EN COLABORACIÓN CON GUARRO CASAS.
Daniel Domínguez es product manager de Guarro Casas. Desde hace 4 años es responsable de la creación de los papeles creativos de esta marca que cuenta con más de 320 años de tradición papelera.
En el número 16 de la revista Gràffica Papel, hablamos con Daniel Domínguez, product manager de Guarro Casas. Nos cuenta todo lo que se esconde tras la forma de producir papel en esta empresa. También nos revela unos cuantos consejos muy útiles para la comunidad creativa.
FABRICAR PAPEL. El papel se fabrica con una maquinaria muy compleja y fascinante. En el caso de Guarro Casas, no hacemos el proceso de extracción de fibras, sino que las compramos vírgenes y ya blanqueadas y libres de cloro elemental, siempre procedentes de orígenes certificados y sostenibles. La pulpa de celulosa que adquirimos a los fabricantes viene en láminas. Cuando la tenemos, la introducimos en una máquina que se llama «pulper», una especie de batidora gigante que se encarga de separar y deshacer esas láminas. Después, pasamos a la tina, una suerte de piscina circular donde las fibras flotan; ahí es donde las separamos y preparamos.
Hacer papel es como cocinar. En cocina, tienes espaguetis y fideos. Hacer papel con fideos es fácil porque son cortos; pero nosotros solemos usar fibra larga, es decir, espaguetis. Cuando usamos fibra larga, esta tiende a enredarse más entre ella. La función de la tina es removerlas suavemente sin que lleguen a entrelazarse. Paralelamente, en otra tina, hacemos el color. En Guarro Casas tintamos el papel en masa porque así garantizamos que resista al sol. Y, una vez tenemos las fibras bien separadas y el color hecho, lo juntamos todo en una máquina.
Cuando el papel está formado, aún está húmedo y hay que secarlo. En las siguientes fases del proyecto, ese es el cometido; primero, con bayetas gigantescas. Dependiendo de esas bayetas, el papel final tendrá una personalidad o aspecto distinto. Después, el papel pasa a la zona de cilindros de secado. Ahí llenamos de vapor unos cilindros metálicos que acaban de secar el papel. Cuando llega al final de la sección, el papel podría estar, más o menos, completo.
Nosotros, sin embargo, incorporamos más procesos. Tenemos un bloque, un módulo, que nos permite hacer tratamientos superficiales como el tratamiento antihuellas a nuestros papeles (de esta manera, cuando los tocas, no dejas huellas dactilares). Después, lo secamos de nuevo.
Cuando finaliza la zona de secado, disponemos de una máquina que mide continuamente el color, la humedad, el gramaje y el grosor del papel, pues tenemos un estándar al que se debe adaptar cada tipo de papel. Si el papel sube demasiado de gramaje, la máquina hace correcciones; si el color no es exactamente el mismo, aunque para nosotros sea imperceptible, se corrige o se le añade del que haga falta para que se mantenga dentro de las tolerancias del estándar establecido.
A continuación, tenemos la opción de pasarlo por la calandra, un rodillo metálico que chafa el papel. Al chafarlo, le quitamos la marca de la bayeta que inicialmente había adquirido en el proceso de secado y lo alisamos. Por último, realizamos la bobina de papel.
Esta es la fabricación de papel básica, el mínimo. El Geltex, uno de nuestros productos más conocidos, por ejemplo, se hace así. A partir de ahí, se puede ir completando de muchas maneras: recubrimientos, gofrados, texturas (piel de cocodrilo, figuras geométricas…), barnizados, metalizados… Podemos alternar el orden de las máquinas según nos convenga y obtener resultados totalmente distintos.
Lo cierto es que parece muy fácil hacer papel, pero cuando comienzas a trabajar en ello, te das cuenta de la complejidad que tiene.
ESCOGER EL PAPEL. El primer criterio que tendría en cuenta es el de la sostenibilidad. Creo que nos estamos cargando el planeta y debemos ser conscientes de ello. Por eso, cuando escojas un papel, mi primer consejo es que te fijes en su certificado. Es importante que sepamos que lo que adquirimos respeta el medioambiente: que compremos papel que proceda
de bosques sostenibles.
A partir de aquí, sí que percibo que, en el mundo del diseño, se suele priorizar el aspecto a la funcionalidad. Los papeles se hacen con una finalidad y, para eso, se usan distintos tipos de fibras o componentes que garantizan ese objetivo. ¿Qué ocurre? Que se escoge un papel muy bonito, pero le faltan las características mecánicas que se necesitan.
De nada te sirve un papel muy bonito que transmite lo que quieres si, cuando haces el objeto, se rompe.
Por eso primero tienes que pensar en qué quieres hacer y, a partir de ahí, buscar una gama de papeles que cumpla con esa finalidad. Guiarse por el aspecto y olvidarse de la funcionalidad es uno de los errores principales a la hora de escoger un papel.
PAPELES Y PRODUCTOS. Uno de los principales productos por los que se nos conoce es, en primer lugar, el Geltex, usado en el mundo editorial para recubrir tapas y usarlo como guardas. Además, dispone de una variedad de colores brutal: tenemos 88 en stock con distintas texturas, y fabricamos más de 100 distintos. Y, en segundo lugar, el Guaflex, un material de imitación piel que aporta elegancia y calidad a libros y embalajes. Antiguamente, y gracias a su resistencia, se utilizaba para enciclopedias, diccionarios y biblias. Ahora su importancia es menor porque este tipo de publicaciones se fabrican cada vez menos.
Recientemente hemos lanzado un material destinado para el mundo de la encuadernación rústica, el Masterblank, que está teniendo muy buena acogida y del cual hemos duplicado referencias e incluso realizado fabricaciones especiales para las editoriales más importantes de España y Reino Unido.
PROBLEMAS TÉCNICOS. Pueden ser muchos y variados, y todos se resuelven de la misma manera: probando. En primer lugar, la manipulación del papel depende mucho de la máquina que tenga cada persona. Las máquinas tienen características distintas y, por tanto, es imposible pensar en todos los problemas que puedan surgir.
El papel está vivo y reacciona al entorno como nosotros: si hay humedad, se ondula; si hace mucho sol, se seca y se vuelve quebradizo.
Los papeles gofrados suelen necesitar más mimos al manipularlos. También es muy importante la dirección de la fibra (si lo doblamos en la que no corresponde, podemos romperlo y perdemos resistencia).
INNOVACIONES. Estamos trabajando y ya hemos realizado pruebas con éxito de papeles que permitirán sustituir los materiales plásticos como el pvc para artículos de escritorio como archivadores. Y, aunque no lo comercializaremos bajo el nombre de Guarro Casas, sino bajo el paraguas de Arjowiggins, el grupo al que pertenecemos, sí que se desarrolla en nuestras instalaciones un papel llamado Powercoat, una solución flexible y muy delgada que permite imprimir complejos circuitos electrónicos siendo la base de los futuros productos inteligentes.
Puedes encontrar la entrevista a Daniel Domínguez de Guarro Casas en el número 16 de la revista Gràffica Papel (actualmente agotado en Tienda Gràffica, pero disponible todavía en puntos de venta; en caso de duda, escribe a tienda@graffica.info). Si quieres la versión digital de la revista, la puedes conseguir en Android y iOs.
Actualizado 07/04/2020