Adobe pone tope a la IA: pagarás más allá de tu plan de Creative Cloud

La compañía introduce un sistema de créditos que limita el uso de la inteligencia artificial generativa en sus aplicaciones. Aunque los usuarios paguen su suscripción mensual, ciertas funciones tendrán ahora un coste adicional una vez agotado el cupo asignado en cada plan. La inteligencia artificial deja de ser un regalo dentro de Creative Cloud. Adobe ha puesto en marcha un modelo de consumo que obliga a medir cada generación con IA. Cada plan incluye un número limitado de créditos, y cuando estos se agotan, no importa la cuota mensual: habrá que esperar al siguiente ciclo o pagar un plus para seguir trabajando. El cambio marca un punto de inflexión en la relación entre los profesionales creativos y la empresa que ha liderado durante décadas el software de diseño, fotografía y audiovisual. Durante la fase beta, los usuarios pudieron experimentar sin restricciones con herramientas como el Relleno Generativo de Photoshop. Pero con la integración definitiva en Creative Cloud, Adobe ha trazado una línea clara. Las funciones estándar —como el relleno, la edición de fondos o la generación de variaciones sencillas de imagen— están incluidas sin límite únicamente en los planes más completos, como el denominado Creative Cloud Pro. En cambio, los planes individuales de aplicación apenas conceden 25 créditos al mes, una cifra insuficiente para un uso profesional. Las funciones premium, que incluyen generación de vídeo con IA, traducción de audio o el uso de modelos avanzados como Firefly Ultra, se pagan aparte. Cada acción consume créditos de forma mucho más acelerada: un segundo de vídeo en alta definición puede costar hasta cien. Aunque el plan Pro ofrece 4.000 créditos mensuales, en un estudio audiovisual con varios proyectos en marcha esa cantidad puede agotarse en cuestión de días. Version 1.0.0 Una nueva capa de coste en el trabajo creativo La consecuencia inmediata es que la suscripción mensual deja de ser suficiente para garantizar un acceso libre a la IA. Ahora los profesionales deben gestionar la inteligencia artificial como un recurso más de producción. Igual que se controla el tiempo de renderizado, las licencias de tipografía o los plazos de entrega, habrá que calcular cuántos créditos consumirá un proyecto y qué parte del presupuesto se destinará a este gasto. La medida introduce una nueva barrera para estudiantes, aficionados y freelancers que trabajan con planes básicos. Un diseñador con la suscripción individual a Photoshop o Illustrator tiene un margen estrecho para usar IA, apenas unas pocas generaciones al mes. Quien necesite más se verá obligado a pasar al plan completo o a comprar créditos adicionales. Para los estudios grandes, el escenario es distinto: probablemente integrarán este nuevo coste en sus presupuestos, del mismo modo que hacen con servidores externos o bancos de imágenes. Límites en un plan standard Cómo saber cuántos créditos tienes Adobe ha habilitado varios canales para que los usuarios conozcan de antemano cuántos créditos tienen disponibles. En la página account.adobe.com, dentro de la sección “Planes y productos”, se detalla la asignación mensual de cada plan. Esa misma información aparece en la aplicación de Creative Cloud para escritorio y, en muchos casos, dentro de las propias herramientas: Photoshop, por ejemplo, muestra un contador con el número de créditos restantes al ejecutar una función de IA. El consumo se mide de forma precisa. Una generación estándar en Photoshop descuenta un crédito, mientras que en el caso del vídeo o el audio el gasto se multiplica en función de la duración o la resolución. El resultado es un modelo de uso donde cada acción queda registrada en una cuenta corriente digital. Y aunque algunos planes permiten un uso ilimitado de las funciones básicas, en el terreno premium el límite es inamovible. Ingresos récord y apuesta por la IA El giro coincide con un momento de bonanza para Adobe. En septiembre la compañía presentó unos resultados trimestrales que superaron las previsiones de Wall Street, con ingresos récord de 5.990 millones de dólares y ganancias por acción de 5,31 dólares, ambas cifras por encima de las estimaciones. El crecimiento interanual alcanzó el 11 %, marcando el mayor ingreso trimestral en la historia de la empresa. El consejero delegado, Shantanu Narayen, destacó el papel de la inteligencia artificial en este desempeño. Según explicó, los ingresos anuales recurrentes influenciados por IA superan ya los 5.000 millones de dólares, mientras que los ingresos anuales atribuibles a la estrategia “IA-first” alcanzaron antes de tiempo los 250 millones de dólares previstos para final de año. Los analistas interpretaron estos datos como una validación de la apuesta de Adobe por Firefly y su integración en Creative Cloud. Las acciones de la compañía subieron un 6 % tras el anuncio, recuperando parte del terreno perdido en un año en el que habían caído más de un 20 %. La estrategia es clara: monetizar la IA no solo con la suscripción, sino también con el uso intensivo. Al introducir el sistema de créditos, Adobe convierte cada generación en un pequeño ingreso adicional que, multiplicado por millones de usuarios, refuerza su posición en el mercado y asegura el retorno de las enormes inversiones en computación en la nube. Una nueva normalidad para los creativos Para los profesionales, el mensaje es inequívoco: la IA deja de ser una herramienta sin coste adicional y pasa a formar parte del presupuesto. No importa que se pague la suscripción completa; lo que antes parecía ilimitado ahora tiene límites claros. La compañía ofrece acceso generoso a las funciones estándar, pero pone coto a lo avanzado, obligando a valorar cada generación como un recurso de producción. El nuevo modelo también redefine la competencia. Si todos tienen acceso a la misma IA, el valor diferencial ya no estará en la herramienta sino en el uso creativo que se haga de ella. Adobe impone así una paradoja: ofrece a los usuarios la capacidad de generar más que nunca, pero al mismo tiempo les recuerda que lo verdaderamente escaso sigue siendo lo humano, la mirada capaz de transformar un resultado automático en una obra con identidad.

Adobe pone tope a la IA: pagarás más allá de tu plan de Creative Cloud

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