Nueva marca del Gobierno de Cantabria. ¿Un logo con piel de cordero?

Han pasado ya unos cuantos días desde que se hizo público el fallo del «Concurso de Ideas con Intervención de Jurado para el Diseño de la Identidad Corporativa del Gobierno de Cantabria», y que daba como ganador de los 3.000 € (impuestos incluidos) con los que estaba dotado el premio, al diseñador cántabro Rafa San Emeterio. Pues bien, después de analizar con sosiego y profundidad la marca ganadora, he de confesar que no me parece acertada su elección. De esta reflexión surgen estas ocho razones por las que la elección de la nueva marca del Gobierno de Cantabria no es acertada.
nuevo logo del gobierno de Cantabria

Ojo, no quiero decir que el trabajo de Rafa San Emeterio no esté correctamente realizado, que estéticamente lo está, pero de ahí a considerarlo un trabajo «exquisito» (como he leído en algún medio especializado) o a «nos hemos llevado una gran alegría al abrir el sobre porque no hubiéramos elegido uno mejor» (consejero de Presidencia del Gobierno de Cantabria, y organizador del concurso, dixit) hay un pequeño gran mundo.

Creo que como profesionales del diseño, no nos debe cegar el brillo de lo mínimo y lo moderno. Hay vida (y esperanza) más allá de la síntesis absoluta, esa que aplasta cualquier atisbo de personalidad, esa que hace desaparecer (porque complica) lo incómodo, esa que uniformiza hasta el aburrimiento la gráfica y la comunicación. Una buena marca, quizás no resultaría igual de «deslumbrante» a primera vista, pero cumpliría de forma más correcta su cometido, eso para y por lo que es creada.

Con el paso de los días he conseguido resumir mi parecer en ocho razones que paso a exponer:
1.- La marca elegida, conociendo un poco el trabajo del autor, es mucho de Rafa San Emeterio pero poco de Cantabria. Lo cual, y siempre en mi humilde opinión, no es demasiado bueno en un proyecto de comunicación corporativa como el que se está tratando.
2.- Es una marca completamente modal. Es decir, está basada en una gráfica que ahora mismo está muy en boga, pero que dentro de un tiempo, creo, no se sostendrá con firmeza. Una marca bien hecha tiene que aguantar actual y dignamente el paso del tiempo; y no parecer demodé al cabo de tres, cuatro o cinco años. ¿Alguien cree que, por ejemplo, el logo del Deutsch Bank hubiera aguantado igual el paso del tiempo si Anton Stankowski se hubiera rendido a la gráfica de moda de principios de los 70?
3.- Por el camino de la sintetización se han quedado los conceptos clave del escudo cántabro. ¿Qué pasa, que las cadenas al romperse arrastraron y hundieron hasta desaparecer a la nave (barco) con la que marineros cántabros conquistaron Sevilla? ¿De veras hay alguien que conociendo ligeramente el escudo de Cantabria considere prescindibles estos dos elementos? Entiendo que el ejercicio de síntesis es arduo y complicado pero no por ello hay que tomar atajos y mandar al limbo lo que nos estorbe.
4.- En el símbolo se aprecia algún pequeño fallo de alineación. Ópticamente los círculos que simbolizan a San Emeterio y San Celedonio no están a la misma altura. En un símbolo de estas características en el que todo está basado en la perfección geométrica, un «pequeño» descuido de este tipo provoca un interferencia visual que debería haber sido corregida ópticamente.
5.- La gama cromática no me parece demasiado acertada. Me recuerda demasiado a algunas banderas de América Latina y puede provocar confusión, lo cual debe ser evitado a toda costa en una marca gubernamental. Además, y puestos ya pejigueros en aspectos técnicos, a ver quién es el «guapo» que consigue imprimir ese rojo en CMYK. Según se puede ver en el dossier de marca presentado por el autor, la marca funciona mucho mejor en las versiones monocromas que en la de los colores corporativos. ¿Alguien se ha planteado cuánto dinero se ahorraría el erario público si la marca fuese a una sola tinta?


6.- La elección tipográfica no me entusiasma. Obviamente el símbolo (escudo) realizado pedía a gritos una tipografía «sans» y más o menos rotunda, pero creo que una tipografía con una mayor altura «x», hubiera encajado mucho mejor y habría dotado al conjunto (símbolo + logotipo) de una mayor estabilidad. Además creo que tanto el interlineado como el kerning son claramente mejorables.
7.- ¿Donde está la originalidad y la modernidad? ¿Por qué todos los escudos de los Gobiernos autonómicos (salvo honrosas excepciones) se empiezan a parecer tanto? ¿Dónde quedan los atributos propios y diferenciadores de cada comunidad? ¿De verdad es posible, que después de casi 40 años solo seamos capaces de hacer refritos de la corona de Correos y Telégrafos de Cruz Novillo (diseñada en 1977)? ¿Nadie se ha parado a pensar que los escudos se pueden «modernizar» decentemente de otra manera? ¿Alguien conoce hace cuánto tiempo que Alberto Corazón «vació» el escudo de Alcobendas?
8.- Por último, es una marca «embustera». No representa ni la verdadera identidad ni la naturaleza de la institución que representa. ¿Hay alguien que de verdad crea que el Gobierno de Cantabria está bien representado en esa marca? ¿No debería ser ese el cometido de cualquier marca gráfica? ¿Nadie es consciente que los gobiernos representan a personas y no a blisters de píldoras? ¿Es una marca para todos o solo para gente de «elevado» nivel visual? ¿Acaso alguien cree que si Revilla se afeita el bigote, deja los puros y reparte tarjetas con la marca que han dado por ganadora, va a ser/parecer más moderno, actualizado o incluso cool que Obama?

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