El Centre del Carme Cultura Contemporània de València (CCCC) y la Universitat de València (UV) han inaugurado ‘ANDANA. Lugares de memorias’, la primera exposición que muestra al público las fotografías familiares recuperadas tras la riada del pasado octubre en la comarca de l’Horta Sud. Esta muestra, que permanecerá abierta hasta el 31 de agosto en la Sala Dormitori, forma parte del proyecto #SalvemLesFotos y reúne más de un millón y medio de instantáneas que han sobrevivido al desastre, dando forma a un relato visual que rebosa gratitud, solidaridad y el pulso de una comunidad que se niega a olvidar.

Durante la presentación, el director-gerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, Nicolás Bugeda, destacó la importancia de la memoria como base para la recuperación de la comarca. “Desde todas las áreas de la sociedad se trabaja para la reconstrucción de l’Horta Sud, pero sin memoria no hay verdadera recuperación. Este proyecto convierte los recuerdos personales en un testimonio gráfico de agradecimiento y resiliencia, un puente que conecta a toda la sociedad valenciana”, subrayó.
La exposición es fruto de una colaboración entre el Consorci de Museus y la Universitat de València, y ha sido comisariada por Beatriz Santamarina, Teresa Vicente, Alejandra Nieto, Chiara Carzan, Sofia Valota y Laura Itzel García. Parte de la iniciativa #SalvemLesFotos, que desde hace meses recopila, limpia y restaura las imágenes dañadas por el agua y el lodo, en laboratorios improvisados en Torrent, Alfafar, Algemesí, Utiel, Burjassot y Alaquàs. Estas imágenes, muchas de ellas aún en proceso de restauración, representan la vida cotidiana de más de 800 familias, desde celebraciones y viajes hasta los gestos más sencillos que cobran un nuevo significado tras la tragedia.

El recorrido de ‘ANDANA’ se articula en tres itinerarios. El primero, ‘Sois lo mejor’, rinde homenaje al voluntariado que, sin dudarlo, acudió a la llamada de ayuda. Los retratos de catorce de estos voluntarios, seleccionados con un criterio paritario, transmiten la calidez y la sonrisa que surgió cuando alguien les dijo esas palabras: “Sois lo mejor”. Cada imagen se acompaña de las voces de las personas afectadas, recogidas a través de las entrevistas realizadas en el proyecto ‘Etnografía de emergencia’, dirigido por Santamarina.
El segundo itinerario, ‘Patrimonio embarrado’, se sumerge en las fotografías que muestran la huella física de la riada: manchas de barro que invaden los bordes de las imágenes, la textura del agua que las deformó y, a la vez, las salvó. Estas fotografías no solo documentan el desastre, sino que son testimonio de la lucha por rescatar lo que parecía perdido para siempre.

La tercera sección, ‘Relatos de la escuela’, pone el foco en la comunidad educativa. El IES Berenguer Dalmau de Catarroja, que tuvo que trasladarse al IES Massanassa tras la inundación, ha sido el punto de partida para un trabajo de mediación cultural realizado por estudiantes del máster PERMEA. Aquí se visibiliza la voz de los jóvenes que también vivieron el desastre, generando un relato propio y lleno de matices: la memoria del futuro.
Ester Alba, vicerrectora de Cultura y Sociedad de la UV, ha valorado el papel esencial de las pequeñas instituciones culturales y de los voluntarios, especialmente jóvenes, que acudieron a rescatar las imágenes. “Los álbumes familiares no son solo fotos, son pedazos de identidad. Rescatarlas es un acto de resistencia que genera comunidad y fortalece el espíritu de recuperación”, afirmó.

Para la exposición se han seleccionado cuidadosamente los álbumes de cuatro familias que, según explican las comisarias, “más que representar memorias individuales, son reflejo de la memoria colectiva del pueblo valenciano”. Una imagen de la iaia con su bisnieta, una paella de domingo, la procesión de un santo… escenas cotidianas que cobran fuerza al recordarnos que, incluso en los peores momentos, la vida sigue encontrando su cauce.
La muestra ‘ANDANA’ no es el final del camino, sino el inicio de un relato más amplio. Tras su estancia en València, viajará a las localidades afectadas para que estas imágenes vuelvan a los lugares donde nacieron y donde siguen siendo necesarias. Como resumen, las palabras de las comisarias resuenan como un recordatorio de la importancia de rescatar el pasado para no olvidar quiénes somos: “Cuando el entorno y el calendario se quiebran de un día para otro, la memoria es el único salvavidas. Y aquí, esa memoria se comparte, se agradece y se reconstruye, para que no desaparezca nunca”.