El Google Pixel 4 XL es el nuevo teléfono de alta gama que ofrece el propio Google, un duro rival para sus competidores tanto por su diseño como por su usabilidad y funcionamiento.
Os voy a ser sincero. No soy un especialista en temas de gadgets y dispositivos, aunque lleve más de 30 años utilizando cacharros informáticos de todo tipo. En la red podéis encontrar cientos de reviews ultraprofesionales sobre el interior y el exterior del Google Pixel 4 XL. Os recomiendo esta review de Xataka (hecha en València, por cierto) que es lo más completo que vais a encontrar. Análisis de su funcionamiento, comparativas con otros móviles de gama alta, críticas y alabanzas a partes iguales que seguro han hecho las delicias de unos y otros.
MI PROPIA EXPERIENCIA
En este caso, os voy a contar mi experiencia personal y parcial de un dispositivo que nos han prestado para probarlo y dar nuestra opinión sin una compensación a cambio, con lo que soy libre de emitir el juicio que crea oportuno.
Cuando llegó el Google Pixel 4 XL, saqué mi tarjeta SIM de mi obsoleto iPhone 6S y la coloqué en el teléfono de Google, sin clonar nada y utilizando todo lo que por defecto viene en el dispositivo. He permanecido dos semanas con él utilizándolo en mi día a día, tanto en mi vida personal como profesional.
Y solo puedo decir una cosa: estoy enamorado. Así de sencillo.
DISPOSITIVO
Mi amor empezó con el diseño en sí mismo, mucho más ligero que el último iPhone 11; incluso mucho más que mi último iPhone, y eso que la pantalla es considerablemente más grande. También por cosas tan tontas como la posición del botón de encendido y volumen, colocados a la derecha, en la zona del pulgar. Obvio ¿no?
Evidentemente, la pantalla OLED es una maravilla (pero es algo que ya comparten todos los dispositivos de gama alta actuales). Lo más sorprendente es la velocidad con la que corre todo. El refresco de pantalla a 90Hz convierten la experiencia de navegación y scroll en algo muy, muy, fluido y no tan habitual.
Sorprende que en la caja del Google Pixel 4 XL no vengan un par de auriculares y que la única opción sea la de comprar unos auriculares bluetooth o con conexión u USB-C. Pero ahí también te das cuenta que Apple nos tiene comido el raciocinio. El móvil es sensiblemente más barato (unos 900€) por, entre otras cosas, no incluir auriculares que muchos ya tenemos y que podemos usar en los nuevos dispositivos. O no usar porque el uso es para escuchar música.
Desde el principio te das cuenta que el móvil sabe cuándo estás cerca. Tiene sensores que hacen que si te acercas, te detecta, y te lanza todas las notificaciones que tenía guardadas. Los sensores sirven para desbloquear la pantalla y funcionan en plena oscuridad y también para desactivar y cerrar pantallas con gestos manuales. Es como tener poderes.
CÁMARA
Está en otro nivel, aunque hay quien dice que la del iPhone es mejor y puede ser cierto, pero que la cámara del movil dispare en formato RAW es algo que no se puede discutir. Y, por otro lado, que puedas controlar la postedición de serie es casi una bendición. Tiene tres modos de color: natural, mejorado y automático.
Más allá de la resolución HDR+, lo que más sorprende es la calidad de la misma, realmente asombrosa, y lo bien que se desenvuelve en cualquier situación de luz y movimiento. El zoom y la facilidad de gestionar la luz y las sombras antes de disparar son algo realmente meritorio.
VÍDEO
La experiencia del vídeo también fue realmente sorprendente; vídeo 4K a 30 fotogramas por segundo y hasta 60 fotogramas con Full HD, con un estabilizador bastante competente que lo convierte en una opción muy potente para muchos amateurs e incluso para más de un profesional.
EXPERIENCIA CON GOOGLE
Pero aquí viene lo mejor. Mi experiencia con Google ha sido mágica. Después de más de 25 años dentro del universo Apple, entrar en el mundo Google es algo muy curioso y sorprendente.
Apple tiene un interface realmente solido y funcional, pero es como una galaxia paralela: muy buena y eficaz, pero no deja de estar fuera del ecosistema digital. Me explico.
Se podría decir que Google es prácticamente Internet en sí mismo. Google lo sabe todo, está conectado a todo, y por ello desde el momento en que conectas el móvil y te logueas con tu usuario, todo se conecta sin más.
Esas fotos que hiciste hace 10 años aparecen mágicamente en tu móvil. Sabe dónde vives, lo que vas a tardar en llegar al trabajo, conecta tus gustos y preferencias en casi todos los servicios online. Tu vida digital online aparece sincronizada en tu móvil. Incluso llega a asustar.
El interface y las posibilidades del Google Pixel 4 XL son inmensamente gigantes. Tienes la sensación de tener Internet en tus manos. Todo se relaciona y todo se puede gestionar. La lógica con la que opera Google es apabullante. Las cosas tienen el sentido amplio de ayuda y conexión. En esto Google es imbatible.
ASISTENTE DE VOZ
Y el top de esta sensación es el asistente de voz. Ok Google y todo funciona. Google llama por ti a números que no tienes en tu agenda, pero que Google sí sabe. «¿Puedes llamar al Corte Inglés de la calle Colón?»… y ¡llama!. Puedes preguntarle «¿Quién diseñó el logo de la MTV?», y «Según Gràffica, el logo de la MTV…». Boquiabierto te quedas.
Por las mañanas, con un simple «Buenos días, Google», te pone al día de todo. Tiempo, tráfico, noticias… un verdadero asistente. Está siempre escuchando y, si hay música en el estudio, te va diciendo en pantalla que canción es la que suena aunque no se lo preguntes. Es de un amable.
Siri es bueno, pero Google es excelente. Impresionante. Ahora se lo pregunto todo. Google Pixel 4 XL es mi más mejor nuevo amigo.
QUÉ NO ME HA GUSTADO
La batería dura muy muy poco. Al ritmo de uso que tenemos en Gràffica no llega al final del día. Además, con el dispositivo que nos han dado de prueba de vez en cuando se apaga y te deja tirado. Lo bueno es que la carga es ultrarápida. En media hora tienes el 100% de la carga.
También hay gestos lógicos, o al menos a mí me lo parece, que no funcionan como deberían. Salir de los videos a pantalla no funciona. En algunas redes sociales los gestos tradicionales de ir hacia adelante o atrás, o cerrar, no son iguales o simplemente no funcionan igual.
El material con el que está fabricado es muy, muy, resbaladizo. Tanto que durante estas semanas se me ha escapado de las manos más de una vez. Al menos podemos afirmar que aguanta perfectamente una caída al suelo sin un solo rasguño.
Y que Google lo sepa todo todo y todo. Es lo bueno y lo malo a la vez.
AMOR DE VERANO
Al igual que un amor de verano, Ha llegado el día en que hay que dejarlo partir y devolverlo a su lugar de origen. Todavía no lo he metido en la caja y ya casi lo echo de menos. Va a ser difícil, muy difícil, muy duro, volver a mi viejo iPhone en el encorsetado mundo de Apple.
Gracias, Google Pixel, por la experiencia.
Actualizado 06/02/2020