Actualizado 09/11/2022
Hoy se cumplen 90 años desde que se proclamó la Segunda República Española (1931-1939) y con ella se adoptaba como propia los tres colores de la bandera republicana. Pero, ¿sabes por qué se emplearon los colores rojo, amarillo y morado?
Tras el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, la monarquía española se encontraba en una situación crítica. En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, los republicanos ganaron en las grandes ciudades provocando una situación caótica que finalizó con la proclamación de la Segunda República española el 14 de abril de 1931. Este cambio de forma de gobierno fue una muestra más de que los colores de una bandera son elementos fundamentales para identificar el lugar que representan. En ellos se encuentra simbología de todo tipo y en función de ello se escogen unos colores u otros. En el caso de la bandera republicana de la Segunda República esta elección cromática surgió a partir de un error. Pero ¿porqué la bandera republicana es roja, amarilla y morada?
Los republicanos decidieron emplear esta bandera tricolor como alternativa a la bandera rojigualda para simbolizar con ella el cambio de sistema de gobierno. Partieron de la bandera que se adoptó como la nacional a mediados de siglo XIX y le añadieron la franja morada. Este tercer color buscaba, según el decreto que regulaba su uso en 1931, reconocer al pueblo de Castilla como parte fundamental del nuevo estado.
[…] De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero, que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España. […]
Esta bandera que la Segunda República adoptaba como propia se trataba de la misma que numerosos grupos sociales partidarios de la república usaban para manifestarse a favor de este nuevo sistema de gobierno. Este uso previo fue clave para que en abril de 1931 esta bandera fuera elegida como insignia por el nuevo gobierno.
Sin embargo, la creencia de que el color morado de la bandera era el que se incluía en el pendón de Castilla era errónea. De hecho, el color que sí se representaba era el rojo carmesí. La confusión pudo llevarse a cabo debido a que el púrpura era uno de los colores que se utilizaba en la heráldica de Castilla y León.