¿Por qué le tengo que dar un PDF a la imprenta?

Dani Matoses, nuestro impresor de cabecera en Impresum, nos explica las ventajas de enviar a la imprenta un PDF antes que otro tipo de archivos que pueden generar más errores de impresión.
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Hace poco me preguntaba un amigo si era correcto que un PDF de una página A4 pesara tan solo 8 MB. «Pero si dentro de esa página hay una imagen que pesa 80 MB, cómo puede ser que pese tan poco el PDF», decía él extrañado. La verdad es que esta es una de las razones de ‘peso’ por las que vale la pena enviar un PDF a la imprenta. No es lo mismo enviar un PDF de 8 MB adjunto en un mail que tener que subir 80 MB en la nube y luego generar un link de descarga.

En pocas palabras, el motor de generación de PDF de Adobe remuestrea esa imagen para quitarle toda la información sobrante y además comprime, con lo que si elegimos la opción de PDFX obtendremos un PDF con el material necesario para que sea impreso. Si tiene mucha más resolución nos quitará el sobrante y si en nuestro documento solo hay una parte de una imagen muy grande, todo lo que sobre también lo eliminará.

Esta opción es una de las múltiples cosas que al hacer un PDFX, el estándar para artes gráficas, nos brinda este motor de generación de PDF de Adobe.

¿Y qué otras sorpresitas me puedo encontrar?
1. También nos convertirá a CMYK y al perfil deseado, si la opción que marcamos es PDF-X1a o, si marcamos PDF-X3, dejará el espacio de color que nosotros tenemos. Cosa muy útil si tenemos pantones, por ejemplo para packaging, pero con la que hemos de tener mucho cuidado si trabajamos con imágenes RGB u otros espacios de color.
2. Incrustará en el PDF toda la información necesaria en cuanto a tipografías, ni más ni menos, solo lo necesario, para que sea impreso.
3. Eliminará todas las opciones multimedia que pueda tener nuestro archivo.

Si el trabajo es de poca complejidad y tenemos muy claro cómo va a ser la impresión del trabajo, no tendremos problemas. Debemos hacer un PDF y seremos dueños del destino de esa impresión. Ahorraremos mucho tiempo en aperturas y control de documentos e imágenes y aseguraremos la calidad.

Si, por el contrario, consideramos que el trabajo es complejo, lo mejor será hablar con la imprenta y que nos explique cómo quiere ese PDF.

Por último, siempre queda la opción de enviar el documento en Illustrator o InDesign y adjuntar imágenes y tipografías (si no las convertimos en vector) y rezar para que la persona que lo abra no cometa ningún error. En este caso, una validación posterior por parte de la imprenta será necesaria, bien en PDF o bien mediante prueba impresa.
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