Figma, acusada en California de entrenar IA con diseños privados de sus usuarios

Figma se enfrenta a una demanda colectiva presentada en el Tribunal de Distrito del Norte de California, donde se acusa a la plataforma de utilizar archivos de diseño privados de sus usuarios para entrenar modelos de inteligencia artificial sin informarles ni obtener su consentimiento. La denuncia, interpuesta el 21 de noviembre, describe un supuesto acceso a diseños, imágenes, textos, capas, metadatos y otros materiales confidenciales con el objetivo de nutrir herramientas de IA generativa integradas en la plataforma. Según la demanda, Figma habría inscrito “automáticamente” a los usuarios en un programa que permitía aprovechar sus archivos para el entrenamiento de modelos, pese a que la empresa había asegurado durante años que “sus datos no serían utilizados para los propios fines de la compañía, incluyendo el entrenamiento de IA”. Los demandantes sostienen que esto habría permitido a Figma acceder a “secretos comerciales” y a propiedad intelectual sensible procedente de grandes corporaciones y estudios de diseño que utilizan la plataforma en su trabajo diario. En el documento judicial se afirma que el valor agregado de los diseños almacenados en Figma “se mide razonablemente en decenas o cientos de miles de millones de dólares”, y que estas prácticas —si se demuestran— habrían contribuido a la valoración que la compañía obtuvo en su salida a bolsa de julio de 2025, cuando debutó con una capitalización de 19.300 millones de dólares. El abogado Carter Greenbaum, representante de los demandantes del despacho Greenbaum Olbrantz, declaró: “Este caso subraya un principio simple e importante: los consumidores y las empresas tienen el derecho de asegurar que sus datos más sensibles y propietarios y sus obras creativas únicas no estén siendo utilizados para entrenar en secreto modelos de IA”. Figma, por su parte, ha negado haber utilizado datos privados sin autorización. La compañía sostiene que no emplea archivos de clientes para entrenar modelos a menos que exista permiso explícito y que, cuando ese permiso se otorga, aplica procesos de desidentificación para que los modelos aprendan patrones generales y no contenidos específicos. De momento, la empresa no ha emitido comentarios adicionales sobre las acusaciones. El litigio llega en un momento especialmente delicado para la industria tecnológica, marcada por un creciente escrutinio legal sobre el uso de datos protegidos en el entrenamiento de modelos generativos. A diferencia de otros casos centrados en derechos de autor, esta demanda señala directamente el acceso a información estratégica y diseños en desarrollo, lo que amplifica la preocupación en estudios, agencias y departamentos de diseño corporativo. El temor es claro: que bocetos, interfaces, prototipos o piezas de marca en curso terminen integrados en modelos que luego se ofrecen como servicio estándar a terceros. Ante este escenario, asesores legales y responsables de compliance están instando a revisar contratos, políticas de uso y cláusulas de entrenamiento de IA, así como a priorizar datasets “limpios” y acuerdos de licencia más estrictos para minimizar riesgos reputacionales y regulatorios. El caso contra Figma podría convertirse en uno de los precedentes más importantes para el sector del software creativo y su relación con la inteligencia artificial.

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