Fabio Haag se independizó hace poco más de un año —desde octubre de 2016— y lo ha celebrado con su tercer lanzamiento, Margem, buscando hacerse hueco en la categoría de las tipografías más vendidas, los palos secos geométricos (geometric sans). El problema es que hay muchísima competencia en ese segmento, con lo que Fabio tuvo que buscar cómo diferenciarse, veamos cómo lo consiguió.
Fabio había trabajado 8 años en Dalton Maag para clientes muy grandes como Rio 2016, Petrobras, Google, Amazon y AT&T, entre otros; al ascender en la empresa las reuniones, los presupuestos y la planificación acabaron desplazando al diseño de tipos, y echaba de menos hasta poder hacer el kerning de una fuente (un proceso bastante tedioso, que consume mucho tiempo dentro de la producción de una tipografía). También sentía la necesidad de desarrollar proyectos más expresivos, porque las grandes multinacionales suelen ser más conservadoras, menos osadas en sus planteamientos.
Después de una etapa de proyectos de gran envergadura y de no poder desarrollar el lado más expresivo de la profesión, Fabio hizo lo más humano: todo lo contrario. Según él mismo cuenta en una entrevista para Design Culture, sus dos primeros lanzamientos, Lembra y Sua, fueron un éxito de crítica (sin ir más lejos nosotros hicimos una reseña de Sua en términos favorables) pero no de ventas, y eso para un diseñador de tipos independiente es fundamental.
¿Por qué no se vendieron muchas licencias de Lembra y Sua? Según Fabio, porque las tipografías más expresivas no son versátiles, su aplicación se restringe a unos usos muy determinados, y lógicamente se venden menos. Entonces, ¿por qué se hacen tipografías expresivas? Seguramente porque a los diseñadores les apetece… De hecho, es poco frecuente —hasta donde yo sé— que empiecen un proyecto preguntándose qué necesitan sus clientes.
En este caso Fabio se planteó desarrollar una familia tipográfica más versátil pero con la suficiente personalidad como para destacar sobre la competencia. Recurrió, una vez más, al mestizaje que caracteriza su obra, mezclando características de los palos secos humanísticos con los rasgos geométricos que más se venden, y apostó por detalles muy específicos para darle carácter, especialmente la letra g de caja baja:
Como se puede observar, hay algunas letras con dos formas diferentes, por si la ‘g’ resulta demasiado llamativa, y también hay una sub-familia con terminales redondeados, más suave, para usos complementarios:
En resumen, esta tipografía tiene todos los ingredientes para triunfar, esperemos que Fabio tenga esa chispa de suerte que hace falta siempre porque talento le sobra…