A través de un ejercicio gráfico, el diseñador italiano Marco Schembri, propone unas situaciones un tanto peculiares para ciertas marcas conocidas. ¿Qué le pasaría al logotipo de McDonald’s si abusara de sus hamburguesas?, o ¿qué le esperaría a la sirena de Starbucks si se pasara la noche bebiendo café?
Tras la apariencia de juego gráfico banal, se esconde todo un proceso de conceptualización y síntesis. Schembri ha tenido que resumir e incorporar cada concepto, modificando lo más mínimamente posible el logotipo original. Un buen ejercicio mental con el que seguramente mantendrá su mente entrenada y preparada para cualquier desafío gráfico.
El resultado es bastante divertido e ingenioso: el logo de Gillette con un gran corte que lo divide, el de Absolut completamente borroso debido al efecto etílico, el de McDonald’s con sobrepeso, el de Nutella con incontinencia, el de Starbucks con insomnio, el de Braun bien depilado, el de Red Bull viniéndose arriba, Nestle lleno de acné, el de Durex bien protegido y el de Zippo algo chamuscado.
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