente actualización de la mítica y clásica tipografía Helvetica. Linotype ha dado a conocer la Helvetica Now diseñada por el Monotype Design Studio y Charles Nix sobre el trabajo de Max Miedinger y Eduard Hoffman en los años 50; una noticia que se ha granjeado todo tipo de críticas y alabanzas. Con el objetivo de conocer en mayor profundidad la opinión de los profesionales, les hemos preguntado a los tipógrafos qué les parece la nueva Helvetica. Contamos con la visión de Ana Moliz, Jordi Embodas, Marc Salinas y Txus Marcano.
Ana Moliz. Profesora de diseño gráfico y diseño de tipografía en la escuela de Gauss Multimedia de Málaga. Responsable del catálogo tipográfico de Fontown y socia cofundadora del blog de diseño editorial y tipografía Rayitas Azules.
«Teniendo en cuenta el contexto en el que nació la Helvetica en los años 50 –y teniendo en cuenta qué tipografías había antes–, esta tipografía fue todo unboom.Supuso un cambio de paradigma a nivel general. Pero hoy en día, y bajo mi punto de vista —y desde la premisa de que la tipografía tiene que ser funcional, tiene que tener un propósito y una actitud—, la Helvetica no es una tipografía que tenga mucha personalidad. De ahí a que, todo lo que le aporte cierta personalidad a la tipografía, a mí me parece positivo.
La Helvetica es muy neutra. A mí nunca me ha dicho nada. La he utilizado a nivel personal en pocas ocasiones y para reflejar contenido de tipo solo informativo y escueto sin personalidad. Si ahora, con esta actualización, se le añade un punto que la haga más personal, algo que llame más la atención, a mí me parece positivo. Hay que ajustarse a los tiempos, hay que adaptarse.
Las tendencias tipográficas actuales se dirigen hacia las tipografías con un carácter muy marcado. Ejemplo de ello es ver cómo trabajan las fundiciones más importantes quienes cuentan con tipografías con gran personalidad. Por ejemplo, Future Font ha llevado a cabo una suerte de revival de las primeras tipografías experimentales de los 90 y de principios de los años 2000 que ahora llama poderosamente la atención.
Supongo que Linotype querrá darle un lavado de cara y hacer la Helvetica un poco más llamativa para su uso más display, que por tendencia es lo que más se lleva ahora».
Jordi Embodas. Diseñador gráfico especializado en diseño editorial y tipografía. En 2010 fundó tipografies.com, un espacio donde muestra sus fuentes. Es profesor de tipografía en la Escuela Elisava desde 2010.
«Aunque todavía no he ido muy al detalle —y por ello no puedo criticar el trabajo en sentido técnico—, lo que veo es que han sacado un producto comercial aventajado bajo el paraguas de Helvetica. Quizá han extendido tanto los aspectos del uso —me refiero a la versión Micro y las alternativas—, que igual han traspasado un poco el límite de lo que serían las características de una familia. Cuanto más extensa lo haces, más se desnaturaliza la tipografía.
El motivo del lanzamiento de la Helvetica Now parece claro; es un motivo comercial. Intentan seguir sacando provecho de la Helvetica. Pero no creo que aporte mucho más que eso.
Hay algunas versiones tan extremas como la versión Micro y tantas alternativas, que igual hubiera sido más honesto poner otro nombre a la tipografía. De este modo, se redibuja la tipografía, se readapta a las nuevas tecnologías y soportes sin corromper la esencia del diseño original. En el caso de la Helvetica Now, creo que se han pasado un poco».
Marc Salinas. Actualmente, coordina el Postgrado de Tipografía en la escuela de Diseño, Tecnología y Comunicación Digital Seeway y comparte, junto a Eduardo Manso, la asignatura de Diseño Tipográfico en la Escuela Superior de Imagen y Diseño IDEP. También es Director del curso online Experto en Tipografía Avanzada en LaBasad.
«Desde mi punto de vista como diseñador, entiendo que a las grandes empresas que usen la Helvetica como tipografía corporativa, la Helvetica Now les sirva de ayuda ya que, entre otras actualizaciones, está la versión a la que llaman Micro, que es una versión depurada para que sea legible en cuerpos pequeños tanto impresos como digitales. Es por ello por lo que, a nivel empresarial es una actualización más, como podía ser la actualización del Seat Ibiza, por ejemplo. Si comparamos el Seat Ibiza de los años 70 y el de ahora, no solo varía la tecnología, sino que varía en diseño. No sé porque se le sigue llamando Seat Ibiza cuando ya no tiene nada del espíritu del Ibiza. Y esto es un poco lo que me pasa con la nueva Helvetica.
Desde la perspectiva de tipógrafo, creo que todavía queda mucho por diseñar. No sé si es necesario darle una vuelta de tuerca más a una tipografía que ya tiene 70 años y que en un principio se diseñó partiendo de unas premisas muy claras tanto estéticas como técnicas —por un lado, tomando como referencia el estilo suizo y por otro contando con la entrada de la fotocomposición—. Por ello, no sé si ahora tiene sentido hacer algo así con una tipografía como la Helvetica.
Desde mi punto de vista y como profesor de tipografía, me pregunto por qué se ha diseñado Helvetica Now; ¿qué es lo que se pretendía buscar? Además, he visto que se ofrecen una serie de glifos alternativos que ya ni tan solo se parecen a la Helvetica. Parece una tipografía geométrica de palo seco, más que una neogrotesca (como lo es realmente la Helvetica).
Como tipógrafo, personalmente no le veo ningún sentido a este tipo de cosas. Es un movimiento comercial más. Pero lo que es aportar, a mí no me aporta absolutamente nada».
Txus Marcano es tipógrafo y profesor de diseño gráfico y tipografía en la Escuela de Arte San Telmo de Málaga. Es miembro de Unos Tipos Duros, y editor de la editorial Jardín de Monos.
Imagínate que coges la Gioconda y le cambias la ropa porque ya no se adecua a los tiempos actuales. En el caso de la Helvetica Now ha pasado algo similar; se ha descontextualizado y reconvertido para seguir viviendo de las rentas.
He estado viendo la cantidad de trampas de tinta que le han hecho, esas curvas raras y las diagonales extrañas que le han puesto, bajo la excusa de convertirla en una tipo especial para microcuerpos. Pero, curiosamente, si miras en su página, no hay ninguna muestra. No sé qué sentido tiene (a parte de haber querido seguir estrujando la gallina de los huevos de oro) ni veo ninguna utilidad real.
¿Qué sentido tiene hacer una nueva Helvetica cuando sus autores en los años 50 no la hicieron para esos cuerpos y no estaba pensada para ese tipo de cosas? La respuesta es que es una decisión comercial.
Es aprovecharse del nombre de algo que ya existe. Es como aquella copia infame que hicieron en los años 90 de la película Psicosisde Alfred Hitchcock, en la que copiaron plano a plano y además la llamaron igual. ¿Qué sentido tiene hacer una copia exacta de algo que ya existe pero fuera de contexto?
Otra cosa que me planteo técnicamente es que con la tecnología de hoy en día (con las impresoras de ahora y sus resoluciones) no tienen sentido esas trampas de tintas para un cuerpo 6 ni esas ganancias de punto de las que hablan tan brutales…
Con la cantidad de trabajos tipográficos impresionantes que pueden hacerse, ¿tenemos que seguir levantando una y otra vez el cadáver de la Helevetica. Creo que es aprovecharse del nombre. Es puro marketing.
Evidentemente las empresas son muy libres de hacer lo que sea y si la consiguen vender, estupendo. Me parece muy bien».
Actualizado 12/04/2019