El fotógrafo japonés Shinichi Maruyama tiene especial predilección por la técnica de la fotografía en alta velocidad. Muestra de ello es esta serie de fotografías en las que, además de paralizar el tiempo, consigue congelar el agua en movimiento.
Shinichi Maruyama (1968 – Nagano, Japón), se adentró en el mundo de la fotografía a través de la captura de imágenes del terreno montañoso de su ciudad natal. Tras graduarse en 1992 en la Universidad de Chiba, Shinichi Maruyama -en la que se especializó en ingeniería de imagen aprendiendo a hacer de su pasión por la fotografía su profesión-, comenzó su carrera profesional en Amana Japan, una de las mayores agencias de fotografía comercial del mundo. Los equipos de última generación a los que allí tuvo acceso le permitieron recopilar un extenso trabajo de fotografía comercial.
A partir de 1994, estuvo ejerciendo como fotógrafo freelance durante cuatro años. Durante este período logró crear y perfeccionar un estilo propio y único. En 1998, trabajando en Hakuhodo Photo Creative, descubrió la fotografía creativa aplicada a la publicidad. Y fue allí cuando surgió su fascinación por las imágenes de líquido y movimiento gracias a la tecnología estroboscópica de alta velocidad con la que más tarde realizaría su serie fotográfica de esculturas de agua.
En 2003 se trasladó a la ciudad de Nueva York y comenzó a trabajar en lo que sería su serie Kusho. Es una impresionante colección abstracta creada a partir de la estela que deja la tinta china en movimiento por el aire. El resultado es la captura de la trayectoria del líquido justo en el instante en que éste parece estar congelado, dando la sensación de que se trata de preciosas y delicadas esculturas. Las imágenes resultaron ser todo un éxito en París Photo, Art Basel en Suiza, y en el New York Armory Show. En la actualidad, Shinichi Maruyama continúa trabajando en Nueva York trabajando con sus nuevas creaciones.
Actualizado 08/12/2015