«Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio», así lo explicaba en su día el poeta, dramaturgo y prosista español Federico García Lorca. Un misterio por su subjetividad y difícil interpretación, pero también porque cuando hablamos de poesía nos es difícil pensar de qué manera trasladar los sentimientos y emociones que transmiten los versos en imágenes.
Sin embargo, sí que es posible construir un relato audiovisual con la poesía. Esto es lo que ha querido demostrar Adrián Suárez en su nuevo trabajo, un proyecto personal basado en la interpretación de dos poemas: Instrucciones para cantar, de Julio Cortázar y El Minuto, de Charles Bukowski.
El proceso creativo es lo más característico de su obra. Pequeños detalles muy cuidados, metáforas, colores, elementos naif y dulzura, así es el nuevo trabajo de Adrián Suárez, que, durante un minuto te envuelve en un mundo onírico y único, repleto de personalidad.
Adrián Suárez. Madrid, 1983. Tras su paso por diferentes agencias de publicidad como director de arte, algo que, según él mismo afirma, es de los aspectos más enriquecedores de su carrera ya que le ha permitido alimentarse siempre de las últimas tendencias y conocer gente con un gran talento, este creativo español dio el salto a la dirección audiovisual de spots de publicidad y documentales.
Aunque es español de nacimiento, ha vivido en otras partes del mundo como Inglaterra o Italia, y desde hace dos años vive en la ciudad de Bogotá, en Colombia. Aunque no tiene una formación académica en el sector artístico, el creativo madrileño tiene una doble licenciatura en Publicidad y Comunicación Audiovisual, y una gran base artística que le viene de familia: su madre se dedica a la música y su padre a las artes plásticas.
Su producción es extensa y en ella cuida los objetos, los sujetos y su composición. Para él, cada plano es decisivo y le encantan los formatos cortos, de ahí que se acerque más al concepto de spot que al de producción cinematográfica. Cuida al máximo los objetos, los sujetos y la composición que se establece entre ellos, y, como director de arte publicitario que es, sabe que cada plano es decisivo. Le encantan los formatos cortos, por lo que se acerca más al concepto de spot que al de producción cinematográfica. El color tiene un papel protagonista en todo su trabajo, es el elemento que le da sentido a su obra y define su personalidad.
Actualizado 12/05/2016