En las puertas de la 14.ª edición del Blanc! lanzo una selección de cosas que «molaría que pasaran» en un año en el que vuelve al lugar donde nació.
Estamos en pleno Festival Blanc!, en su 14.ª edición y en el año que supone su retorno a Vilanova i la Geltrú, el lugar donde nació. Eso ya de por sí es una muy buena noticia, pero como por pedir que no quede, he pensado en 10 cosas que me gustaría que pasaran en el Blanc! Son cosas no muy aparatosas pero que, como ese maravilloso perfil de Instagram de quien afano su palabra fetiche y que espero que me perdone por ello: Molaría que pasaran.
1.- Molaría que en el Blanc! nos viéramos las caras sin mascarillas y sin máscaras.
Este será el primer año sin mascarillas generalizadas, me encantaría que cuando nos veamos tampoco usemos máscaras para hacer ver a los demás que todo es genial, que nuestro mundo es como una taza de Mr. Wonderful y nos contáramos, aunque sea un poquito, cómo nos va de verdad. De ese modo nos podríamos hacer cómplices de los miedos que nos acechan y podríamos crear redes de apoyo de solidaridad y de sororidad ante un invierno que se intuye muy duro. Tampoco estoy pidiendo que hagamos terapia de grupo pero sí que entre cervezas y risas dejemos las apariencias para el Behance y nos regalemos algunas verdades y muchos achuchones.
2.- Molaría que en el Blanc! el ego de los creadores se quedara en la puerta y los ponentes nos contaran cosas interesantes sobre su trabajo sin intentar quedar supercool.
Cuando subes a un escenario has de ser consciente de que tu ego te puede traicionar. El Blanc! no es un mercado, no ganarás clientes en él. La gente, mucha de ella joven, va allí para aprender. Es interesante explicar tu trabajo, posiblemente por eso te han propuesto la charla, pero no se trata de hacerles creer que vivimos en un mundo de mesas de ping-pong, tópicos hipsters y ropa fashion. Es importante explicar fracasos, dudas, renuncios. Explicar proyectos aburridos y cómo sobrevivir a ellos. Aquellas veces en que efectivamente el cliente tenía razón.
También es interesante explicar cómo funciona vuestro estudio: ¿está todo el mundo contratado? ¿Qué diferencial hay entre quien cobra más y quien cobra menos? ¿Qué papel tienen los becarios? ¿Quién se ocupa de hacer cuadrar los números? ¿Qué creéis que podéis mejorar de vuestro funcionamiento interno?
3.- Molaría que en el Blanc! se creara una clima de complicidad para salir de allí dispuestos a hacer del diseño y la comunicación un entorno más sensible con las necesidades del mundo que nos rodea.
Estaría bien oír la palabra usuario más que la de consumidor o cliente. Sería un placer oír cómo intentáis entender lo que necesita la gente y no solo lo que nos va a hacer quedar como megamodernos. Recuerda que la escasez no puede ser un valor en sí mismo, hacer muy pocas unidades de una mierda no la convierte en algo mejor.
Estaría bien oír la palabra usuario más que la de consumidor o cliente.
Por otro lado, sería muy chulo escuchar cómo intentamos hacer frente a problemáticas sociales, ecológicas y económicas. La sostenibilidad no es una moda, es un modo de vida, quizás el único posible. Incluso mostrar las dudas y las dificultades para intentar ser menos estúpidos con el planeta. Y explicar las dudas, si las hubiera, de cuál es nuestro papel en este berenjenal y cómo gestionamos la ecoansiedad que empieza a hacer mella en las nuevas generaciones.
4.- Molaría que durante el Blanc! hiciera un tiempo lo bastante cálido como para que acabáramos todos dándonos un baño en el mar, pero que luego venga el frío de una vez.
Porque está cambiando el clima, por muy estupendos que nos pongamos. Este verano nos dijeron que sería el más fresco de lo que nos queda y la ciencia lo ha confirmado. Pero que el Blanc! se vaya al ladito del mar hay que aprovecharlo. Como los estudiantes de la Bauhaus, vivamos el momento hippie del baño. Que sea una especie de ritual de fin del verano que se haga tradición y que no nos importe enseñar michelines y domingas, quien los/las tenga, un momento sin postureo. Instagramers abstenerse.
5.- Molaría que en el Blanc! se dieran las condiciones para empezar a desterrar el machismo que aún hay en esta profesión.
Este año hay más mujeres ponentes que hombres. Algo que no debería llamar la atención si nos atenemos a la gran cantidad de diseñadoras que están haciendo cosas interesantes pero que sin embargo sigue siendo excepcional. Aprovechemos esta circunstancia y hagamos del festival un punto de partida para un nuevo escenario de igualdad en sueldos, representación y reparto de poder dentro del diseño gráfico y la comunicación.
Ya que estamos, hagamos de la diversidad de género la nueva normalidad. En realidad es uno de los campos donde se están abriendo caminos al respecto junto a la moda y al entorno audiovisual. Que nuestro diseño sea reflejo de esa diversidad, sin ser políticamente correctos porque toca sino por puro sentido común. ¿Cuántes amigues tenemos que están ya viviendo en esa diversidad? Visualicémosla.
6.- Molaría que en el Blanc! todos hiciéramos un esfuerzo RRR sin pensar en que es una turra de unos amargados trasnochados.
Seguro que los organizadores lo tienen en cuenta pero, como público, como ponentes, ¿qué podemos hacer para reducir, reutilizar y reciclar? ¿Cuántas tote bags tenemos en casa? ¿Qué residuos podemos reducir en estos días? ¿Qué peso ecológico digital podemos reducir? ¿Cuántas gigas acumuladas en un datacenter de Alaska podemos ahorrarnos?
Qué bueno sería que saliéramos del Blanc! dispuestos a reducir en nuestros trabajos, estudios, encargos, etc. la huella ecológica, sin postureos greenwashing y con datos. No es difícil de encontrar la información. Está ahí disponible para nosotros, y no hace falta comer quinoa del Perú.
Qué bueno sería que saliéramos del Blanc! dispuestos a reducir la huella ecológica.
7.- Molaría que en el Blanc! todos tuviéramos el mismo dinero para gastar haciendo un fondo común.
¿Os imagináis jugar a ser un grupo igualitario económicamente hablando durante dos días? Un fondo común, que cada cual ponga según sus posibilidades, un reparto basado en la equidad y todos jugando con las mismas fichas para beber, comer, etc. Es una locura, lo sé, pero sería un experimento social interesante, no me lo neguéis.
En realidad, estoy hablando de diseño ficción o diseño especulativo, algo que me gustaría mucho encontrar en el Blanc! Poder plantear alternativas de escenarios futuros no distópicos y analizar cómo nos adaptaríamos a esos escenarios y cómo el diseño podría ayudar a hacerlos posibles.
8.- Molaría que en el Blanc! triunfara el diseño honesto.
A veces el diseño es tramposo, juega con las cartas marcadas. En algunas presentaciones quizás veremos piezas deslumbrantes pero pocas veces sabemos si esas piezas han sido útiles para su cometido, si la realidad a la que van dirigidas ha mejorado aunque sea un poco. Son piezas de lucimiento personal, para poder ganar premios y presentar en festivales como este. El público, sobre todo el más joven, queda deslumbrado: «Eso es lo que yo quiero hacer», se dicen.
Intentemos que sea el diseño honesto, el diseño que va con ropa de trabajo y con las bolsas de compra a cada brazo. Pongamos en cuarentena el diseño que parece pertenecer a un mundo que no es el nuestro, lleno de glamour y de «tendencias». El diseño honesto no siempre es despampanante pero si se explica bien puede enseñar más que el diseño trendy.
9.- Molaría que en el Blanc! la salida de Raúl Ramos suponga un nuevo impulso para David D’Eboli, Vicent Almiñana y el resto del equipo.
Como a estas alturas ya debe de ser público lo puedo escribir: Raúl Ramos, el 50% del Blanc!, ha decidido dejar la organización. Agradecerle el trabajo de estos años y al resto de la banda. ¡Vosotros podéis con esto y más! David, el otro 50%, sigue ahí al pie del cañón. Seguro que no ha sido sencillo suplir lo que aportaba Raúl pero viendo el cartel, es evidente que lo habéis conseguido.
10.- Molaría que el Blanc! tuviera una vida larga y provechosa para todos.
Acabo con un «¡Larga vida al Blanc!» no porque la mera existencia del festival sea un objetivo sino porque sé que todos salimos ganando si sigue existiendo ese lugar donde nos encontramos y aprendemos juntes.
Actualizado 20/10/2022