Para los que no vivan, trabajen o diseñen en la Comunidad Valenciana probablemente no conocerán el Instituto de la Mediana y la Pequeña Industria Valenciana (Impiva). Para los que estamos aquí y nos dedicamos a la profesión, Impiva es la entidad pública de referencia en temas de diseño e innovación en el ámbito de la empresa (I+D+i). Un instituto que permite la financiación de proyectos vinculados con el diseño, un lugar donde los proyectos de nuestro sector tienen un interlocutor que parece estar más de nuestro lado de lo que es habitual en la administración pública, y en especial la valenciana.
Pues bien, este organismo desaparece englobado en una nueva entidad que se llamará Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE). En los últimos días, nos habían llegado todo tipo de rumores sobre el fin de la institución. Una noticia que no es nueva, ya lo comunicó la Generalitat que se aglutinaría en un nuevo conglomerado de empresas que incluiría: Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa Valenciana (Impiva), Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex) y su filial, Agencia Valenciana de la Energía (Aven), Agencia Valenciana de Evaluación y Prospectiva (Avap).
Lo nuevo es que algún día la marca que diseñaron Nacho Lavernia y Daniel Nebot que se puede ver en la plaza del Ayuntamiento de Valencia desaparecerá. Alguien la retirará o se oxidará y pasará al olvido. Imaginamos que junto con la desaparición del recinto y la marca, también se irán muchos de sus trabajadores, en un ERE no público todavía, pero previsible por como van las cosas en esta comunidad.
La historia no es nueva. ¿Alguien se acuerda del DDi [Sociedad Estatal para el Desarrollo del Diseño y la Innovación] englobado ahora en ENISA?
¿ES NECESARIO SUBVENCIONAR EL DISEÑO?
Si una actividad como la innovación y la creatividad necesitan ayuda es que algo no funciona. Es como si diéramos dinero a la gente para que comprara agua a pesar de que es evidente que todo el mundo la necesita. Si a una empresa hay que darle dinero para que haga su web o renueve su marca, algo que debería ser una necesidad, es que las empresas todavía no saben de qué va esto.NO ES CONVENIENTE. La subvención te convierte en inoperante y aniquila la competencia. Hay cientos de ejemplos en los que las subvenciones no han servido más que para dar de comer a burócratas y amantes del trabajo fácil. No agiliza tu mente para encontrar otras fuentes de financiación o rentabilizar el trabajo. ¿Cuántas instituciones o empresas han cerrado por el simple hecho de quedarse sin subvención de donde seguir mamando?
ES URGENTE. Al igual que la administración pública promociona las bondades de la dieta mediterránea o el uso del cinturón de seguridad es necesario, urgente, crear campañas para demostrar que hay grandes ventajas en el uso del diseño. Es decir, para qué subvencionar eventos de diseño o proyectos endogámicos y no dar soporte a sectores emergentes o con posibilidades de generar riqueza. Holanda es un ejemplo en esto. Con todo lo que se ha invertido todos estos años en subvenciones a la realización de marcas, webs o conferencias… si se hubiera invertido en dar facilidades fiscales, planes a futuro para la creación de una verdadera industria creativa, en estos momentos, seguro que seríamos el Silicon Valley del diseño. Valencia Disseny Land.
Cuando el Impiva ya no esté, desaparecerá nuestra particular fundación. Nuestro FAD a la valenciana. Nos preguntamos qué será de Impiva Disseny o del Centro de Documentación (que ya estuvo cerrado durante años y que conseguimos volver a poner en orden hace poco). Las preguntas se nos agolpan. Qué será de los Institutos tecnológicos que tan buenos proyectos desarrollan, algunos como Aido estrechamente relacionados con el diseño. O ADCV que durante años ha sido su gran respaldo. Y la pregunta que todos se hacen: ¿qué será de la deuda que acumula Impiva? A los institutos se les debe más de 50 millones de euros y a ADCV casi 100.000 euros. Deudas que tienen a todos al borde del cierre.
Realmente nadie sabe-dice nada. Todo son dudas e intrigas. Nadie se atreve a pronosticar cómo será el cierre, pero todos coinciden en que la caída será ruidosa. Desaparición total de la marca y la entidad en sí, aglutinada en un nuevo organismo en el que el diseño será una mesa en el rincón de una sala que tendrá que luchar con los demás por otros intereses. ¿Quién va a hacernos caso ahora?
Sinceramente creo que no pasará nada. El apoyo de las instituciones nunca ha sido decidido, nunca ha habido un plan serio para que el diseño, la innovación, la creatividad se uniera con pegamento a las empresas. Todo han sido parches, subvenciones y ‘apaños’ para las estadísticas. Solo espero que las deudas no las borre el tiempo y todos recuperen al menos lo invertido.
Lo que ocurrirá es que el desierto seguirá avanzando y seguiremos luchando como hasta ahora. Sin futuro ni plan a largo plazo para hacerle ver a las empresas e instituciones que nuestra labor es vital para ellas. Seguramente el problema está en los políticos, como bien expresa la población en las numerosas protestas. Si los políticos pensaran en el largo plazo, si fueran competentes en sus puestos, si en lugar de beneficiar a su entorno lo hicieran por crear riqueza y futuro las cosas podrían cambiar. Como decía Alberto Corazón ‘habría que nombrar a un buen diseñador ministro de Industria y Comercio’ para que la creatividad, la innovación y el desarrollo formaran parte, ya no de la empresa sino de la sociedad. ¡Uf! soñar es bonito.
Actualizado 19/02/2021