Entrevistamos a Fase Estudio, que se estrenan en el diseño tipográfico con Bisel

Surgió como proyecto personal que respondía a intereses puramente especulativos y ha acabado siendo la primera tipografía que sacan al mercado. Por ello no resulta difícil imaginar la mezcla de emociones que este lanzamiento supone para Cristina Alonso y Raül Vicent, diseñadores gráficos al frente de Fase, estudio con sede en Burjassot, (València). Distribuida por The Designers Foundry, Bisel, que así se llama la tipografía, es una display rotunda y robusta, repleta de matizadas angulaciones que generan pronunciadas contraformas y emocionantes relaciones espaciales entre caracteres. Hemos hablado con ellos para que nos cuenten de primera mano cómo han sido los pormenores del proceso de diseño y desarrollado de Bisel. ¿Qué os llevó a inspiraros en los clásicos europeos y americanos para crear Bisel? Las tipografías black condensadas son un imán de miradas. Nos encantan, aunque en el estudio nos cuesta bastante usarlas. Quizá lo más característico de Bisel son las esquinas oblicuas, pero nuestra intención era que, en espíritu, estuviera más cerca de las antiguas tipos condensadas de madera que de una tipografía como ITC Machine. ¿Por qué seleccionásteis a diseñadores como Herb Lubalin, Tom Carnase y Walter Haettenschweiler como referencias principales? La idea original surgió en el diseño para unas cubiertas de libros de temática bélica, así que el planteamiento era hacer algo que manchara mucho y fuera muy duro. Somos admiradores de la ITC, tanto de sus tipografías como de sus trabajos gráficos. Bisel encajaba bien en la corrientetight not touching que se generó en gran parte por ellos. Se podría decir que Bisel surge de una mezcla de detalles que se han ido dando en un determinado estilo tipográfico, en diversos momentos y lugares de la historia. ¿Qué características específicas de estas tipografías clásicas decidiste reinterpretar o modernizar? ¿Cómo definís el equilibrio entre lo mecánico y los gestos humanos en Bisel? Leí una entrevista a Iñigo Jerez en la que decía que en tipografía «no hay espacio para la innovación pero sí mucho para los matices, y a veces de eso trata el diseño». Creemos que la diferencia nace en el enfoque. La premisa no era diseñar una tipografía mecánica, sino que hemos generado una a partir de eliminar las curvas en un diseño previo, por así resumirlo. Son los gestos en algunos caracteres (R, t) lo que creemos que le aporta ese carácter humano, o que al menos suponen una ruptura con la construcción mecánica. Aunque usar «humano» puede que no parezca lo más acertado para una tipografía como esta. ¿Cómo abordasteis el diseño de las proporciones entre los diferentes anchos de la tipografía? ¿Por qué decidisteis que Bisel estuviera disponible en un solo peso pero con múltiples anchos? El peso regular fue el inicial y seguidamente el condensado. Nos gustaba la idea de tener cuatro anchos disponibles, cubría un rango suficiente. Luego vimos hasta qué nivel de condensación podíamos llegar sin que los detalles se volvieran ridículos. Esto mismo lo veíamos al reducir el grosor, había formas que perdían su sentido. Tal vez admita algo menos de peso, pero también nos gustaba limitarlo a uno. ¿Cómo influyó el desarrollo de la fuente variable en el proceso general de diseño? La fuente variable surgió como sugerencia por parte de TDF . Nosotros no somos usuarios de fuentes variables (no por nada en especial, creemos que aún no hemos hecho el proyecto en que la necesitemos). No hubo un proceso específico para esto, simplemente se exportó un archivo más. ¿Cuáles fueron los mayores retos al diseñar un único peso con tanta flexibilidad en los anchos? Seguramente lo que decíamos de hasta dónde tensar la cuerda y decidir hasta qué condensación funcionarían las esquinas oblicuas a un tamaño que no fuera excesivamente grande. ¿Qué situaciones o proyectos crees que son ideales para el uso de Bisel? Creemos que puede funcionar muy bien para títulos y titulares, cabeceras, así como crear «muros de tipografía». Siempre en tamaños grandes. ¿Cuál fue la intención detrás del conjunto estilístico «cuadrado»? ¿Cómo se diferencia del estilo principal? Esto responde a una de estas influencias que hablábamos antes. Así como la influencia americana es clara, este conjunto acerca la tipografía a lo que para nosotros era un planteamiento europeo o suizo visto en Haettenschweiler o los diseños de Emil Ruder, entre otros. Lo de «cuadrado» es un chiste malo. ¿Cómo resolviste los desafíos técnicos para garantizar una interpolación fluida en la versión variable? Esta sería una pregunta para hacerle a Tipas Type que son quienes nos echaron un cable con estos menesteres, además de hacer una revisión general de la tipografía. Nosotros simplemente cuidamos las necesidades técnicas. ¿Qué herramientas o software utilizaste durante el proceso de diseño? Hemos usado Glyphs exclusivamente. Nos encanta. Su interfaz y su precio han conseguido aumentar la democratización en el diseño de tipografías. ¿El desarrollo de Bisel os llevó a descubrir algo nuevo sobre las tipografías display o condensadas? Hemos descubierto muchas cosas de la historia del género, como que Walter Haettenschweiler diseñó Schmalfette Grotesk sin caja baja porque pensaba que no funcionaba en una tipografía así. También hemos revisado una barbaridad de versiones diferentes que han aparecido en los últimos años, ya que el género tuvo su renacimiento con la publicación de Druk en 2014 por parte de Commercial Type. ¿Qué feedback has recibido de la comunidad de diseño desde que lanzaste Bisel? El poco feedback que nos ha llegado es de profesionales cercanos a nosotros, que es como si nos lo hubiera dado nuestras madres o abuelas. No creemos que se convierta en un superventas, pero estamos satisfechos con el proyecto y con el distribuidor en el que ha aterrizado. ¿Planeas expandir la familia tipográfica en el futuro, por ejemplo, más pesos, estilos o versiones decorativas? Nos gustaría añadir un peso más ligero y una versión con una altura de X más elevada, pero ya veremos si es posible porque la tipografía necesita mucho más que algunos ratos libres. Bisel nació como un proyecto personal, una intrusión en el mundo de la tipografía hecha desde el descaro pero con mucho cariño a una disciplina de la que nos alimentamos constantemente.

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