La cara más conocida de Ronald Shakespear es la de diseñador con una extensa cartera y celebrados proyectos de identidad gráfica y señalética. Sin embargo, en la década de 1960, una de sus principales formas de expresión visual era el retrato, cuando utilizaba la fotografía en blanco y negro para capturar a amigos y celebridades en momentos de intimidad.
_
En una entrevista reciente Ronald Shakespear nos decía: «El diseño ha sido mi esclavitud. La fotografía la libertad». Esa libertad es la que recoge la exposición Revisitando los Sesenta en la que Shakespear nos invita a conocer la extensa galería de retratos que realizó décadas atrás. En la muestra, organizada por la Plataforma Lavardén, encontramos rostros de célebres personajes, muchos de ellos amigos a los que retrató en momentos de intimidad y que van desde Borges hasta Orson Welles.
«Tal vez la mejor forma de conocer a Ronald Shakespear sea a través de estas fotos», afirma Sandra Wheeler. «Ellas hablan volúmenes sobre su creador: Ronald abraza a la humanidad en todas sus manifestaciones: niños, locos, escritores, editores, músicos, políticos, payasos, modelos, pintores, amigos. Es honesto, disciplinado y generoso: sin artificios, pretensiones, superficialidades ni artilugios. Es un gran relator-observador en las respectivas tradiciones de Borges, Calvino y Whitman: el corazón pleno, la sonrisa cálida, los ojos chispeantes detrás de la lente de una Leica F3, el leve perfume del tabaco para pipa». Fotografías en las que Ronald Shakespear muestra su «talento natural para los hallazgos» y pone al descubierto «la resonancia emocional de sus imágenes». Para Wheeler, Ronald «un artista y acróbata paciente: su cámara danza de manera sigilosa, ágil y fluida, capturando lo que Robert Frank llamó los ‘momentos intermedios’ de la realidad: el gesto inconsciente, una sonrisa, el retrato de Welles».
En su próximo libro, Retratos de los Sesenta, Ronald Shakespear comparte esas fotografías una vez más y hoy, con el beneficio del tiempo y la amplitud de su carrera como diseñador, podemos apreciar los hilos que unen a esas fotos con el resto de su obra.
«Como sus logos más exitosos, esos retratos son gestos simples, pero icónicos en su capacidad de comunicar mucho dentro de un formato modesto», explica Leslie Wolke. «Su retrato de Jorge Luis Borges es un esbozo del poeta-filósofo en la formal elegancia de su oficina en la Biblioteca Nacional Argentina; un estudio afectuoso y fiel de esta figura pública».
Jorge Frascara nos transmite la siguiente reflexión: «¿Por qué debería ser diferente su fotografía? ¿De donde surge? No pertenece a la ilustre tradición de la fotografía misma. ¿Avedon? Lo admira, pero no lo imita. ¿Cartier Bresson? La manera de enfrentar el sujeto sí, pero la forma de visualizarlo, no. ¿Robert Capa? ¿El fluir de los momentos, la intensidad cruda de sus fotos movidas de la invasión de Normandía?… Tal vez la imagen de Ronald viene más del cine: ¿Bergman? (Otro amante del medio que usaba), ¿o el mismo Orson Welles de su foto, con su lenguaje de contrapicadas y sus tonos contrastados? Decidido a hacer bien lo que hacía (como siempre), Ronald se compró una Hasselblad. Era la época en que nos encantaba la calidad de superficie de los grises y los negros. La Hasselblad era el pasaporte a la foto profesional. Ni qué hablar cuando en 1969 fue a la Luna. Seguro que se vendieron muchas Hasselblad. Pero no aparecieron muchos Ronald Shakespear. Ronald, sin embargo, sacó muchas de sus fotos con una histórica Leica F3 –aquella de los espías– con la lente retráctil que permitía llevarla en el bolsillo de la chaqueta».
Revisitando los Sesenta. Fotografías de Ronald Shakespear
Inauguración jueves 4 de septiembre. Hasta el 27 de septiembre
Sala Miradas (Mendoza 1085)
______
+info: plataformalavarden.com.ar
Actualizado 12/09/2014