Desarrollada por TAVO STUDIO, la campaña transforma el producto en un universo visual inmersivo mediante animación 3D e inteligencia artificial, explorando nuevas formas de visualización en el sector alimentación.
SOLONUTS irrumpe en el panorama de las marcas de alimentación con Have a Nuts Day!, una campaña que apuesta por un giro claro en la forma de mostrar producto. Lejos de la representación literal, la propuesta convierte sus cremas naturales en escenarios imaginarios —mares de chocolate, cascadas de pistacho o dunas de almendra— que funcionan como metáfora visual del sabor, la textura y el origen de cada ingrediente. El proyecto ha sido desarrollado íntegramente por TAVO STUDIO, responsable de la conceptualización, la dirección de arte y la producción audiovisual SOLONUTS_TAVOST_SP.
La campaña construye un universo propio donde lo sensorial y lo onírico conviven con una lectura muy directa del producto. Según explican desde el estudio, los visuales parten de las cualidades físicas reales de las cremas para reinterpretarlas en clave paisajística, generando una narrativa que conecta la materia prima con la imaginación del espectador. El resultado es una comunicación que no describe el producto, sino que lo hace experimentar desde otro lugar.
Un relato visual articulado en dos piezas audiovisuales
El eje central de Have a Nuts Day! se articula en torno a dos films principales. El primero recorre toda la gama de sabores de SOLONUTS —cacahuete, almendra, pistacho, avellana y fresa— y propone un viaje visual donde cada variedad da forma a un entorno específico, construido a partir de sus propias texturas. El movimiento de cámara, los encuadres macro y el tratamiento volumétrico remiten a códigos más cercanos al CGI cinematográfico que a la publicidad alimentaria convencional.
La segunda pieza se centra exclusivamente en la crema de chocolate y avellana. Aquí el tono se vuelve más introspectivo e indulgente, con un paisaje fluido, denso y casi hipnótico que enfatiza el carácter envolvente del producto. Ambas piezas comparten una dirección de arte muy marcada, donde el color, la luz y el ritmo están al servicio de una experiencia sensorial antes que de un mensaje explícito.
Inteligencia artificial como herramienta de refinamiento visual
Uno de los aspectos más relevantes del proyecto es la integración de inteligencia artificial dentro del flujo de trabajo 3D. TAVO STUDIO combinó Cinema 4D y Redshift Render con ComfyUI para retexturizar las simulaciones de fluidos, logrando superficies más complejas, brillos más realistas y un mayor nivel de microdetalle. Todo ello, subrayan desde el estudio, sin alterar la esencia natural del producto.
Este uso de la IA no actúa como generador autónomo de imágenes, sino como una herramienta de afinado visual que permite elevar la calidad estética del resultado final. Una aproximación que conecta con una tendencia cada vez más presente en estudios de motion y CGI: la incorporación de sistemas de IA como parte integrada del proceso creativo, y no como sustituto de la dirección artística.
Un sistema visual pensado para escalar
Más allá de las piezas en vídeo, la campaña se completa con una serie de key visuals estáticos que amplían el universo gráfico de Have a Nuts Day!. Estos visuales trasladan los paisajes-crema a formatos pensados para soportes digitales, retail, social media u OOH, manteniendo la coherencia estética y conceptual del proyecto.
El planteamiento responde a una lógica de sistema: un territorio visual reconocible, modular y escalable, capaz de sostener tanto la comunicación de marca como futuras campañas tácticas sin perder identidad. En este sentido, el proyecto refuerza el posicionamiento de SOLONUTS como una marca contemporánea, cercana a los códigos visuales actuales y abierta a la experimentación.
Con Have a Nuts Day!, SOLONUTS y TAVO STUDIO firman una campaña que pone el foco en cómo se cuentan hoy los productos alimentarios desde el diseño, la animación y la tecnología. Una propuesta que no solo busca llamar la atención, sino también explorar nuevos lenguajes visuales donde el producto deja de ser objeto para convertirse en paisaje.
