Nos reunimos para charlar con el diseñador valenciano JM Blay, actualmente, director creativo y fundador del estudio creativo valenciano Blay Studio.
JM Blay, con más de 20 años de experiencia en la industria creativa, ha trabajado en películas como Dragones y Mazmorras, El Hobbit o Guardianes de la Galaxia, en videojuegos como Call of Duty, en videos musicales para artistas como Paul McCartney o Lady Gaga, para arquitectos como Zaha Hadid o Richard Rogers y para televisiones como Spike o BBC. Colaborando con estudios y agencias de renombre a nivel mundial y desarrollando proyectos para Netflix, Marvel, Sony, Nikon, Panasonic, Lenovo, Reebok y Adobe, entre otros.
JM es licenciado en Bellas Artes, máster en Comunicación Audiovisual y doctor en el campo del Motion Graphics. Su trabajo ha sido reconocido en revistas especializadas internacionales y ha dado conferencias en festivales y universidades de todo el mundo.
¿Cómo ha sido tu recorrido profesional?
Visto en retrospectiva, parece que haya tenido una toma de decisiones lógica y que he seguido un camino marcado desde el inicio. Pero la realidad es otra: no sé cómo he llegado hasta donde estoy. (risas)
Empecé a trabajar a la vez que empecé la universidad y lo que sí que he tenido muy claro siempre es que prefería ganar dinero con lo que me gusta hacer, antes que hacer lo que me gusta en mi tiempo libre y tener un trabajo en otro sector.
Mi primer trabajo creativo fue crear la decoración de una cadena de restaurantes mexicanos y vender esculturas, pinturas y dibujos. De ahí, pasé a trabajar en escenografía para cine y acabé siendo director creativo de una empresa de efectos visuales.
«Mi primer trabajo creativo fue crear la decoración de una cadena de restaurantes mexicanos»
JM Blay
Di el salto a la publicidad y trabajé como director creativo de una agencia de Madrid, donde comencé a trabajar para grandes marcas. Dejé ese trabajo y decidí montar mi propio estudio, Proxim Design, con el que estuve unos cinco años trabajando.
Hasta ese momento, había compaginado mis estudios con el trabajo y realmente era muy duro llevar las dos cosas a la vez, así que decidí cerrar el estudio y centrarme en acabar mi tesis doctoral.
¿Cómo influyó cerrar el estudio en tu carrera profesional?
Pues en su momento fue muy traumático, pero visto desde la distancia, fue todo un acierto y una gran decisión. El mercado nos posicionó como un estudio de creación de sitios web y yo quería hacer motion graphics, así que decidí hacer un parón y buscar la manera de reconducir mi carrera.
Decidí centrarme en las clases que daba en un máster universitario y en terminar mi tesis doctoral. Mi tesis es en diseño, en la especialidad de motion graphics y en particular sobre el trabajo del diseño de títulos de crédito del diseñador Kyle Cooper, el cual avaló y apoyó mi tesis doctoral.
Hablar directamente con Kyle Cooper no parece una tarea sencilla… ¿cómo lo conseguiste?
Busqué su email o cómo contactarle por todos los sitios que se me ocurrieron, pregunté a todo el mundo que pensaba que le conocía hasta que conseguí su dirección. Escribí un mail a Kyle Cooper y le dije que quería hacer una tesis doctoral sobre él y le pregunté si quería participar. Me contestó el email con solamente una palabra «yes». Es el mail más corto que he recibido y el que probablemente haya marcado más mi carrera. (risas)
«El mail de Kyle Cooper es el más corto que he recibido y el que probablemente haya marcado más mi carrera»
JM Blay
Dare To Roam Launch Campaign from JM Blay on Vimeo.
¿Qué te pareció esta experiencia?
Fue una pasada, como hacer un máster y doctorado a la vez, pero en la industria internacional más potente que había en el momento.
Kyle Cooper me abrió las puertas de su estudio Prologue Films y aprovechando que estaba en Los Ángeles, contacté a más profesionales del sector como Garson Yu, Richie Adams, Jamie Caliri y muchos más. Imagina lo que es poder preguntarle a todos estos profesionales lo que quieras, una pasada.
Cuando volví de Los Ángeles, me dediqué a escribir la tesis seis meses. La presenté, hice la defensa y me doctoré. Una vez terminada, decidí emigrar a Londres y empezar un nuevo camino allí.
¿Cómo lograste conseguir trabajo en Londres? ¿Puedes contarnos un poco más sobre tu experiencia en Londres?
Bueno, mi experiencia en Londres fue muy intensa. Antes de irme, decidí invertir parte del poco dinero que tenía en clases de inglés específicas para entrevistas de trabajo, en un supermercado flipaba para hacerme entender, pero las entrevistas las bordaba. (risas)
Llegué allí con muy poco dinero, lo justo para sobrevivir un par de meses. No conocía a nadie allí, así que escribí cientos y cientos de emails hasta que conseguí una entrevista. Yo buscaba un trabajo fijo en alguna empresa, pero lo primero que me salió fue trabajo de freelance y mi primer cliente NBC Universal, imagina cómo me quedé de flipado. Después, empecé a encadenar trabajos freelance sin parar.
Londres para mí ha sido el lugar que me ha hecho despegar como profesional, estuve unos ocho años y tuve la suerte de trabajar para los mejores estudios y para grandes clientes. Allí aprendí muchísimo y me di cuenta de que Londres era el epicentro mundial del motion, junto con Nueva York y Los Ángeles.
Empecé trabajando de motion designer y al poco tiempo hacía también trabajos de dirección de arte, poco a poco me fui especializando en la dirección creativa y la dirección de proyectos.
¿Cuándo y por qué decides regresar a España y montar tu propio estudio creativo?
Había sido padre hacía un par de años y quería que mi hija creciera con su familia cerca. Yo me crié en México y sé lo duro que es vivir alejado de tu familia. Nací en España, pero de los siete a los trece años viví en México, es un país que considero parte de mí y lo adoro.
Profesionalmente, hacia el final de mi estancia en Londres, trabajaba prácticamente en remoto todo el tiempo, así que vi la oportunidad y la tomé. Decidí volver a vivir a mi ciudad, Valencia, y montar mi propio estudio: Blay Studio.
El estudio está especializado en high-end motion design y 3D, trabajamos fundamentalmente para USA y UK, para grandes marcas internacionales como Netflix, Reebok, AXE o Tempur entre otras.
¿De qué trabajo estás más orgulloso?
Algo que me marcó como un punto de inflexión fue dirigir once secuencias de la película de ciencia ficción The Beyond en Netflix, y realizar toda la gráfica de la película. Trabajé directamente con el director del film y realicé el proyecto yo solo, desde la concepción de las ideas hasta la entrega final.
Otro proyecto que me gusta mucho es el que realizamos para la campaña internacional de Reebok. Ese proyecto me ha traído muchos clientes que directamente me han dicho que querían lo mismo para su marca.
¿Qué diferencias hay en el mundo laboral entre España y otros países, especialmente en el mundo anglosajón?
Los presupuestos. (risas) Realmente, las dos grandes diferencias serían el dinero que pagan y el respeto al profesional.
En España, la preparación y la experiencia no siempre se valoran tanto como deberían. Es decir, el hecho de tener una titulación o mucha experiencia puede ser visto como algo negativo, mientras que en otros países se valora positivamente.
«En España, la preparación y el talento no siempre se valoran como se deberían»
JM Blay
En otros países, como Inglaterra, se reconoce el trabajo bien hecho. Se felicita a los trabajadores por sus éxitos y se les muestra gratitud. La primera vez que me felicitaron por mi trabajo en Londres yo flipé.
En España, en cambio, esto no es tan común. Los trabajadores no siempre reciben el reconocimiento que merecen, lo que puede generar frustración y desmotivación.
Estando en Londres, trabajé para dos grandes marcas españolas (que no nombraré), que pensaban que estaban contratando un estudio londinense. ¿Por qué no contrataron talento nacional? En realidad, lo hicieron sin saberlo. (risas)
¿Crees que en España tenemos talento para competir en un mercado global?
Creo que en este país abunda el talento, ya que contamos con grandes estudios y profesionales reconocidos a nivel mundial que realizan trabajos excepcionales y no tienen nada que envidiar a nadie. También hay grandísimos profesionales españoles en muchos estudios de renombre internacionales, que muchas veces nadie sabe que son de aquí y que desde luego en nuestro país no se les reconoce.
Como ejemplo personal, estando en Londres, cinco personas hicimos el re-branding de BBC3 de las cuales tres éramos españoles, ¿alguien sabía eso?. Seguramente como este ejemplo haya miles por ahí de los que no sabemos nada.
¿Cómo ves el futuro de la profesión?
Bueno, yo veo el futuro de manera optimista porque si lo veo malo, se me quitan las ganas de vivir (risas). Claro que si luego resulta que es malo, pues ya veremos, pero de entrada creo que será mucho mejor que hoy. Esa es mi filosofía.
¿Y la Inteligencia Artificial?
Quitando la cuestión de los derechos de autor y del uso de las imágenes utilizadas para alimentar la Inteligencia Artificial, creo que puede ser la mejor herramienta inventada para el diseño en la historia de la humanidad. Es igual de transgresora o incluso más que cuando empecé a trabajar y me decían: «Lo has hecho con ordenador». Como si eso fuera malo o no tuviera ningún valor.
Habría que regular su uso, como se ha ido regulando el uso de internet, pero creo que la IA es una herramienta más, que tardará en ser aceptada y adaptada por completo.
Como pasó con el ordenador en nuestra industria. Al principio se veía como algo malo, pero ahora es esencial. La adaptación llevará un tiempo, pero la Inteligencia Artificial será una herramienta maravillosa con consecuencias sorprendentes y cambiantes, como lo fue el ordenador en la industria. Habrá que adaptarse o morir. En México tienen un dicho: «O te aclimatas o te aclimueres», y eso es exactamente lo que opino. (risas)
Actualizado 17/05/2023