El estudio F33 firma la identidad de “Cacao Feliz”, la nueva marca impulsada por Co&Coa y Kankel Cacao. Un proyecto que convierte el diseño en herramienta de transformación social, uniendo gastronomía, cooperación y una mirada contemporánea al chocolate.

El envase de Cacao Feliz se reconoce a primera vista: una semilla de cacao convertida en personaje camina sonriente sobre un fondo blanco. La escena, aparentemente simple, encierra toda la narrativa de la marca: el viaje de ida y vuelta del cacao, desde África hasta Europa y de nuevo a sus orígenes. Porque ese es precisamente el propósito de Co&Coa, la asociación sin ánimo de lucro creada por los publicistas Jorge Martínez y Daniel Acosta junto al chef y pastelero Pol Contreras: llevar el chocolate a quienes lo cultivan.
El proyecto parte de una paradoja. En São Tomé y Príncipe, uno de los grandes productores de cacao del mundo, los niños y niñas nunca han probado el chocolate. El 99 % de la producción se exporta y casi la mitad de la población vive en la pobreza. Para revertir esa injusticia, Cacao Feliz se propone financiar un programa escolar que, durante el curso 2026/27, ofrecerá cada día una bebida de cacao a casi 400 alumnos de la escuela pública de Água-Izé. Un estudio dirigido por nutricionistas y psicólogos medirá además el impacto de esa dieta en su salud y bienestar.

Diseñar la felicidad
La identidad visual del proyecto, creada por el estudio F33, convierte esa idea de bienestar en un lenguaje visual directo, optimista y accesible. Lejos del tono elitista habitual en el sector del chocolate gourmet, el diseño de Cacao Feliz apuesta por la ternura y la honestidad.
El envase, ilustrado con una haba de cacao sonriente, recurre a formas planas y colores cálidos —ocres, rosas y marrones terrosos— que evocan el origen agrícola del producto. La tipografía sans serif, rotunda y limpia, aporta contraste y estructura. En la parte inferior, los datos de origen y proceso (cooperativa CECAQ11, fermentación, secado, refinado…) se presentan como parte del diseño, reivindicando la transparencia y trazabilidad del cacao.
F33 construye así una identidad que comunica alegría sin banalizarla, equilibrio sin rigidez. “Queríamos una marca que sonriera”, explican desde el equipo creativo. “Un símbolo que recordara que la felicidad no está solo en el consumo, sino también en compartir lo que producimos”.

Un proyecto con propósito
El chocolate, elaborado y distribuido junto a Kankel Cacao, se presenta en dos formatos: bolsa de cobertura de 1 kg y tableta de 75 g, ambos con 81 % de pureza y cacao ecológico procedente de São Tomé y Príncipe. Con su venta, Co&Coa financiará el programa de alimentación escolar y otras acciones de sensibilización sobre comercio justo.
Además, Cacao Feliz cuenta con el apoyo de la organización de chefs Euro-Toques, que ha invitado a sus socios a sumarse al proyecto. El chef Andoni Luis Aduriz, de Mugaritz, ha sido uno de los primeros en incorporarlo a su menú degustación. “Cuando comemos chocolate, rara vez pensamos en quién lo hace posible. Este proyecto nos devuelve a ese origen”, ha declarado.
Diseño, ética y gastronomía
Más allá de su función estética, el diseño de Cacao Feliz se convierte en vehículo de relato y conciencia. Cada decisión formal —desde el color hasta la sonrisa impresa en el envase— participa de una narrativa coherente que une placer, origen y responsabilidad.
La marca demuestra que el diseño puede ser una herramienta poderosa para cambiar la percepción del lujo: menos ostentoso y más honesto. Un lujo que no reside en la apariencia, sino en el propósito.
Con Cacao Feliz, Co&Coa plantea algo más que una tableta de chocolate: un manifiesto visual sobre cómo la belleza y la ética pueden fundirse en un mismo gesto. Y ese gesto, literalmente, sabe a felicidad.














