El fotógrafo Joaquín Collado (Valencia, 1930-2025), galardonado con el Premio Gràffica en 2018 por su aportación a la cultura visual, ha fallecido a los 95 años. Testigo de la Valencia oculta y de sus márgenes, su obra documentó con una mirada cercana y humanista la vida en el Barrio Chino, la comunidad gitana de Nazaret o el bullicio del rastro. Su serie La València olvidada, expuesta en el MuVIM en 2014, consolidó su figura como uno de los grandes cronistas visuales de la segunda mitad del siglo XX.
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Joaquín Collado (Valencia, 1930-2025) deja un legado visual imborrable. Su fallecimiento el pasado viernes marca el adiós a uno de los fotógrafos que mejor supo capturar la vida cotidiana de la Valencia de la segunda mitad del siglo XX. Con su cámara, Collado documentó los márgenes de la ciudad, inmortalizando las historias invisibles de aquellos que rara vez ocupaban el centro del encuadre social: las trabajadoras del Barrio Chino, la comunidad gitana de Nazaret, los vendedores del rastro o los niños que jugaban en la calle. Su obra, a medio camino entre el documento antropológico y la fotografía humanista, se convirtió en un testimonio inapelable de una ciudad que, a pesar de los años transcurridos, parece más lejana de lo que indican las fechas.
Su serie más célebre, la dedicada al Barrio Chino de Valencia, fue clave en su reconocimiento. Un trabajo de proximidad y crudeza que, sin caer en la explotación de sus sujetos, retrataba con precisión y respeto la realidad de un espacio marginal. Parte de esta serie fue adquirida en 2016 por el IVAM y expuesta en varias ocasiones, tanto en España como en el extranjero. La librería Railowsky jugó un papel esencial en su difusión, organizando exposiciones en París y en otros espacios donde su trabajo dialogó con el de referentes como Joan Colom.
Pero su gran consagración llegó en 2014 con La València olvidada, una exposición en el MuVIM comisariada por Luis Carrasco, que ofreció un recorrido por la ciudad de los años setenta a través del ojo de Collado. Allí se reveló su capacidad para la fotografía de reportaje y documental, una mirada que, sin artificios ni intervenciones, lograba hacer de lo cotidiano un relato universal.
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Una vida dedicada a la fotografía
Collado se inició en la fotografía en 1959, pero no fue hasta los años ochenta cuando empezó a exponer su trabajo de manera regular. Su primera muestra individual tuvo lugar en el Centro Aragonés de Valencia en 1987, y desde entonces su obra ha formado parte de más de setenta exposiciones en España y otros países. Además de su trabajo como fotógrafo, Collado desempeñó un papel fundamental en la Agrupación Fotográfica Valenciana (AGFOVAL), donde ejerció de secretario durante veinticinco años y posteriormente de presidente entre 1991 y 2007.
Su influencia en la fotografía valenciana se consolidó con la publicación de su obra en revistas especializadas como Arte Fotográfico, Diorama o La Fotografía, además de su presencia en libros como Historia de la Fotografía Valenciana (1990) de José Vicente Aleixandre o La Valencia Prohibida (2005) de Rafael Solaz Albert. Su trabajo se encuentra en colecciones de instituciones como el IVAM, la Fundación Foto Colectania, la Diputación de Valencia y la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, de la que fue nombrado académico en 2015.
En los últimos años, su obra fue objeto de un creciente reconocimiento institucional. En 2017, con ocasión del 30 aniversario de Railowsky, se ha expuesto obra suya junto a fotos de Colom y varios premios Nacionales de Fotografía (a destacar Cristina García Rodero). Participó en FOTOGRAFICA17, organizado por el MuVIM donde expuso una selección de “La Valencia Olvidada” en la Biblioteca Pública de Valencia y “La Romería de San Sebastián” AGFOVAL. El festival de fotoperiodismo PHOTON Festival le rinde un homenaje editando un periódico, un concurso en Instagram y exponiendo su obra de forma novedosa en las marquesinas y autobuses de la EMT. Entre 2018 y 2022, su exposición La València olvidada recorrió distintos puntos de la Comunitat Valenciana bajo la gestión del Museo de Etnología. En 2018, recibió el Premio Gràffica, consolidando su lugar como una de las figuras esenciales de la cultura visual en España.
Collado fue un observador atento de la sociedad. Un fotógrafo sin artificios ni grandilocuencias que supo colocar la cámara en el lugar exacto para capturar lo esencial. Su trabajo nos devuelve una imagen de la Valencia de hace décadas que, más allá de la nostalgia, nos interpela sobre la identidad y los cambios de la ciudad. Su legado permanecerá como testimonio de una ciudad que se transformó, pero que sigue habitada por las mismas miradas que él supo atrapar con precisión y respeto.
Actualizado 20/02/2025