Celia, el clásico de la literatura infantil que conquistó a miles de lectores, llega a las salas del Museo ABC a través de las primeras ilustraciones de Serny (Ricardo Summers e Isern) que dieron vida plástica al personaje de la niña más traviesa y revolucionaria de la España de los años 30 y la de su entrañable hermano Cuchifritín.
Serny. Celia, Cuchifritín y otras historias ilustradas es un recorrido por los originales de los hermanos Gálvez de Montalbán, pero también por la amplia trayectoria como ilustrador y pintor del «maestro de la belleza». La exposición muestra la obra del ilustrador que popularizó los personajes más conocidos de la escritora Elena Fortún: Celia, Cuchifritín, Paquito, Matonkiki, Don Tomás, las gemelas… Desde 1932, el autor publicó semanalmente sus dibujos en el mítico suplemento infantil Gente Menuda que le hizo ganar gran popularidad y le llevó a ilustrar, para la editorial Manuel Aguilar, las aventuras de Cuchifritín, tres años más tarde.
En estos trabajos infantiles, Serny mostró su gran habilidad como dibujante, definió con sus trazos en gouache, grafito y tinta tanto el personaje de Celia, —su pelo rubio, sus característicos rizos y vestidos— como el resto de personajes. Según afirma Begoña Summers —nieta del artista y comisaria de la exposición— «Serny buscó decir más con menos medios. Fue un artista que buscó ser él mismo. Su gusto por lo bello le llevó a una delicadeza de tratamiento tanto de la línea como del color, que enlaza con una herencia española que tiene como referente a Goya, y un cierto afrancesamiento vinculado a la obra de Renoir, Manet o Toulouse-Lautrec».
A pesar de no ser el primero en retratar a Celia—gracias a la sensibilidad que Serny había demostrado en el dibujo infantil—fue él quien dio vida plástica a los personajes de Elena Fortún a partir del año 32, modernizándolos y ganándose al público infantil y adulto, hecho que llamó la atención de la editorial Manuel Aguilar. La popularidad de Celia fue en aumento desde entonces y en los años posteriores se sucedieron nuevas publicaciones hasta que se realizó en los años 90 la afamada serie de televisión dirigida por José Luis Borau.
En la muestra que se podrá visitar hasta el 16 de abril, se expondrán 100 obras de Serny pertenecientes a la Colección ABC. La mitad de esta selección está formada por ilustraciones de los cuentos de Celia y Cuchifirtín que Serny llevó a cabo para su publicación en Gente Menuda. La otra mitad, corresponde a dibujos y portadas que realizó para ABC y Blanco y Negro ilustrando distintas novelas, cuentos o secciones como «Problemas de la infancia».
Sobre el artista
Serny (Ricado Summers e Isern, El Puerto de Santa María, Cádiz, 1908-Madrid, 1995) llegó a Madrid hace aproximadamente un siglo, a la edad de 9 años. Con solo 14, publicó su primer dibujo en la revista Buen Humor. A partir de ese momento, su firma «Serny» se volvió habitual en la prensa gráfica: La Risa, Muchas Gracias, La Esfera, Nuevo Mundo, Chiquilín, Cosmópolis…. En 1926 trabajó por primera vez para Blanco y Negro, y seis años después dio vida a Celia en los cuentos de Elena Fortún que se publicaron semanalmente en Gente Menuda.
Desde sus primeros trabajos, buscó la estilización de la línea y la síntesis del plano. Su obra es personal e independiente, obtuvo numerosos premios y se situó a la cabeza de los artistas de su generación.
Fue uno de los artistas que hizo posible la Edad de Plata (1878-1936) un periodo de nuestra historia reciente que destaca por su dinamismo y riqueza cultural. Durante estos años, predominó el periódico y la revista a sobre el libro como medio de difusión de la cultura. Serny creó contenidos y un nuevo lenguaje gráfico para el periódico infantil o tebeo, renovando con su obra el cartel artístico y aportando un lenguaje y una manera de hacer propia en toda su obra. Fue una figura clave de esta etapa y participó activamente en la vida madrileña, formando parte de diversas asociaciones artísticas como la UDE (Unión de Dibujantes Españoles) o la SAI (Sociedad de Artistas Ibéricos).
Aunque en los años 40 fue catalogado como pintor de niños por su trabajo como retratista, Serny fue ante todo conocido por sus contemporáneos como pintor, llegando a realizar una infinidad de obras que evidencian su gran capacidad como artista. Encontraba incluso en lo más sencillo un motivo para la creación. Serny llegó a ser definido como «el Toulouse- Lautrec de nuestra época» obteniendo un gran reconocimiento por parte de escritores, artistas y críticos de arte.
En 1984 fue nombrado académico de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia de El Puerto de Santa María, su ciudad natal. Un gesto que el artista agradeció donando una parte representativa de su obra al Museo Municipal. La última exposición que inauguró data de 1993, en la Galería Rubens de Vitoria, después de haber participado en 25 muestras individuales y 17 colectivas. Falleció dos años después, tras una vida dedicada al arte.