Se trata de un proyecto conjunto de ilustración, papercraft y stop motion de tres creativas de Barcelona y tiene como objetivo concienciar sobre un tema que afecta a millones de personas en todo el mundo y que sigue siendo objeto de mucho debate: la inmigración.
Las Naciones Unidas han evaluado las últimas tendencias de la migración internacional en su último informe. En él, aseguran que hay 250 millones de migrantes en el mundo, un 3,5% de la población mundial. Ante estas terroríficas estadísticas, Cé Marina, Agueda Peña y Lina Ortega, tres creativas de Barcelona, decidieron crear The Route To Nowhere, un proyecto para concienciar a la población sobre la importancia de la inmigración.
El proyecto consiste en tres animaciones stop motion en las que se recrean escenas migratorias. Los personajes están caracterizados en forma de fruta, ya que se establece una sencilla analogía entre las frutas y los seres humanos.
En la primera animación se muestran varios plátanos que viajan por el mar a un destino desconocido. Podemos ver cómo el barco está sobrecargado con el peso de los pasajeros, uno de los grandes problemas que se encuentran las personas que se ven forzadas a emprender un viaje a un lugar mejor a través del mar.
La segunda animación de The Route to Nowhere se titula La Bestia, y hace referencia a los trenes que viajan a lo largo de México y que además de transportar materiales y maíz, llevan inmigrantes indocumentados. Es la forma más rápida y económica de cruzar la frontera de Estados Unidos, pero es realmente peligrosa.
Por último, se representa uno de los símbolos más característicos de la inmigración: el muro. Se muestra cómo varias familias de frutas cruzan un amplio desierto y ven sus sueños truncados por un obstáculo gigante. En la escena se pueden percibir muchas emociones truncadas.
El equipo está formado por una ilustradora, una artista de papel, dos animadoras de stop motion, un productor musical y un productor de masterización.
A diferencia de muchos proyectos que comienzan en papel, el proceso de creación de estas animaciones fue muy diferente. Para el desarrollo Cé Marina se encargó de crear los visuales de las tres animaciones, y ha ilustrado digitalmente los escenarios y los personajes.
Más adelante, Agueda Peña plasmó las ilustraciones en papel y, junto a Lina Ortega, creó y montó los decorados como un teatro de marionetas para poder animar a los personajes con mayor libertad. El decorado y el atrezzo fueron diseñados en una técnica de papel 2D. La historia se grabó con un movimiento continuo de cámara.
Durante los meses de cuarentena realizaron la postproducción y terminaron de grabar los vídeos. Posteriormente, para la producción musical, J. Kulume se encargó de la creación de sonidos y Borja Ruiz hizo la masterización. El resultado final es el trabajo conjunto de muchas disciplinas distintas que se han complementado para llevar a cabo un proyecto social que habla de un tema realmente importante en nuestra sociedad.