Estamos acostumbrados en la redacción a recibir proyectos de todo tipo. Habitualmente son fantásticos a nivel de imagen, pero a nivel textual parecen proyectos hechos por analfabetos.
Es triste ver textos breves y sin sentido. Con frases inservibles o directamente sin ninguna gracia. «Hice esto porque me gustaba», «nos pareció interesante», «salió esto sin pensar».
Los diseñadores, ilustradores, fotógrafos… creadores, en general, tienen la mala costumbre de no saber escribir. Es más, en muchos casos no saben comunicar lo que hacen. ¿Cómo podemos pretender ser portavoces y creadores de la comunicación de otros si no sabemos ni siquiera explicar nuestros propios proyectos?
Los estudiantes suelen preguntar en que se deberían formar para poder encontrar un trabajo en el futuro y, en ocasiones, es difícil darles una skill concreta.
Ahora más que nunca, saber escribir es la nueva Unicorn Skill que todo buen diseñador debe saber.
Si quieres conocer a los mejores diseñadores, pídeles que te escriban algo. Que te cuenten un relato bien redactado y con un objetivo claro y conciso. Que enganche, que sea entretenido y convincente.
Las palabras, las letras, la tipografía pueden ser tan poderosa como los gráficos, las ilustraciones y las fotos. Y muchas veces los diseñadores no saben qué palabras, qué frases, qué textos usar simplemente porque no tienen costumbre de trasladar sus pensamientos a palabras.
En el tan manido UX, el contenido es fundamental y; para los directores de arte, la redacción de textos es igual de fundamental para la experiencia de usuario como la interfaz gráfica. Un gran diseño sin las palabras claves es un mal diseño.
Es común el debate de si los diseñadores deben aprender código de programación (un lenguaje, al fin y al cabo) o no. Y creo que ese debate ya está superado. Ahora mismo hay más que suficientes profesionales (bien pagados, por cierto) para desarrollar código y crear proyectos digitales. Los diseñadores pueden volver a preocuparse de lo visual, como siempre.
Pero lo visual está repleto de mensajes, de relatos y de grandes ideas que hay que trasladar a una audiencia, y saber escribir es estructurar y pensar de una manera muy concreta y especial. Detrás de un gran diseñador siempre hay un gran escritor. No es casualidad que muchos de los grandes directores de arte sean periodistas de carrera. Domaron primero la palabra para luego domar el gráfico.
Creo que al próximo que se pase por el estudio le pediré un relato corto de unas 1000 palabras para ver cómo es capaz de contar una historia, qué matices verbales aporta, cómo desarrolla la trama y si es capaz de mantenerme atento desde el principio hasta el final.
Tampoco estaría mal que las escuelas de diseño dieran algún que otro taller sobre escritura y adentraran a los alumnos en un proceso de creación más amplio que el del color y la forma.
Ahí lo dejo.
Disfrutad del lunes.