Algunas personas que han querido compartir sus puntos de vista conmigo sobre la capitalidad mundial del diseño suelen repetir lo de «una oportunidad perdida». Personalmente no creo que sea el caso del todo. También se han hecho muchas cosas bien.
Y se han hecho muchas cosas que ahora parecen errores y que con el tiempo se verán como positivas. Personalmente incluso siento cierto orgullo por algunas cosas. No hay más que pensar que cuando se construyó la Torre Eiffel nadie estaba de acuerdo con ella y a todo el mundo le parecía una mole feísima y con un coste inaudito. Hoy es uno de los activos más importantes de París y de Francia. Ojalá pasara algo así con el Ágora.
El objetivo de mejorar la percepción del diseño y trabajar por el interés general, tal vez no se ha conseguido del todo, pero sin duda se ha conseguido crear un discurso, al menos entre los políticos, de que el diseño, la creatividad y las ideas tienen lugar en una sociedad tan necesitada de mejoras. En el fondo este año hemos tenido una especie de concejalía de diseño. Alberto Corazón decía que el diseño no sería tenido en cuenta como debe hasta que tuviéramos un diseñador convertido en ministro. Tal vez este año hemos perdido un diseñador y hemos ganado un político.
No se cuánto durará, pero es gracioso que la palabra ‘diseño’ que costaba oír a un alcalde o a un presidente de comunidad autónoma, este año se ha repetido muchas veces. Tal vez, no saben muy bien a que se refieren, o incluso como dijo un asesor de la propia capital ‘todavía me tenéis que convencer de que el diseño favorece la economía’. Pero al menos ya se lo cuestionan.
Se han hecho muchas cosas, muchísimas, y cuando haces mucho es inevitable hacer cosas bien.
humildad
Recuerdo perfectamente cuando los organizadores vinieron humildemente a pedir ayuda y apoyo a la candidatura. Desde Gràffica no hubo dudas, y se apoyó tanto por escrito como con una presentación ante el comité de selección.
En aquel momento, la humildad del que no se lo cree era patente. Siempre hemos sido humildes y nunca nos hemos creído que lo que hacemos aquí es tan bueno y tan competente como lo que hacen en cualquier lugar del mundo. Por eso los organizadores pidieron ayuda a quienes tenían la credibilidad en aquel momento para defender la candidatura. Empresas, medios, organizaciones, profesionales… aunque, tras la consecución, ya no fuéramos tan necesarios.
Nuestra ciudad necesitaba un evento como este para darnos cuenta de la valía del sector creativo valenciano y casi por extensión español. Nos faltaba esto para darnos cuenta de los que somos capaces.
Nos hacía falta alzar la voz para decir bien alto que estamos preparados, que aquí tenemos mucho y bueno, y que al igual que en otras partes del planeta, tenemos el mejor tejido empresarial, profesional y de talento que se pueda desear. Siempre nos ha faltado un poco de orgullo y ahora no tenemos que pensar, como siempre hemos pensado, que fuera todo es mejor. Ahora ya tenemos el certificado de ser un lugar excelente para el diseño.
Y esto hay que agradecérselo a la Capital Mundial del Diseño, que ahora mismo ya se siente orgullosa de sí misma.
generosidad
Se ha sido muy muy generoso con otros sectores cercanos a la creatividad. Paul Rand decía «Diseño es todo, ¡todo!» y en esta ocasión así ha sido. Todo, incluso a veces demasiado.
Gráfico, producto, gastronomía, cerámica, joyería, interiorismo, música, urbanismo, arquitectura, moda… Se ha ampliado el concepto diseño a casi todo, y aunque eso haya sido motivo de dispersión, se traslada el concepto transversal de que las ideas y la creatividad están en todos los ámbitos de la creación humana.
También se ha sido generoso en la localización porque no se ha querido focalizar todo en la ciudad de Valencia. La Capital se ha expandido a la provincia, a la comunidad autónoma y a toda España. Valencia ha representado en muchos lugares y medios al diseño nacional. Y eso es importante tenerlo en cuenta. Gracias al dinero que se ha tenido se ha llegado más allá del cap i casal. Y a veces, aunque sea en detrimento de lo local, ese objetivo se ha conseguido.
Hemos estado presentes como nunca en todas partes del planeta. El diseño valenciano y nacional ha tenido un gran altavoz. Se han plantado muchas semillas, en campos ajenos, que posiblemente darán su fruto en los próximos años.
Hemos pasado de tener una asociación de diseñadores a tener Consell de Disseny, Arxiu de Disseny, Centre de Disseny i Fundació del Disseny. Veremos qué frutos da cada árbol y quién recoge las frutas. Pero es indudable que se ha querido crear un lobby de presión para influir en las decisiones políticas, en quien nos representa para conseguir más y mejor trato. Por ejemplo, todavía es una incógnita cómo nos va a beneficiar el Estatuto del Artista.
castidad
Aunque la castidad tiene que ver con la pureza sexual, en este caso deberíamos decir que se ha sido casto en el uso del dinero público. Aunque ha habido irregularidades, a la intervención del ayuntamiento parece olvidársele que los organizadores son neófitos en la materia, y que si ha habido cosas mal hechas en la actuación no ha sido por mala fe, sino por desconocimiento. Se ha hecho y se ha actuado según lo que se les ha pedido por parte de la administración. Se ha sido fiel a lo que se ha exigido.
Si se tenía que haber presentado con más detalle toda la partida de gastos, el qué, el cómo, el cuándo… haberse pedido. Ahora es tarde. Bien es cierto, que nos gustaría a todos ver todas y cada una de las facturas, tickets y desgloses del gasto. Es bueno saber cuánto nos hemos gastado en «paellas».
Igual que me quejo de cómo se ha usado el dinero —de forma indiscriminada y poco útil—, también sé que nadie ha hecho un uso indebido del mismo. Eso espero.
paciencia
Se ha de tener paciencia para ver los resultados de todo lo que se ha hecho. Es cierto, y yo el primero, que queremos que todo sea tangible de forma inmediata. Y muchas de las acciones que se han realizado darán sus frutos más adelante. Algunos árboles no darán fruto, pero darán una gran sombra.
Es indudable que la ciudad sale reforzada. Muchos compañeros de profesión de otras ciudades nos ven con cierta envidia, pero más allá de la percepción ajena, lo importante es que la ciudad ha brillado lo suficiente como para convertirse en un foco de atención por el diseño y la creatividad.
Seguramente en unos años no seremos conscientes que la actividad que se tendrá en esos momentos será fruto de esta gran luz y que será difícil de medir y valorar en su justa medida.
templanza
Domar todos los intereses no es fácil. Desde la dirección se ha tenido la suficiente templanza como para domar las necesidades con los intereses tanto económicos, políticos y sociales.
Cuando se recibe dinero público hay que estar muy atento y estar muy tranquilo para poder sobrellevar todo con la dignidad que se ha hecho. No dudo del mar de fondo y de la cantidad de noches sin pegar ojo pero todo se ha saldado con mucha templanza. No todo el mundo está preparado para soportar y sufrir lo que se sufre en este tipo de eventos.
En este país, todos somos árbitros y jugadores, todos nos vemos capaces, yo el primero, de hacer cualquier cosa. Y a toro pasado es fácil criticar, miradme a mi, pero creo que el equipo que ha liderado la capital ha estado a la altura. Sus parlamentos, su posición, su manera de actuar siempre ha sido impecable. Mejorable si se quiere en algunas cosas, pero para sentirse seguro. A algunos les ha hecho falta un coach para estar a la altura, pero siempre se ha dado la imagen de solvencia, y conocimiento del espacio en el que se estaba. Aunque sigo pensando que ser diseñador y hacer de presentador en una gala internacional no es una buena idea.
caridad
Aunque puedo estar en desacuerdo en la manera de gestionar las llamadas a proyecto que se han hecho, es justo decir que se han abierto las puertas para que todo el mundo participara. Algunos proyectos muy acertados no hubieran sido posibles sin ese respaldo, sin haber dado la oportunidad de poder presentarlo, y darle respaldo económico.
Todo el mundo, si ha querido, ha podido presentar, promover y generar actividades y unirse bajo el paraguas de la Capital. Seguramente, muchos, entre los que me incluyo, esperábamos que las cosas fueran de otra manera, pero si se ha querido se ha podido. O al menos ha existido la posibilidad.
Se han creado «mapas del diseño» que aunque hayan sido de tiendas y no de profesionales, seguramente serán la semilla de una guía de referencia para que en el futuro cada vez haya más negocios a pie de calle que piensen que el diseño les puede ayudar. Capitalizar esto es una gran tarea para el futuro.
También se ha sido caritativo a la hora de incluir en el programa todo y más. Cientos de eventos que no hubieran tenido ninguna relevancia, han tenido cabida dentro del programa. Sumar siempre es positivo, y aquí se ha sumado todo el mundo que se ha sentido capaz de hacer algo y añadirlo a la corriente general.
diligencia
Se ha trabajado mucho. Mucho. Mucho. El nivel de esfuerzo ha sido inaudito. Y se ha conseguido un nivel de actuación memorable. Tal vez, al principio había cierta desorganización, pero la maquinaria se ha ido engrasando y se han dado en la ciudad de forma sincronizada cientos de eventos. También en el exterior. Nunca tendremos tanta presencia como ciudad de diseño en tantos lugares. Se ha sido ágil, y eficaz.
Un equipo escaso, muy escaso, para la ingente tarea que había que desarrollar ha sido capaz de sacar adelante un proyecto gigantesco. Hay que aplaudirles toda su energía y todo el corazón que han puesto en ello. Seguro que muchos de ellos encontrarán nuevos retos y nuevos horizontes gracias a esta experiencia.
Y de esto se trataba, de conseguir crear nuevos horizontes y nuevas experiencias. El objetivo era crear más y mejores posibilidades de crecimiento. Algunos ya las han encontrado, pero lo importante es saber si Valencia ha conseguido ganar. Valencia seguro que ha ganado.
conclusiones
Después de todo lo ocurrido es muy gratificante moverte por España e incluso fuera del país, y sentirse orgulloso de tu ciudad. Se nos reconoce y se nos valora más y mejor que antes. No saben por qué, pero al menos, saben de nuestra existencia, y eso siempre es motivo de alegría.
Ha sido un año, por mi parte, agridulce, para Gràffica no ha sido su mejor año, pero al menos hemos conseguido tener un ecosistema mejor. No volveremos a tener una oportunidad como esta y siento que la hemos aprovechado a medias.
Hace años nos quejábamos de los grandes eventos que desarrollaba la ciudad, en los que pensábamos que se invertía una cantidad ingente de dinero, y nos parecía mal. Ahora hemos hecho algo similar. Pero no podemos negar que tanto antes como ahora, como dice una frase muy valenciana, tota pedra fa paret [toda piedra hace pared]. Aquello y esto han posicionado a la ciudad en un lugar mejor, a pesar de los errores.
Lo que toca ahora es enfrentarse a eso que llaman algunos «el legado». Espero que a quien le corresponda sepa ver los errores para no repetirlos, deje paso a nuevas personas, a nuevas ideas y a nuevos proyectos.
Mi sensación es que se podría haber hecho mejor, de otra manera, pero que indudablemente un evento de esta dimensión da un impulso importante y mejora la posición de la profesión. No sabría decir hasta qué punto, porque en general a los que he preguntado o han querido contármelo, no les ha afectado en lo más mínimo. Cuesta pensar que vaya a aumentar la contratación, el uso del diseño por parte de las empresas y su repercusión en la sociedad, que haya más y mejores escuelas, o que vengan más empresas a instalarse en la ciudad gracias a la labor hecha desde la capitalidad.
Sin embargo, visto lo visto, mi sensación es que hemos quedado en tablas, más que una sensación de victoria, pero también sé que el tiempo pondrá todo en su sitio.
Sé que mis palabras habrá enardecido a unos, enfurecido a otros, pero son mi opinión, inexacta sin duda, pero sincera y abierta. Con los riesgos que esto conlleva. Me encantaría poder escuchar lo que opina todo el mundo porque esa es la única manera de mejorar. Con el silencio no gana nadie.
¿Quieres saber cuales han sido los Pecados Capitales? Sigue leyendo