El Museo Guggenheim de Bilbao presenta, por primera vez en España, la obra de Fiona Tan Desoriente. Se trata de la novena pieza que se programa en la sala Film & Video desde que esta se inaugurara en 2014, para albergar obras de arte en vídeo, videoinstalaciones e imagen en movimiento. La obra de Tan se puede visitar hasta el 19 de marzo de 2017.
Fiona Tan (Sumatra, 1966) creó Desoriente en 2009 para el Pabellón de Holanda de la 53ª Bienal de Venecia, ciudad donde también se sitúan parcialmente la acción y la filmación de la obra. De hecho, el filme refleja la historia de Venecia como eje estratégico del comercio con los recién descubiertos territorios de Asia entre los siglos XIII y XVI. La película de Fiona Tan evoca el sueño de un “Gran oriente”, tal y como lo narra Marco Polo en su célebre Libro de las maravillas del mundo. Esta colección de historias, de hace ya siete siglos, inspiró en Europa la imagen de un Oriente soñado y fantástico, rico en culturas milenarias que se abren por primera vez al conocimiento europeo; un tópico con el que, igualmente durante siglos, se tapó la explotación de pueblos y recursos. Esta paradoja impregna los distintos elementos en la instalación de Fiona Tan.
Desoriente está compuesta de dos pantallas enfrentadas, que se comunican entre sí a través de los objetos que se muestran y de un altavoz situado entre ambas del que surge una voz masculina que susurra fragmentos de los relatos de viajes de Marco Polo. En la pantalla más grande se muestra, por medio de un lento travelling, una anacrónica colección de suvenires y trofeos que evocan viajes y expediciones al lejano Oriente: animales exóticos disecados, estatuillas de oro, suntuosas telas, porcelana fina, especias y amuletos; pero también, sorprendentemente, adornos modernos, monedas de varios países, televisores e incluso una maqueta del propio Pabellón holandés de la Bienal de Venecia. Todos estos objetos forman parte de un solitario almacén custodiado por un personaje misterioso y meditabundo, de origen occidental, ataviado con una túnica dorada.
En la pantalla de enfrente se muestran imágenes de la vida contemporánea en lugares del continente asiático supuestamente visitados por el famoso explorador veneciano, donde sus habitantes malviven entre contaminación, pobreza y explotación laboral, en un ambiente de violencia y caos. Estas imágenes, grabadas en Afganistán, Iraq y China, documentan indirectamente la creación, recopilación, envío e instalación de los lujosos bienes que se ven en el rico almacén de la primera pantalla. Como sugiere el título de la obra, la yuxtaposición de estas dos narraciones, aparentemente irreconciliables, aunque profundamente conectadas, genera en el espectador una sensación de desorientación.
Fiona Tan transforma el almacén en escenario y archivo de la memoria cultural y del mito moderno y, con ello realiza una reconstrucción de la legendaria Asia de Marco Poco, una reconstrucción que es, al mismo tiempo, recuperación de una memoria que no se ha escrito sobre el continente asiático y una invención de lo que ese imaginario pudo ser.
Fiona Tan, nacida en 1966 en la ciudad de Pekanbaru, en el centro de la isla de Sumatra (Indonesia), reside en los Países Bajos desde 1988. De padre chino y madre australiana, se considera una “extranjera profesional”, emigrante de nacimiento, un hecho que inspira muchas de sus obras. Sus trabajos, en los cuales combina cine, vídeo y fotografía, analizan la formación de identidades en la cultura poscolonial y globalizada, centrándose en los mitos y leyendas vinculados al oriente colonial.
Actualizado 22/01/2017