Carles Porta lleva vinculado a la organización de Animac desde su primera edición. Diseña carteles, hace animaciones y es el impulsor de Puck Cinema Caravana, el cine más pequeño del mundo. Durante la reciente edición de Animac pudimos intercambiar con él algunos puntos de vista sobre la situación de la animación en nuestro país. Además, Carles nos contó de primera mano todos los entresijos del festival.
La primera pregunta es obligada, ¿cómo ha ido esta edición de Animac?
Ha sido una edición emocionante. La situación planteaba dificultades: mucho menos presupuesto, un equipo totalmente renovado… una nueva dirección. Carolina López ha sabido respetar los logros de ediciones anteriores y encajar algunas piezas nuevas que hacen del Animac’12 un encuentro más abierto, más participativo y con mayor proyección. Creo que el equipo se merece un reconocimiento especial. No sólo ha estado a la altura de las circunstancias, además ha sabido mejorar muchas cosas.
Con respecto al programa y la selección de invitados, ¿qué opinión te merece?
Los invitados, Suzie Templeton, Sarah Cox, Victoria Bermejo, 9ojos, Physalia, Dvein, Mario Torecillas, Joaquín Reyes, Juanjo Sáez, Vicent Arlandis, Hernán Migoya, Mariscal, Gallardo, Arnal Ballester, Flavio Morais, Jerzy Kular, Manuel Cristóbal, Michal Rose, Christian Janicot, Sam, Pablo Llorens, componen una selección interesante, amplia, variopinta y generosa. Recoge brillantes realizadores independientes, ilustradores consagrados que flirtean con la animación, dibujantes de cómic que crean series de animación, humoristas mediáticos con un lenguaje personal y rompedor, colectivos de moda que utilizan técnicas epatantes en anuncios y créditos de películas, directores de escuelas de élite, productores de largometrajes de éxito y animadores que ponen su talento en experiencias de interés social con la infancia.
La animación tiene muchas caras y aquí había una buena selección. Además han podido hablar de lo que hacen y por qué lo hacen y eso siempre es interesante y motivador para todos los que amamos la animación. También he disfrutado mucho de las sesiones infantiles. Estaban programadas con cariño y presentadas con encanto por Victoria Bermejo que hablaba de tú a tú a un auditorio sincero e inteligente.
¿El festival tiene algún hilo conductor?
Es una antigua ambición ser un lugar de encuentro entre productoras y creadores. El festival tiene el propósito de acercar al público las obras del cine independiente. Divulgar una animación que se mueve por intereses artísticos y no comerciales, pero al mismo tiempo, el deseo de encontrar puentes con la industria.
¿Por qué Lleida y no otra ciudad que pueda atraer más público, como por ejemplo Barcelona, para una certamen internacional de cine de animación?
Los festivales son para las ciudades medianas. Angouleme-cómic; Annecy-animación; Clermond-Ferrant-cortometrages. Avignon-teatro. Cannes, San Sebastián, Venecia-Cine.
Las grandes ciudades son hiperactivas. Tienen un ritmo acelerado y se lo comen todo. Una ciudad mediana bien comunicada, puede ofrecer un entorno agradable y acogedor para la celebración de un festival. Un festival es una experiencia, una fiesta, un viaje a otro sitio, un encuentro con otra cultura. El descubrimiento de nuevas propuestas artísticas. El encuentro con creadores, productores… público. Debe ser algo que agite la ciudad, que le dé la oportunidad para hacerse ver. Con el tiempo, además puede reforzar su identidad y puede quizás ejercer de algún tipo de capitalidad. Ser capital de algo que supera sus límites naturales. Creo que Lleida aún no es consciente de la importancia de esto.
¿Cómo surge la imagen gráfica de este 2012?
Los proyectos suelen dejar a un lado dibujos e ideas que no se utilizan. Buenas ideas que no acaban de encajar en la propuesta final. Uno de esos dibujos es una interpretación de Medusa que hice para la imagen del Master de Animación de la Universidad Politécnica de Valencia. Me gustaba la imagen de Medusa con los ojos cerrados imaginando que al abrirlos nos convertiría en estatua de sal, anulando todo movimiento. Una negación de la animación. Pero buscaba otro tono para la imagen de este año. Deseaba encontrar algo mas lírico y poético. Esto me parecía atrevido para un festival de animación, pero siempre me ha gustado forzar los límites y contradecir los tópicos. Así que Medusa fue transformándose en una especie de Ophelia, una imagen que siempre me ha cautivado, con un poco de Rapuncel.
¿Cuál es el desafío en cada certamen?
Cada año me impongo un ejercicio de renovación estilística. Intento ofrecer algo diferente. Sorprender y sorprenderme a mí mismo. Entiendo que la imagen de Animac ha de ser benévola pero no condescendiente. Tener algo de magia y provocar el imaginario. Para mí un cartel ha de perdurar en el tiempo. Debe provocar el deseo de arrancarlo y llevártelo a casa para guardarlo como una joya. Son cosas que no se dicen en teoría de la comunicación.
¿Destaca en algo la animación en España respecto a la de otros países?
Creo que el animador español, como en tantos otros ámbitos, no tiene escuela. Por lo tanto es más anárquico y más libre. No tiene dogmas ni ideas prefijadas. Pero también, en muchas ocasiones, sus referencias son más limitadas y pobres. En este momento las producciones francesas están llenas de españoles. Los animadores franceses marchan a países donde cobran más y los nuestros emigran al norte.
¿Cómo ves la evolución de Animac estos años?
Estos últimos años la situación es compleja e incierta. Todo está en transformación. Al realizador independiente tradicional en su estudio, o a las productoras de televisión o de cine, se suman escuelas en el ámbito internacional que forman a estudiantes de gran talento. Producen películas de fin de estudios que son obras maduras y frescas. Hay otros creadores con una intensa actividad en internet en comunidades como Vimeo que se dan a conocer mundialmente desde casa. Todo esto ofrece un nuevo panorama desestructurado pero muy activo. Creo que más dinámico y más apasionado que hace unos años. Con unas enormes ganas de hacer cosas. Puede que podamos tener un papel interesante en todo esto.
Y el futuro, ¿hacia dónde debería mirar?
Creo que Animac debería llegar a ser un proyecto de ciudad en el que se impliquen todas las instituciones posibles. Generar actividades en torno a la animación a lo largo de todo el año. Me gustaría que la ciudad participase más del festival y lo sintiera como propio.
Aparte de Animac, también eres el impulsor de Puck Cinema Caravana, el cine más pequeño del mundo dedicado y, además, por entero a la animación. ¿Para cuando una próxima entrega?
Después del letargo invernal estamos preparando para Puck un nuevo programa. Si todo va bien estará disponible dentro de un mes. Este año el hilo conductor es el humor. Queremos acercarnos a esta forma de expresión desde muchos puntos de vista. Algunos autores tienen un acento canalla o irreverente; pueden ser ácidos, irónicos o también ingeniosos e inteligentes, o simplemente simpáticos. Películas en animación que van de la sonrisa a la carcajada.
¿Trabajas en algún proyecto de animación actualmente?
Se ha estrenado recientemente La Guerra de Troya. Una pieza teatral para niños de 8 a 12 años, producida por la Caixa. Tiene unos 50 minutos de audiovisuales. Decorados y escenas animadas que se proyectan sobre una pantalla, compartiendo la escena con 8 marionetas de un metro de altura. Así que estoy recuperándome del esfuerzo y disfrutando porque está funcionando muy bien. Empiezo a engrasar la máquina para desarrollar un proyecto personal. Un nuevo corto animado. Eso siempre requiere mucha convicción y mucha energía.
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+info: carlesporta.com
La Guerra de Troia / The Trojan War from carles porta on Vimeo.
Actualizado 05/08/2016