Abre en Ciudad de México el Museo Casa Kahlo, el hogar familiar de Frida restaurado por Rockwell Group

La casa donde Frida Kahlo vivió su infancia abre sus puertas como museo tras una cuidadosa restauración a cargo del Rockwell Group. El nuevo espacio muestra la faceta más íntima y familiar de la artista mexicana, revelando el entorno donde nació su sensibilidad creativa. El hogar en el que Frida Kahlo creció junto a sus padres y hermanas abre por primera vez sus puertas al público convertido en museo. La residencia, conocida como Casa Roja, ha sido transformada en el Museo Casa Kahlo tras un proyecto de restauración dirigido por la arquitecta Mariana Doet Zepeda Orozco y el estudio neoyorquino Rockwell Group, liderado por David Rockwell. El espacio ofrece una nueva mirada sobre la artista mexicana, centrada en su vida íntima y familiar más allá del mito. A diferencia de la célebre Casa Azul, donde Frida vivió junto a Diego Rivera y que desde hace décadas funciona como museo, la nueva institución muestra la infancia y los vínculos familiares que marcaron la formación personal y creativa de la artista. La casa, situada a pocos pasos de su residencia con Rivera, fue adquirida por su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, y su madre Matilde Calderón en 1930. En su patio se tomó el famoso retrato familiar de 1926 en el que Frida aparece vestida con ropa masculina. Un museo doméstico y emocional El proyecto museográfico ha buscado conservar la escala doméstica y el espíritu acogedor del lugar. “En un momento en que los museos tienden a ser grandes edificios donde el arte llega después, este espacio mantiene la intimidad de un hogar”, explica Rockwell. Para el arquitecto, que vivió parte de su juventud en Guadalajara, el proyecto supuso también un reencuentro personal con México y su cultura de la hospitalidad. La restauración incluye las habitaciones originales de la planta principal y el sótano donde Frida mantenía su estudio privado, un refugio donde escribía, pintaba y experimentaba sin las presiones de la fama. Este espacio subterráneo, ahora cuidadosamente recuperado, conserva objetos personales, exvotos, muñecas, pigmentos, cartas y pequeños dibujos que muestran una faceta más íntima de la artista. En el patio central, rediseñado por Rockwell Group, se celebrarán conciertos, conferencias y actividades culturales. La Fundación Kahlo impulsará además un premio de arte contemporáneo, cuyas obras se exhibirán dentro de la casa. La familia como origen del arte El recorrido del museo comienza en la Galería Familiar, que presenta a los padres y hermanas de Frida a través de retratos, objetos y documentos como la invitación de boda de Guillermo y Matilde o el vestido nupcial de su madre. También se rinde homenaje a Cristina Kahlo, su hermana más cercana, con quien fundó en los años treinta la asociación La Ayuda, dedicada a apoyar a madres solteras. Frida compró la casa a sus padres en 1934 para que vivieran Cristina y sus hijos. Allí la artista pasaba largas estancias compartiendo comidas, conversaciones y proyectos. “Las relaciones familiares fueron esenciales para que Frida alcanzara su potencial artístico”, recuerda Ileen Gallagher, directora creativa de la Fundación Kahlo. Su sobrina nieta, Frida Hentschel Romeo, subraya ese mismo espíritu: “Queremos que los visitantes comprendan a Frida como un todo, y que reconozcan la influencia de su familia, el amor, la fuerza y la independencia que la rodearon”. Artesanía y memoria mexicana El diseño expositivo integra piezas auténticas del mobiliario familiar y una selección de artesanías contemporáneas mexicanas. En el patio, un árbol de pomelo —motivo de uno de los murales de Frida— crece en una maceta de piedra tallada por artesanos de Escolásticas. El espacio combina cerámicas de barro verde de Oaxaca, cobre y arcilla de Michoacán y piezas de cerámica tradicional de Guadalajara, subrayando la diversidad material y cultural del país. El conjunto ofrece una experiencia que conecta arte, arquitectura y vida cotidiana. Más que una reconstrucción museográfica, el Museo Casa Kahlo propone un acercamiento afectivo a la figura de Frida: la hija, la hermana, la amiga, la mujer que encontró en su entorno familiar el primer impulso para crear. Como resume Frida Hentschel Romeo: “Los valores de la familia Kahlo están presentes en cada rincón del museo. Esperamos que quienes lo visiten se lleven eso mismo: más amor, más familia, más México”.

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