Guy Julier, profesor de Cultura del Diseño en la Universidad de Brighton e investigador de Diseño Contemporáneo en el Victoria & Albert Museum, ofrece en el primer número de la revista Gràffica un análisis de cómo ha evolucionado la profesión del diseñador en los últimos treinta años. A continuación, un extracto de la entrevista en la que brinda su percepción acerca del cambio profesional que ha sufrido el sector.
[…] Treinta años es mucho tiempo, ¡sobre todo en el mundo del diseño! Y ha habido grandes cambios en todos los ámbitos, pero para empezar, vamos a identificar tres tendencias principales para la profesión del diseño que han tenido lugar.
En primer lugar, la gestión del proceso de diseño ha cambiado. Hace treinta años, el diseño era una actividad muy inexacta, profesionalmente hablando. Todo era muy informal. Desde mediados de los 80, el diseño se ha ido profesionalizando cada vez más, en el sentido de que está mucho más burocratizado. Hacer contratos legales con los clientes, calcular el tiempo asignado a cada proyecto en particular, considerar la totalidad o una parte de un estudio como un ‘centro de costos’ que debe sobrevivir económicamente… todos estos acontecimientos han tenido lugar durante estos años. Los estudios de diseño se presentan a sí mismos, digamos, más ‘corporativos’ de cara a sus clientes. Los clientes entienden mucho mejor lo que los diseñadores hacen estos días (aunque todavía hay un largo camino por recorrer aquí).
En segundo lugar, se ha producido un movimiento en la manera de pensar, de objetos singulares e individuales a múltiples formatos. En términos generales, hace 30 años la mayoría de los diseñadores se centraba sólo en el diseño de un objeto: una silla, un folleto, el interior de una tienda y así sucesivamente. Algunos siguen trabajando de esta manera, pero son muchos más los que piensan en cómo los diferentes diseños de objetos encajan entre ellos. Por ejemplo, el aumento del diseño de branding significa que los diseñadores están orquestando una identidad singular a través de muchas plataformas diferentes: desde un logotipo hasta los uniformes de los empleados o incluso la formación del personal. Igualmente, en diseño digital, uno tiene que pensar en muchas interfaces y modos de participación diferentes. Todo esto es un territorio mucho más complejo […].
La entrevista íntegra en: Gràffica
Actualizado 11/03/2020