El PP acaba de presentar su nuevo logo para la próxima campaña política a la que se enfrenta. Un diseño realizado por su «equipo internamente» que ha suscitado todo tipo de críticas. Analizamos el logo desde un punto de vista técnico para ver si realmente es tan malo como parece.
Hay gráficos que nos pueden gustar más o menos, que representan mejor o peor el concepto que se quiere transmitir o vender, pero técnicamente hay temas que de forma objetiva se pueden analizar para demostrar si un proyecto gráfico está bien o mal ejecutado.
Cuando el diseño de un logo despierta tantos comentarios es que algo está fallando. Todo el mundo le encuentra defectos y aunque no sepan cómo expresarlo y acaben haciendo memes de todo tipo, lo que ocurre es que falla lo más elemental y básico, un buen diseño.
Estéticamente
Según dice uno de los múltiples vicesecretarios del PP, Pablo Casado: «Es como el logo de Apple, flat design, o sea diseño minimalista». En este caso se mezclan y confunden cosas seguramente por ignorancia. Ni el logo es como el de Apple, ni mucho menos es flat design o minimalista, términos no necesariamente unidos.
Lo que es evidente estéticamente es que se trata de un logo muy flojo, con muy pocas sorpresas a nivel gráfico. Si lo comparamos con el de Apple, estéticamente no es agradable.
No es icónico, ni tiene fuerza a nivel de recuerdo.
Incluso visualmente, a tamaños pequeños, la gaviota-albatros-pájaro va en contra de la sencillez, simplicidad o minimalismo que se pretende. Hubiese sido mucho más acertado utilizar un círculo con un par de PP centradas al igual que hace el Partido Demócrata de Estados Unidos. No hay que ser un gran especialista para darse cuenta que el logo del Partido Demócrata tiene un símbolo perfecto en su composición, más rotundo, claro, limpio…
Composición
Rápidamente podemos observar que está todo desequilibrado. El PP dice que pretende reforzar su ‘centralidad’, pero desde luego no lo demuestra gráficamente. Las siglas PP ni siquiera están centradas en el eje vertical y mucho menos en el horizontal. La posición de la siglas está ligeramente hacia la derecha y asentadas en la parte inferior, seguramente para dejar espacio al pájaro arriba, pero esto crea una descompensación que visualmente no es agradable. Solo hay que verlo, de nuevo, en el del Partido Demócrata en el que todo está en su sitio.
Gráficamente
Es un error monumental utilizar tan pocos recursos gráficos y tan básicos. Un círculo, una tipografía y un color. Es recomendable para cualquier marca que tenga algo más. Algún contraste, algún elemento más que se sostenga conceptualmente.
El círculo es un elemento que sale solo en cualquier programa de diseño a la primera. ¿Por qué un círculo? ¿Tiene alguna simbología? No hay contrastes en color o formas. Incluso la línea del círculo comparada con la de los demócratas parece endeble.
El dibujo vectorial del pájaro no está muy acertado. Pero sobre todo, el hecho de unirlo al círculo exterior crea una nueva forma que lo desvirtúa y pasa a ser un objeto que cuesta de entender visualmente.
Tipografía
La tipografía utilizada por el PP ha sido Gotham, de Hoefler & Co. Una tipografía muy utilizada actualmente por su sencillez y geometría.
Esto que aparentemente es positivo se convierte en negativo desde el momento en que por un lado es una tipografía muy extendida en su uso con lo que es muy posible encontrar otras organizaciones con la misma tipografía. Sería muy recomendable que hubieran encargado el diseño de una tipografía propia, única y diferente, como hizo en su día Obama precisamente con la Gotham.
Algo que es conocido por los diseñadores es que una tipografía no se debe deformar. Ni estirar ni comprimir ni añadir partes a menos que se sepa lo que se hace y todo esté controlado. En el caso de la siglas, parece que por algún motivo les pareció que las verticales eran muy cortas, y al menos en nuestra visualización, le añadieron unos milímetros más a las dos pes para que parecieran más altas y más estilizadas, ya que la altura de X de la Gotham es algo baja.
Por otro lado, la utilización de un interletraje tan junto hace que las dos letras se monten innecesariamente, algo que ya pasaba en la anterior marca. Pueden tocarse o incluso tener espacio entre ellas, lo que las haría mucho más claras en lectura y evitaría, un poco, ese efecto ‘ojos’ que parece tanto ha gustado en las redes.
En cuanto al concepto tipográfico, que ya mencionábamos arriba, no es una buena estrategia utilizar la misma tipografía que tu competencia. En este caso, coincide con la misma tipografía que utiliza Podemos.
Utilizar la misma simbología gráfica que otro partido político es una clara evidencia del desconocimiento, ignorancia y desconexión en lo más básico.
Si un partido se quiere diferenciar debe buscar lenguajes diferentes a los demás y recursos gráficos únicos. Si se utiliza la misma tipografía se utiliza el mismo discurso gráfico –no sé si eso equivale también al mismo discurso político–. Ocurre lo mismo con el uso del círculo, algo muy extendido entre el lenguaje de los seguidores de Podemos. Muy poco recomendable.
También es un error bastante común utilizar tipografía con su kerning por defecto para titulares, logos o grandes rótulos. Las fuentes se suelen diseñar para su uso en texto a tamaños muy pequeños en los que unas milésimas a la derecha o a la izquierda hacen mucho. Cuando se usa una tipografía a tamaños grandes, a no ser que se haya diseñado para ese uso, los proporciones cambian. Es justo lo que aquí pasa, se ha dejado el interletraje por defecto que trae la tipografía para su uso como cuerpo de texto y entonces aparecen espacios y huecos no deseados que hay que ajustar.
Si se deja tal cual, como es el caso de Podemos, se nota menos, pero si se hace un interletraje negativo, como pasa en el PP, no sólo se notan más los espacios desiguales entre letras, sino que transmiten a su vez un mensaje de compresión o apelotonamiento. Esto último no siempre es malo, porque puede trasmitir un concepto, a su vez, de mayor unidad.
Branding
En cualquier caso, lo más importante de una marca no es su gráfico. Hay cientos de marcas que están horrendamente diseñadas que no simbolizan nada, pero detrás de ellas se asienta una grandísima estrategia de branding. Hacer una marca no es sólo crear un gráfico que esté bien diseñado. Es deseable, pero no lo es todo.
En este caso, el cambio no tiene absolutamente ningún sentido. Se tira a la papelera una imagen ya consolidada por una nueva con muchos defectos, que habrá que pulir. Pero lo más decepcionante es que se presenta un logo sin nada más detrás. Sin un plan claro de implantación de la marca. Algo vacío, un cambio por un cambio. Cambiar para ver si con eso nos ven diferentes.
Una marca tiene que trasmitir valores y confianza. Debe dar continuidad a lo que se ha hecho antes y que de ese modo, los antiguos y los nuevos seguidores de la marca se sientan confortables con la misma. Crear un storytelling detrás de la imagen de marca que sea creíble y comprensible para todos y que todo ello esté soportado por la imagen, por el logo, por la tipografía, por el color…
Solo hay que ver los cambios de imagen que ha sufrido el logo del PP para entender que lo único que tenían estable era precisamente las siglas en una ligera inclinación hacia la derecha. El resto ha ido cambiando según el aire que soplaba en cada momento. Cambios que claramente no tenían ningún sentido en branding. Incluso se llegó a cambiar el color azul por un naranja.
Con todo lo expuesto, es claro que el nuevo logo del PP está claramente mal resuelto gráficamente. Contar con un comité de políticos para diseñar es una mala elección. No contar con profesionales es una falta de respeto, que ya expresábamos ayer.
Es el producto de la no utilización de especialistas o expertos en la materia. Es una marca muy poco creíble desde diferentes puntos de vista y está vacía de contenido.
Pero como parece que cada 7 años, más o menos, en el PP toca cambio, no hay que preocuparse mucho. Veremos cuánto aguanta este.
Actualizado 26/03/2024