Historierista, ilustrador y músico, Robert Crumb fue uno de los fundadores del cómic underground, y es una de las figuras más destacadas de la historia de la ilustración. Su estilo gráfico fusiona influencias de artistas de los primeros años del cómic.
Robert Crumb (Filadelfia, 30 de agosto de 1943), creció en un ambiente conservador y católico en una familia de cinco hermanos. Su padre era el militar Charles V. Crumb. Su interés por el cómic comenzó muy pronto gracias a la insistencia de su hermano mayor Charles: le impuso la obligación de dibujar constantemente. Además, heredó de su hermano cómics de Carl Barks, Walt Helly o E.C. Segar, entre otros.
Junto a sus hermanos muy pronto lanzó sus primeros cómics con títulos como Foo, Crumb Brothers Almanac, que vendían a amigos y vecinos. Pero el paso definitivo que definió su clara vocación artística fue el descubrimiento de la revista Mad, donde quedó fascinado por las ilustraciones de dibujantes como Harvey Kurtzman, Basil Wolverton y Will Elder.
En octubre de 1962 se trasladó a Cleveland, Ohio, donde encontró trabajo como dibujante de tarjetas de felicitación para la empresa American Greetings Card Company.
En 1965 realizó algunos trabajos para Help, una revista dirigida por Harvey Kurtzman. Tras publicar algunos de sus dibujos en fanzines underground, decidió en 1967 trasladarse a San Francisco, en pleno auge de la psicodelia y el flower power, eslogan utilizado por los hippies a finales de los 70 como símbolo de la ideología de la no violencia. Fue allí en 1968 donde editó el primer número de su fanzine Zap Comix, una publicación que con el tiempo se ha convertido en un símbolo emblemático del cómic underground y es considerado por muchos como el nacimiento de este género.
los inicios del cómic underground
El cómic underground era en su origen un concepto técnico que hacía referencia a los canales de edición, impresión y distribución que se desarrollaban al margen de las grandes editoriales de los Estados Unidos en los años 1960. El nacimiento de este estilo supuso en aquella época un auténtico revulsivo para el desarrollo del cómic al permitir la rápida difusión y publicación de historietistas que no seguían los cánones tradicionales. Con el paso del tiempo y con la traducción a otros idiomas el término ha pasado a asociarse a los rasgos formales y temáticos de las historietas publicadas en la prensa de aquella época.
Fue en este momento cuando Crumb comenzó a tratar abiertamente en Zap Comix temas como el sexo o la crítica política, lo cual fue algo muy revolucionario en aquellos años, sobre todo teniendo en cuenta que el cómic de Estados Unidos había estado tradicionalmente orientado hacia el público más juvenil. El éxito inmediato de su rompedora publicación provocó un efecto llamada a otros artistas interesados en la contracultura y que fueron acogidos con gusto por el historietista americano como Robert Williams, Gilbert Shelton, Victor Moscoso, S. Clay Wilson, Rick Griffin o Spain Rodriguez.
Junto con Gilbert Shelton y Vaughn Bod es uno de los mayores representantes del cómic underground.
Y así se fueron multiplicando las creaciones de cómic underground. En las páginas de estas publicaciones Crumb dio vida a personajes que se convirtieron en auténticos iconos de la contracultura como Mr. Natural, el Gato Fritz, Angelfood McSpade o Shuman the Human, entre muchos otros. Todos ellos reúnen las características de un estilo marcado por la idea de huir de las imposiciones y disfrutar de la vida huyendo del sistema. Fue en este momento cuando Crumb alcanzó gran popularidad.
En la década de 1970 comenzó a trabajar en el mundo de la animación. El director Ralph Bakshi produjo en 1972 una película sobre el Gato Fritz (que fue la primera película de dibujos animados no apta para menores). A pesar del gran éxito del largometraje, Crumb siempre se mostró contrario a la adaptación de sus personajes al cine, y mostró su desaprobación asesinando a Fritz en The People’s Comics (1972), un cómic underground de un solo número dibujado y escrito por Crumb.
Durante su vida ha recibido numerosos encargos para diseñar portadas de discos de rock, y fruto de ello es la cubierta del álbum Cheap Thrills (1968), del grupo Big Brother and the Holding Company.
En los años siguientes, decidió retirarse a una granja apartada del mundo, rechazando ofertas muy atractivas como la de los Rolling Stones para dibujarles una portada para un disco. Tras separase de su primera mujer, se casó con Aline Kominsky, también dibujante de cómics, con la que colaboró en numerosas ocasiones. En esta parte de su vida continuó publicando en publicaciones underground, desarrollando sus historietas autobiográficas entre las que destacaban temáticas como su compleja relación con las mujeres o su afición por la música de principios de siglo.
robert crumb y la música
La vida de Crumb siempre ha estado profundamente ligada a la música. Formó parte de la banda R. Crumb & His Cheap Suit Serenaders, dedicada a la difusión de la música popular estadounidense compuesta en la década de 1920. En este grupo tocaba el banjo, instrumento con el que se ha autorretratado en varias ocasiones.
Crumb también ha sido desde siempre un fanático del jazz, el blues sureño y la música de raíces, y a estos géneros dedicó su esfuerzo como portadista en diferentes ocasiones. Además, coleccionaba de forma impulsiva discos de 78 r.p.m.
Gracias a la música conoció al guionista Harvey Pekar, con quien colaboró en el cómic American Splendor (1976).
También ha escrito sobre la vida de diferentes músicos. A principios de los 80 comenzó a trabajar con Yazoo Records, una empresa que se dedicaba a recuperar viejas grabaciones de blues. Y con el paso de los años esto provocó el nacimiento de Héroes del blues, el jazz y el country, un libro con 114 de estos retratos sacados en su mayoría de fotografías antiguas.
En 1981 fundó la revista Weirdo, que después cedió a Peter Bagge. Cuando Bagge se retiró, en el número 17, la dirección pasó a la esposa de Crumb, Aline Kominsky, hasta su cierre en el número 27.
En 1991 se instaló en el sur de Francia. Al año siguiente, su obra fue objeto de una importante exposición en el Festival del Cómic de Angulema. En 1994, Terry Zwigoff, viejo amigo de Crumb, dirigió un documental sobre su vida, en el que tanto el artista como sus familiares colaboraron con absoluta entrega, y que lo podemos considerar como un documento indispensable para conocer sus peculiares obsesiones y su entorno familiar, marcado por la educación represiva de sus padres y las enfermedades mentales que fueron desarrollando sus hermanos.
estilo
No es fácil encasillar el estilo de Crumb, ya que se trata de una mezcla de influencias que derivaron en una forma de ilustrar sin precedentes. Fusiona influencias de artistas de los primeros años del cómic, como Belly DeBeck, autor de la tira de Barney Google; C.E. Brock o E.C. Segar, creador de Popeye. Además, Robert Crumb también ha afirmado que entre sus mayores influencias se cuentan artistas como Harvey Kurtzman; John Stanley, el segundo autor de La pequeña Lulú; o Carl Barks, que dibujó para Disney historietas del Pato Donald.
Además, sus ilustraciones siempre han estado cargadas por un profundo sentido ideológico marcado por una postura crítica hacia las grandes élites políticas y sociales. Pero, en definitiva, la importancia de su estilo es que fue innovador, ya que fue uno de los primeros ilustradores que se atrevieron a realizar ilustraciones que nadie se había atrevido a dibujar antes.