Después de muchos años como realizador publicitario, Mariano Resquín se dedica en la actualidad a explorar nuevos territorios creativos, empezando por su amor de toda la vida, la fotografía. Para su primera exposición se ha dedicado a retratar a algunos vecinos de Vejer de la Frontera (Cádiz).
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Mariano Resquín es un mirón tierno, no confundir con inocente o blando. El realizador publicitario ha iniciado una nueva etapa creativa. En su nuevo proyecto, Resquín retrata a algunos vecinos de Vejer de la Frontera. Después de cientos de fotos (unas doscientas por retrato) y de semanas de retoque digital, el resultado es esta colección de 20 originales. Gente real –algo que nos acerca al Common people de Pulp pero en versión cañí–, en medio de su gigantesca tarea cotidiana. Los protagonistas de esta serie no son hipsters, ni cool, ni pertenecen al panorama trendy.
Todo un homenaje a la labor de la mayoría silenciosa, sin importar su origen, el tipo de trabajo que realizan, si está bien o mal pagado, si es creativo o mecánico… Después de todo, para cada uno de nosotros, nuestro trabajo se nos hace con frecuencia enorme, desproporcionado.
Hace no mucho tiempo se hablaba de las ‘fuerzas vivas’ de los pueblos. Tenía la etiqueta un aroma algo rancio y autoritario, de aquella España ‘de las tres eses’ que decía Eslava Galán, la del sable, sotana y sindicato. Cuando Mariano Resquín comenzó a mirar Vejer a través del objetivo de su cámara no quedaba ya nada de aquello, ningún resquicio de obediencia ni reverencia. Sencillamente, se puso manos a la obra.
En las fotos de Mariano aparecen rodeados de su tarea gigante, de ese esfuerzo que se echan a la espalda sin perder la sonrisa, sin achicarse. Todo lo contrario, se agrandan porque se enfrentan a los molinos a sabiendas de que son gigantes. Son, y aquí es bueno repetirse, todos los que están, aunque no estén todos los que son, claro. Todavía quedan disparos en la cámara esperando el encuentro fortuito, el saludo cordial, el rato de conversación entre fotógrafo y modelo que precede a cada uno de estos retratos que veis aquí, y de los que veréis más adelante. Necesarios para estos tiempos que dicen malos para la lírica, y tan buenos en cambio para la épica.
Y hay algo que hace distinta la mirada de Mariano Resquín a la de otros fotógrafos. Tiene una auténtica fuerza viva. Ni mejor ni peor que los demás, pero sí único, real, cercano, como cada hijo de vecino.
La exposición Vecinos consta de 20 originales realizados durante el invierno de 2012 en Vejer de la Frontera (Cádiz).
Dimensiones: 40×30 cm y 50×23 cm
Papel fotográfico mate
Copia única certificada por el autor.
Precio de obra: 100 €
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Actualizado 26/05/2013