Aunque a lo largo de la historia del arte hayan surgido diferentes corrientes y estilos, el ser humano siempre ha tenido la pretensión de representar su realidad lo más fielmente posible. Es por ello que la tecnología dedicada a la reproducción de la imagen ha evolucionado persiguiendo el objetivo de conseguir la máxima similitud entre la reproducción y la realidad.
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Hoy en día es posible alcanzar un nivel de verisimilitud tan alto, que ya es posible reproducir digitalmente y con gran precisión una obra pictórica o imprimir una imagen creada a partir de fuentes digitales con una calidad extraordinaria. Entre otras tecnologías, esto es posible gracias a la impresión Giclée.
La palabra Giclée, que se pronuncia yiclé, proviene del verbo francés gicler que significa rociar. Y es que, el proceso de este sistema de impresión con chorro de tinta, consiste en depositar el pigmento en forma de pequeñas gotas ‘pulverizando’ el soporte. Básicamente es un inkjet de altísima precisión y con tintas pigmentadas. Se imprime así la imagen logrando gran detalle en las formas, pudiendo además producir tramas, patrones y tono continuo. De este modo se obtiene una pieza de alta calidad digitalizada pero con aspecto de reproducción manual imitando trazos, pinceladas, etc.
Gracias a estas características, se suele emplear la impresión Giclée para el duplicado de obras de arte como pinturas, dibujos, etc. Aunque no solo se utiliza para conseguir imitar la estética de una obra pictórica, si no que hay artistas visuales que optan por esta técnica por la alta calidad que ofrece, por ejemplo para imprimir fotografías fineart.
Con este sistema se pueden reproducir imágenes de gran formato y a una alta resolución sobre papeles de algodón, papeles de acabado fotográfico de diferentes gramajes y sobre lienzos. Normalmente se emplean papeles libres de ácido, de altísima calidad y que van a hacer que el producto final tenga una durabilidad de decenas de años (marcas como Ilford o Hahnemühle son habituales para estos trabajos).
Sin duda una opción genial para aquellos autores que quieran reproducir sus obras analógicas o digitales según demanda, con una definición excepcional y con una durabilidad increíble.
Aquí va una lista de algunos buenos proveedores en todo el mundo, los que están certificados por Hahnemühle.
David Ymbernon:
Joan Longas: