Este es el trabajo de la fotógrafa holandesa Laura Hospes de tan solo 23 años de edad. En sus composiciones ha plasmado enfermedades mentales, para mostrar una realidad desconsoladora que nadie quiere ver. Un trabajo introspectivo que retrata aquello a lo que muchos temen.
Al igual que el resto de su trabajo, esta serie que retrata distintas enfermedades mentales, está compuesta por autorretratos de la propia Laura Hospes. También mantiene en el estilo los mismos rasgos que en otros de sus proyectos, ya que el trabajo de Hospes se basa en el mensaje que quiere transmitir.
En esta serie, la monocromía habitual en el trabajo de la holandesa refuerza el desconsolador mensaje, que tiene otros apoyos como las distorsiones por velocidades lentas y el grano o ruido introducido por la artista. Sin embargo, sin ninguna duda, la composición es el elemento que distingue la serie de la joven fotógrafa. Encuadres muy cerrados, en los que la presencia de Hospes atrae toda la atención y, en ocasiones, un juego de luces y sombras muy marcados, son los que conforman el mensaje y contenido.
Cuando hablamos de introspección al definir este trabajo de Laura Hospes, se debe al mensaje personal que envía. Toda la serie fue tomada en el University Centre for Psychiatry en Groningen, que además de dar nombre a su serie UCP, fue donde la fotógrafa estuvo ingresada durante cuatro años. Trastornos alimenticios, una profunda depresión e intentos de suicidio – tristemente – forman parte de la autoinspiración de la fotógrafa.
La fotografía, como ella misma la define, es una fórmula de escape de la soledad y del vacío de una habitación. «Hace años, herirme era un escape, pero ahora, aquí recluída sin nadie a mi alrededor, mi única ancla ni siquiera está viva. Mi cámara, mi amiga, mi confidente, la única que conoce mi sufrimiento y aún así, está a mi lado porque aunque no habla, sí tiene memoria».