Reuben Wu es un fotógrafo y filmmaker norteamericano cuyo trabajo está centrado en descubrir lugares hermosos poco conocidos. Uno de estos trabajos es su serie fotográfica del Crescent Dunes; un imenso parque de placas solares que deja unos maravillosos reflejos durante las dos horas doradas del día. La simetría, la geometría y el tratamiento de la luz son las claves de este trabajo.
Mientras vuelas por encima de Nevada, si hechas la vista hacia abajo, puedes observar cómo la instalación de energía solar de Crescent Dunes actúa como un reflector gigante en mitad del paisaje. Realmente sólo se puede apreciar su enormidad desde el suelo: casi 7 millones de m² de desierto cubierto con 10.347 espejos de tamaño de una valla de publicidad que generan suficiente electricidad para alimentar 75.000 hogares.
La planta de energía se encuentra fuera de Tonapah, un punto en el desierto a medio camino entre Las Vegas y Reno. Cada espejo tiene 37 pies de ancho y 24 pies de alto, y enfoca la energía térmica en una torre llena de sal fundida, que se utiliza para generar vapor, que gira las turbinas que generan electricidad. Según el fotógrafo, «a pesar de su tamaño, se mueven casi silenciosamente en medio del sonido del viento que sopla a través de las estructuras».
Reuben Wu vio por primera vez la extensa granja solar hace unos años volando desde Chicago a San Francisco. «Me sorprendió lo brillante que era -dice-, parecía un falso sol».
Reuben Wu usó una cámara Fase One 100XF para imágenes fijas y una Canon 5D para hacer un timelapse del movimiento de las placas después del sol, con música compuesta por Zak Marcom. Incluso llegó a conducir bajo los espejos. Un bosque de metal y visto desde el cielo pero mejor apreciado desde el suelo.
«Era como estar en un bosque de metal y vidrio», dice Wu.
Actualizado 20/02/2019