Con la inminente llegada de nuevas plataformas similares a Netflix de la mano de Apple o Disney, ésta se ha visto obligada a aumentar la producción de contenido propio. Todo esto ha llevado a que las nuevas campañas de Netflix sean muy atrevidas, por lo que se ha visto envuelto en un clima de estética ochentera y polémica según la campaña.
Que Netflix apuesta muy fuerte en sus campañas es algo evidente. A todos nos viene a la cabeza la campaña que realizó las pasadas navidades para promocionar la nueva temporada de Narcos, y también, la que realizaron hace poco para presentar la tercera y que no dejó impasible a nadie. Dos de sus nuevas campañas también han dado mucho que hablar.
Por una parte, está la campaña realizada para presentar la segunda temporada de Stranger Things. Para publicitarla, el equipo de Netflix ha dirigido su propuesta en uno de los factores que han conseguido que triunfase la serie, su parecido tanto de guion como de estilo con las películas de terror de los años 80 y 90.
Para ello, han utilizado a los actores de la serie para recrear algunos de los carteles más icónicos de las películas de terror de esa época; entre los que se encuentran películas como Alien, Pesadilla en Elm Street, Stand by Me o The Running Man.
Entre los usuarios esta estrategia publicitaria ha calado muy bien y se ha viralizado, consiguiendo la promoción gratuita que siempre busca Netflix con estas campañas. Ese caracter nostálgico de las películas de los 80 y 90 es algo que gran parte del público tiene asumido una vez vista la primera temporada de Stranger Things y, con voluntariedad o no, la gente de Netflix ya dejó algun guiño durante alguna escenas de la serie.
Por otra parte, la multinacional norteamericana acaba de hacerse con los derechos de la película española Fe de etarras. La película parece que verá la luz tras muchos intentos fallidos por parte de su director Borja Cobeaga, y sería la segunda película de producción nacional que aparecería en la plataforma, tras la obra de Roger Gual, Siete Años.
La película como tal no ha sido la causante de la polémica, ya que se trata de una visión satírica y humorística de un tema que no es, para nada, nuevo en el cine español. Sin embargo, la forma que ha elegido Netflix España para publicitarlo ha causado un gran revuelo por el mensaje que envía.
El diseño optado ha sido una gran lona negra desplegada en el centro de la ciudad de San Sebastián en la que aparece el mensaje: ‘Yo soooy españooool, españoool, españoooool’. Se trata de una campaña bastante arriesgada si tenemos en cuenta la tensión existente estas últimas semanas por el proceso catalán. Sin embargo, aunque ha recibido críticas, Netflix ha conseguido que se viralice y consiga la publicidad que buscan.