No somos Champagne, somos Codorníu es el eslogan de la campaña que acaba de lanzar la compañía dentro de su nueva estrategia de marca internacional de la que se ha hecho cargo la agencia SCPF. El stop está protagonizado por Jordi Cruz, chef 3 estrellas Michelin y la diseñadora de moda Miriam Ponsa, ganadora de la 080.
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Codorníu es una de las marcas cava más representativas en nuestro país y una de las empresas familiares más antiguas del mundo. Por primera vez en la historia de la compañía presenta una estrategia de comunicación internacional para los futuros años.
El título de la campaña No somos Champagne, somos Codorníu busca reforzar la personalidad de la marca: pionera del cava, innovadora y cercana, de caldos de calidad equiparables a los mejores espumosos. Productos pensados para convertir cualquier momento especial en un instante inolvidable de celebración, porque como se destaca en la campaña «celebrar es la mejor manera de agradecer».
Detrás de la campaña está la agencia SCPF. «El principal reto era crear una idea que permitiera desarrollar una línea de comunicación global para la marca y con la que poder recorrer el viaje de crecimiento tanto en España como especialmente fuera de ésta», afirma Toni Segarra, máximo responsable creativo de la agencia. Para la campaña de este año, se ha contado con dos nuevos embajadores de marca, Jordi Cruz (chef tres estrellas Michelin) y Miriam Ponsa (diseñadora de moda ganadora de la pasada edición de la 080), que representarán a Codorníu a lo largo de 2015.
El spot se compone de tres piezas principales con un mismo hilo conductor. La pieza central pretende recuperar y potenciar con orgullo el rol de Codorníu como la auténtica y genuina bebida social y refrescante del Mediterráneo, abriendo su consumo más allá de las celebraciones formales. Además, transmite todos los valores que han acompañado a la firma durante sus casi 500 años de historia y que se identifican con una manera de ser alegre, desenfadada, mediterránea, modernista, y auténtica.
Las otras dos piezas que integran la campaña de Codorníu de este año son Anna y Cuveé 1872, cada una firmemente ligada a los territorios y valores de las marcas. En la primera se hace una declinación al universo de la moda y la feminidad, potenciando los valores de humanidad, frescor, alegría y sensualidad. Además estas navidades se presenta la versión exclusiva de este producto para hostelería de moda: el Anna Blanc de Blanc Reserva, y su versión Mini, perfecta para eventos y fiestas cotidianas.
En la otra pieza del trío de este año, el protagonista es Cuvée 1872, la gran novedad de Codorníu para esta campaña navideña, que rinde homenaje a los orígenes de este espumoso. Josep Raventós fue quien elaboró la primera botella en 1872. Es también una oda al Modernismo, la corriente artística históricamente vinculada a Codorníu desde que se inauguraron en 1915 las Cavas construidas por el discípulo de Gaudí, Puig i Cadafalch. Se trata de un cava tradicional elaborado como antes, recuperando la cupada auténtica y original de aquel año, y vinificado por capas, proceso que consiste en la adición periódica de mosto fresco en el mosto que se encuentra fermentando.
Las tres piezas se articulan a través de un mismo hilo conductor y bajo un mismo lema No Somos Champagne, Somos Codorníu, desde 1551. Javier Pagés, director general de Codorníu explica: «No nos queremos comparar al Champagne, que es un gran producto, sino reivindicar nuestras diferencias, basadas en nuestro origen, nuestra tierra y nuestra calidad. Es el momento de ser valientes de cara al mundo, sacar el orgullo y dar un golpe encima de la mesa».
Otra de las novedades de este año es, para reforzar el territorio de la gastronomía y de la moda de Anna de Codorníu, la incorporación de dos embajadores de marca que van a acompañar a Codorníu durante este proceso de cambio y que también participan en el spot. Se trata de dos jóvenes triunfadores, vinculados con la modernidad, la innovación, con la moda, con la nueva gastronomía y muchos otros valores que integrarán la nueva era Codorníu.
Los dos embajadores son Miriam Ponsa, diseñadora de moda y ganadora de la última edición de la pasarela 080, como nueva imagen de Anna, y Jordi Cruz, chef 3* Michelin, que en su día fue el más joven de nuestro país en recibir esta distinción, siendo hoy uno de los cocineros con más talento del panorama actual, como embajador gastronómico de la firma.