¿Qué es la diseñoescritura?

Para desafiar las convenciones del libro resulta imprescindible incluir estrategias de diseño en el proceso de escritura: proyectar una narrativa teniendo en cuenta también su parte física. La historia del libro está poblada de ejemplos que desafían las convenciones de lectura a través del objeto. En el siglo XVIII, Laurence Sterne desafió la linealidad de la novela al crear una obra, La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, que obligaba a digresiones y desvíos en la lectura a través del texto y de recursos visuales. Aproximadamente un siglo más tarde, el poeta Stéphane Mallarmé experimentó con el espacio del lenguaje en su famoso Una jugada de dados. Las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo fueron un campo fértil para la exploración del artefacto editorial y los libros de artista replantearon la importancia de la dimensión material del objeto. En el siglo XXI, en plena época de la estética del libro físico, las convenciones de lectura se rompen al crear narrativas que resisten la fluidez de lo electrónico: narrativas creadas por y para el medio impreso pero que a la vez abrazan lo digital. Ya sea antes o después de que nuestra realidad se poblara de pantallas, la creación de estas obras implica una participación del autor que va más allá del mero acto de inscribir palabras en una superficie. En las narrativas no convencionales, el diseño tiene un papel esencial desarrollado en paralelo a la creación literaria o editorial (tradicionalmente entendida). Sterne, por ejemplo, proyectó a la vez la parte narrativa y la material de su Tristram Shandy, controlando la manera en que los aspectos del formato impreso afectaban al texto y viceversa; Mallarmé trabajó con igual importancia el texto del poema y el espacio en blanco del papel en el que se imprimiría; los libros de artista surgen de una unión indisoluble entre texto y materialidad; Mark Z. Danielewski asegura que escribió Casa de hojas a lápiz, construyendo a la vez el texto y su cuerpo físico. Así, el proceso que combina estrategias de escritura y diseño para la concepción de una narrativa puede definirse como “diseñoescritura”. La diseñoescritura es la práctica por la que un escritor utiliza conscientemente estrategias de diseño para producir una obra editorial en la que las dimensiones narrativa y material están consideradas desde el inicio del proceso de creación. Esto no significa que los escritores tengan que tener nociones profundas de diseño gráfico para crear una novela, sino más bien se refiere a un modo de trabajo en el que el diseño contribuye a proyectar una narrativa teniendo en cuenta también su parte física. Este cambio en el rol del escritor se convierte en característica imprescindible en las narrativas no convencionales de nuestra época. La introducción del diseño en las primeras etapas del proceso de escritura lo convierte en un agente activo que construye la obra. Esto, junto a la mayor accesibilidad a herramientas de diseño y de producción digitales, facilita la visibilización y la relevancia del diseño como herramienta para dar forma a un libro desde todas sus dimensiones. En algunos casos, como el de Danielewski en muchas de sus novelas (Casa de hojas, Only Revolutions, The Familiar…) o el de Graham Rawle en Womanʼs World, el autor actúa a la vez como escritor y diseñador, manipulando las dos dimensiones de la obra simultáneamente. Pero aún más interesantes son los ejemplos en los que el diseño se convierte en una capa añadida al proceso de escritura a través de colaboraciones entre escritor y diseñador, o entre equipos creativos más numerosos. Es el caso de Tree of Codes, escrito por Jonathan Safran Foer y diseñado por Sara De Bondt, en el que el proceso de diseño estuvo presente desde las primeras etapas creativas, influenciando tanto al texto como a la materialidad del mismo. O el ejemplo de El barco de Teseo, producido por J.J. Abrams, que evidencia el proceso de escritura como el resultado de una gran colaboración entre creativos de distintas áreas. En la diseñoescritura, el diseño es un proceso que expande la narrativa y la moldea a través de lo impreso. De esta manera, no sólo se crea un objeto donde el texto y su forma no se pueden separar, sino que la experiencia de lectura se convierte en un acto único, físico e irrepetible. En una época repleta de ecos y espejismos virtuales, la interacción con la materialidad a través de narrativa y diseño se erige como un valor que únicamente la lectura de un libro impreso puede ofrecer.

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