La pasta italiana es un ingrediente fundamental de la dieta mediterránea. El diseñador Eduardo del Fraile le rinde homenaje en un trabajo recién salido del horno en el que también quiere recordar todo lo que nos une con nuestro país vecino en estos tiempos de incertidumbre y solidaridad. Una delicia para los sentidos. Bon appétit!
Eduardo del Fraile lleva muchos años trabajando para el mundo gastronómico. Suyos son reconocidos proyectos como los envases de la marca gourmet SOSO o las botellas de vino Lascala, entre muchos otros donde el diseño gráfico y el industrial colindan. «El gastronómico es un sector rico y fecundo que está relacionado con el humano de manera ancestral. La forma en la comida lo es todo. Las frutas y verduras, por ejemplo, siguen patrones lógicos y geométricos», apunta el diseñador.
En su nuevo trabajo, el diseñador cuenta a Gràffica que quería trazar una conexión «entre la escultura, un país, su gastronomía y su relación simbólica con el mundo desde una visión poliédrica que no se ajustara a cánones o estereotipos sobre lo que un diseñador debe o no debe hacer». Fruto de esas pretensiones nace PASTA ITALIA, un proyecto que toma la pasta italiana como centro de todo y la sitúa, de forma refinada, en un sobrio espacio donde se le rinde un sentido y sencillo homenaje.
El momento de su lanzamiento al mundo no es baladí. Del Fraile admite que quería esperarse a estrenar su nueva web para darlo a conocer, pero la situación en Italia, dramática por el número de infectados y fallecidos por el coronavirus, le ha llevado a adelantar su proyecto. Porque pensar en Italia, defiende el diseñador, no debería ser sinónimo de drama.
«Parece que se nos olvidan otras tantas cosas maravillosas que tiene Italia», remarca.
PASTA ITALIA, surgido del laboratorio de ideas que tiene el diseñador en su estudio, utiliza este ingrediente por la enorme versatilidad que tiene y su afinidad, incluso, con otros materiales intrínsecamente vinculados a la creación. «La pasta es una masa maleable formada por diversas sustancias sólidas y líquidas. Hay un paralelismo con la cerámica. Tenemos una masa moldeable que más tarde se solidifica. En el caso de la cerámica, su ingrediente primario sería el Caolín; y, en la pasta, la harina», señala el diseñador.
Italia es un país vinculado a la pasta desde hace miles de años. «Cuenta la leyenda que los pastores romanos ya disfrutaban de una deliciosa pasta hecha a mano con queso y pimienta negra», apunta del Fraile. También es un plato ya universal que se puede encontrar en prácticamente todos los lugares de nuestra geografía. Existen más de 130 variedades de pasta.
«Este trabajo es un reconocimiento a toda una cultura que ha reinterpretado constantemente la forma. Es realmente increíble la de variaciones y preparaciones que hay alrededor de este alimento. Viajar a Italia es como visitar un museo de variaciones formales y de iconos formales globales». Ya tenemos plan para cuando todo vuelva a normalidad.
DESDE EL ESTUDIO
Eduardo del Fraile lleva más de diez años fusionando el diseño de producto y el diseño gráfico en su trabajo. «Hace muchos años que desde el estudio trabajamos desde una libertad creativa que nos hace más libres: disfrutamos más trabajando. La investigación nos conduce a caminos por descubrir y a nuevas experiencias donde cada día que pasa es una nueva oportunidad», comenta. PASTA ITALIA es solo uno de los proyectos surgidos de esa experimentación.
Pese a los numerosos proyectos de diferentes ámbitos que realiza Eduardo del Fraile en su estudio, se percibe un gusto especial (nunca mejor dicho) por la gastronomía. «Tenemos una larga lista de sabores, texturas, sensaciones, temperaturas y un sinfín de detalles respecto a la comida que dan forma a una biblioteca de recuerdos o vivencias. Eso, unido a nuestra memoria histórica de especie, nos hace valorar la experiencia culinaria mucho antes de introducir el alimento en nuestra boca. Todas estas reflexiones son aptas para el packaging y el diseño de producto». Por ello, el creativo tampoco duda en afirmar que «el diseño también influye en el sabor».