Cuando somos pequeños y aún no sabemos leer un texto, podemos entenderlo si éste va acompañado de imágenes. Los libros ilustrados ayudan en la promoción de la lectura porque una vez que conoces la historia por las imágenes, quieres saber qué dicen las palabras.
Aunque en los modelos educativos se fomenta la enseñanza de contenidos orales y escritos mediante la lectura y la escritura, únicamente, no dando la misma importancia a la plástica y, en consecuencia, la enseñanza de mostrar conocimiento y emociones a través de una parte primordial de la creatividad.
Según escriben en su obra Lectura de imágenes, Evelyn Arizpe y Morag Styles: «En una ilustración primero vemos el conjunto, después los detalles y luego se regresa a la imagen completa y el proceso empieza de nuevo» (Fondo de Cultura Europea. Colección Espacios para la lectura 2004).
La ilustración, por tanto, es una parte fundamental de los libros y la interpretación que el lector hace de las imágenes tiene tanta importancia como la que hace del texto escrito.
Pero los libros ilustrados (cuyo texto está acompañado por imágenes) y los álbumes ilustrados (dónde la interpretación narrativa va más allá de las palabras) no solo están destinados al público infantil, sino que esa capacidad de transmitir sirve también para el adulto no acostumbrado a este tipo de lecturas o para libros publicados en otros países, cuyo idioma desconocemos.
No olvidemos que las imágenes forman parte de nuestra vida diaria y su apreciación llega a un número mayor de espectadores: infantil, adulto, formado o sin conocimiento del tema tratado.
Las imágenes subrayan y enfatizan el mensaje que se trasmite y de su mano podemos recorrer temas artísticos, históricos, científicos, sociales, biografías, así como narraciones y ficción.
Tras valorar la importancia de la imagen junto al texto en los libros, hemos consultado a Eva Llopis y Jorge Romero, responsables de la joven Erial, una editorial valenciana especializada en ilustración que surge por varios motivos, entre ellos porque «nos encanta la ilustración y hemos crecido con cómics, libros ilustrados y gente del sector que nos ha inspirado, además del amor a primera vista por editoriales como Media Vaca o Nórdica».
Llopis y Romero también hacen referencia al momento que vive la ilustración actualmente: «Estamos en pleno siglo XXI, un tiempo en el que el componente gráfico y estético es un factor más que importante a la venta de cualquier producto».
Erial opina que en determinados títulos el uso de la imagen es clave y ponen como ejemplo la versión del clásico de Antón Chéjov Pabellón número 6, que acaban de publicar con ilustraciones de Libertad Ballester donde han apostado por el componente ilustrado como elemento clave para disfrutar de un texto del siglo XIX entre un público quizá menos erudito.
«Nos encanta desestigmatizar las portadas al óleo de los clásicos y devolverles la frescura que se merecen porque los clásicos también pueden ser textos para todos los públicos», explican.
Alcanzar un mayor público, sobre todo al desconocedor de un tema a través de las ilustraciones, es el punto común también de María Bastarós, historiadora del arte y co-autora junto a Nacho M.Segarra del libro ilustrado por Cristina Daura Herstory (Lumen 2018). Opina que las ilustraciones han sido imprescindibles para mostrar esta historia de las mujeres.
«Convierten el libro en una joya estética atractiva hasta para personas que a priori no están interesadas en la temática, lo hacen brillar en los escaparates, y además aportan información complementaria gracias a la investigación paralela que realizó Cristina Daura», cuenta María Batarós.
El análisis, el entendimiento y la interpretación de las imágenes nos ampliarán la perspectiva y la abstracción de nuestra mente y llegarán a ser tan diversas como las personas que las lean. Así que, no tengamos miedo a adentrarnos en el maravilloso mundo del libro o el álbum ilustrado porque, como bien dijo Miguel Calatayud en el I Salón del Álbum Infantil Ilustrado: «El buen álbum es aquel que lee un adulto y no se le cae la cara de vergüenza».
No olvidemos que las ilustraciones no abrevian el texto, sino que son una lectura en sí mismas.
Actualizado 29/01/2021