La Sala Canal de Isabel II presenta hasta el 16 de abril de 2017 la exposición Campano en color en la que reúne una amplia selección de fotografías en color de Javier Campano, inédita en su mayoría, junto con algunas obras de su vertiente más clásica y documental.
La muestra Campano en color está compuesta por todo tipo de soportes y técnicas utilizados por Campano: desde las series dedicadas a las escenas urbanas o la selección de polaroids, hasta un buen número de fotolibros o catálogos.
Javier Campano es un fotógrafo que ha utilizado principalmente el blanco y negro para realizar su obra. Sin embargo, a partir de 2010 adopta definitivamente el color y la fotografía digital, realizando una nueva línea de trabajo de la que esta exposición es una buena muestra.
La exposición que acoge la Sala Canal de Isabel II (C/ Santa Engracia, 125, Madrid) se compone de fotografías de las diversas series realizadas por Javier Campano a lo largo de sus muchos años como paseante. Su mirada es la de un observador urbano, que se detiene en detalles como señales de tráfico, rótulos callejeros o anuncios, creando un imaginario cercano al pop.
Sobre Javier Campano
Javier Campano (Madrid 1950) es de formación autodidacta. Se inició profesionalmente en la fotografía en 1975. Sus comienzos están ligados a la revista Nueva Lente, publicación que pretendía romper con la anterior visión nítida y documental de la fotografía, para acercarse a una visión más conceptual. Tanto la revista como la escuela Photocentro, fueron el germen del que surgió una nueva generación de fotógrafos en Madrid, entre los que además de Campano se encuentran Alberto García-Álix y Ouka Leele; con marcadas diferencias estilísticas entre ellos, pero con un interés común por retratar mundos cercanos. Así, este grupo de fotógrafos refleja sobre todo las figuras y escenarios del Madrid abierto en el que vivieron, en una estrecha relación amistosa y creativa con otros artistas, escritores, cineastas y músicos.
Los grandes protagonistas de la fotografía de Campano son la ciudad y los interiores urbanos, desde las primeras exposiciones en las galerías Amadís y Buades. Estas salas acogían la nueva generación de artistas que aspiraban a una renovación basada en la herencia de las vanguardias y en la captación del nuevo clima estético y vital de la transición política.