«Gráfica en tiempos de cólera» por Óscar Guayabero

Cómo los diseñadores han creado en circunstancias bélicas: desde la negación a la guerra hasta los símbolos pacifistas, el imaginario visual es extenso.

Iglesia de San Andrés, Kiev. Foto de Ilya Cher.

Escribir sobre diseño se hace difícil mientras las noticias de guerra llegan por tierra, mar y aire. Sí, ya sé que no es la única guerra, sé que en el Yemen, en Siria, en Afganistan, en Palestina, en Haiti y en tantos otros lugares hay conflictos armados y que todas las guerras son sucias e injustas y todas las víctimas igual de dolorosas, pero, ya sea por cercanía o por intereses, el caso es que la de Ucrania nos entra en casa por cualquier ventana digital que abrimos.

En todo caso, a lo que iba es que cuesta centrarte en cualquier cosa, cuando sigues en directo como personas mueren, se esconden, pierden todo lo que tienen, huyen y sobre todo, pasan un miedo atroz.

elegir bando

Ante cualquier conflicto, tendemos a elegir bando, es una frivolidad pero funcionamos siempre así, tanto si vemos un partido de tenis, en el que no conocemos a ninguno de los dos tenistas, como si seguimos una serie de televisión. Una vez hemos elegido bando, el resto del tiempo lo pasamos buscando argumentos para refrendar esa elección.

La invasión de Ucrania no es una excepción, de hecho se la llama “la guerra de Putin” con eso ya hemos tomado partido. No entraré a argumentar a favor o en contra de esa elección, ni sé lo suficiente ni es el lugar, solo confirmo que la mayoría, intuitivamente vamos con los ucranianos. Ante esa posición, el pacifismo cae en desgracia y se muestra como una equidistancia pusilánime.

Pero precisamente el pacifismo es la única opción capaz de evitar que algo parecido vuelva a pasar. En todo caso, a mi entender y obviamente puedo estar equivocado, la opción ante la guerra solo puede ser la paz. “Toda guerra es un síntoma del fracaso del hombre como un animal pensante” decía el escritor John Steinbeck. Por ese motivo, he pensado en recopilar algunas de las mejores gráficas que se han hecho contra la guerra, cualquier guerra.

«Toda guerra es un síntoma del fracaso del hombre como un animal pensante»

John Steinbeck

El cartelista francés Jean Carlú, enmarcado dentro del llamado Art Decó, se implicó en la defensa de la II Repúplica Española y también el la II Guerra Mundial, contra el fascismo.

En 1932, antes de que llegarán esas guerras, ya hizo este cartel premonitorio donde abogaba por el desarme de las naciones y donde mostraba a la población civil como la principal víctima de la guerra. Es un cartel muy avanzado, no solo en temática sino en el uso de la fotografía, el fotocollage y la composición.

La composición mínima y dinámica del cartel de Tadeuz Trepkowski intenta capturar el recuerdo de la devastación provocada en la Segunda Guerra Mundial. Como polaco sabía de lo que hablaba, solo uno de cada cuatro edificios permaneció en pie en Varsovia.

La amenaza de más conflictos internacionales generó mucha propaganda en la década de 1950 promoviendo la causa de la paz. Integrado en el régimen comunista Polonia produjo mucha propaganda contra el “imperialismo capitalista”, pero Trepkowski opta aquí por negar la guerra como tal.

El conocido símbolo de la paz fue diseñado por Gerald Holtom, en 1958, para la Campaña por el Desarme Nuclear Británico (CDN). Pero rápidamente fue adoptado por grupos pacifistas en Inglaterra y EEUU (después que lo introdujera Bayard Rustin, un pacifista amigo de Martin Luther King Jr.) y posteriormente por todo el planeta.

Es quizás el símbolo más universal de defensa de la paz, aunque su uso por movimientos contraculturales de los 60′ en San Francisco lo han ubicado en el Flower Power y las protestas contra la guerra del Vietnam. El origen es bastante curioso, Holtom se inspiró en las señales con banderas marinas para hacer las letras DN (Nuclear Disarmament).

En 1968 Herb Lubalin utilizó el expresionismo tipográfico para lanzar un mensaje contra la guerra de Vietnam. La metodología se entiende como lo contrario de lo que defendía Massimo Vignelli, este decía que la palabra perro no debería ladrar.

Pues bien, Lubalin y sus amigos de la ITC (International Tipyeface Corporation) hacían justamente eso. Aquí como anuncio de un número de la revista Avantgarde hace que la frase “No More War!” resuene como un grito.

Shigeo Fukuda: diseñador gráfico japonés nació en Tokio en 1932, en una familia dedicada a la fabricación de juguetes, y su infancia se vio marcada por la experiencia de la II Guerra Mundial y la derrota de Japón, una circunstancia que influiría en el carácter pacifista y social de su obra.

Uno de sus carteles mas conocidos es “Victory 1945” diseñado en 1972 que ganó el primer premio en Bienal Internacional del Cartel en Varsovia. Con su habitual genio y juegos visuales ponía en tela de juicio lo que significa en realidad ganar una guerra.

Este cartel de Shepard Fairey, conocido como OBEY, fue creado durante la guerra de Irak y es una frase alternativa inspirada en el popular mantra contra la guerra de la década de los 60′, “Haz el amor y no la guerra.” En este caso, Fairey afirma la necesidad de actos creativos en lugar de destructivos. El estilo Art Nouveau de la imagen es una referencia adicional a la influencia del Art Nouveau en el cartelismo psicodélico.

Obey siempre se ha posicionado políticamente hasta el punto de crear la ilustración que Milton Glaser utilizó para la campaña de Obama. Luego Obama estaría implicado en otras guerras, en Pakistán, Libia o Afganistán, pero esa ya es otra historia.

Por último, y también vinculado a las protestas contra la Guerra de Irak, David Karvala, un finlandés afincado en Barcelona, hizo una adaptación de un símbolo creado por la también activista Katrina Foote.

Este símbolo estuvo muy presente en todas las concentraciones y manifestaciones contra la implicación de nuestro país en esta guerra, quizás las más multitudinarias que se han hecho con un motivo antibélico. El año 2004 el Fomento de las Artes y el Diseño entregó una Medalla del FAD a este «Símbolo del No a la Guerra» por haber conseguido que la gente se identificara claramente con la causa.

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